En estos dos primeros meses y medio del año, el precio de los bonos se ha movido de forma brusca, como ya ocurrió también en momentos puntuales de 2023. Y lo ha hecho porque se ha ido ajustado a las expectativas del mercado sobre los recortes en los tipos de interés. Cuando éstas se enfrían, los precios caen con fuerza y viceversa. Esta volatilidad está generando importantes diferencias en las rentabilidades que consiguen los gestores.
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