El despertar que se esperaba del gigante asiático, en letargo desde el Covid, no está siendo como se imaginaba. China está atravesando una crítica situación económica, con un contexto deflacionario, una deuda que no deja de crecer a la par que sufre una caída de la demografía lo que aumenta el peso de la deuda por persona y una crisis en el sector inmobiliario. Todo ello se está reflejando en un mercado que, lejos de las tensiones que pueda vivir el país, continúa ofreciendo una atractiva oportunidad de inversión y los expertos esperan para el principal índice chino, el CSI 300, beneficios por acción históricos en 2024. Ello, sumado a las caídas, hace que la bolsa china se compre con importantes descuentos sobre su media histórica, incluso pese al repunte que vive el selectivo en el último mes.