Jefa de Redacción de Bolsa & Inversión de elEconomista

Hace dos años se necesitaban más de 2.000 dólares para comprar una sola acción de Amazon o de Alphabet. Hoy los títulos de la primera se mueven en el entorno de los 180 dólares y los de la segunda, en los 140. Sus acciones son mucho más asequibles para el pequeño inversor gracias a que estas empresas han dividido sus acciones (lo que se conoce como split) en varias ocasiones. Cuatro de las Siete Magníficas de Wall Street se compran ahora por debajo de los 200 dólares el título, pero ya hay tres, Nvidia, Microsoft y Meta, en las que tendría sentido un desdoblamiento de sus acciones ante los precios más inaccesibles para el particular a los que están llegando. Tarde o temprano podrían verse abocadas a ello.

El Ibex 35 afronta su primer examen del año de forma similar a los últimos. Todo apunta a que no habrá cambios entre los valores que lo componen tras la revisión del índice fijada para este jueves, 7 de marzo, ya que ninguna compañía tiene opciones claras de incorporarse al principal indicador de la bolsa española. El Ibex ya cerró 2023 como el primer año de toda su historia sin entradas ni salidas de empresas. ¿Se repetirá de nuevo un ejercicio así? Las claves estarán en si firmas como Meliá son capaces de defender su puesto y en si las nuevas cotizadas que aparecerán en los próximos meses se convierten en aspirantes a robar algún sitio.

Uno de los grandes retos del año para el supervisor del mercado de capitales español está en la implementación del Reglamento MiCA sobre criptoactivos, que se publicó en junio de 2023 y será aplicable desde diciembre de 2024. Esta norma regulará su emisión y a las entidades que ofrecen servicios relacionados con ellos, y unas de las grandes preocupaciones está en las consecuencias que ello pueda tener sobre el cliente minorista. "No debe producirse una confusión del inversor de que por estar reguladas [las criptos] ya no tienen riesgo. No es la misma regulación que la de los instrumentos financieros", señalaba este martes Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), durante la presentación del Plan de Actividades del supervisor para 2024.

Entrevista

Javier Hernani (Bilbao, 1963) se considera una persona "optimista por naturaleza", pero el CEO de Bolsas y Mercados Españoles (BME) admite su preocupación por la caída de actividad en el mercado de capitales español. Reconocer los problemas es el primer paso para solucionarlos. Ese es el punto de partida del Libro Blanco que presentaba, apoyado por la industria, en el mes de enero en el Palacio de la Bolsa de Madrid. En este documento se plasma más de medio centenar de propuestas para frenar esta situación y ganar competitividad frente a otros mercados europeos. Hernani desgrana algunas de ellas y asegura que viajará a Bruselas con este Libro Blanco porque, al final, Europa también debe fortalecer su ecosistema frente a Estados Unidos, que es el gran competidor.

España urge reactivar las salidas a bolsa y este año supone una gran prueba de fuego. Hay varias empresas preparando ya sus colocaciones y una de las mayores será la de Puig, en la que ha surgido un debate sobre si la Bolsa de Madrid es el lugar idóneo donde cotizar. Nueva York, París y Madrid son las principales opciones que se han puesto sobre la mesa al diseñar la operación. Pero la bolsa española es la que se ha impuesto a esas otras dos alternativas y ya se está trabajando para que el debut sea en el mes de mayo, según señalan a este periódico fuentes cercanas a la colocación.

Mientras la bolsa mundial se mueve en el entorno de máximos históricos y ya sube un 3% en el año -según el índice MSCI World-, a la española le está costando seguir el ritmo de estas alzas que sí consiguen otras plazas europeas. El Ibex 35 pierde cerca de un 2%. Y algunos inversores bajistas están intentando ganar con las caídas de ciertos valores. En estas primeras semanas del año se está viendo un aumento claro de las posiciones cortas, sobre todo en Grifols, Enagás, Solaria, Acciona y Bankinter.

Que una compañía sea excluida de algún índice bursátil internacional pasa en muchas ocasiones muy desapercibido. Aunque no tanto cuando se trata de una de las diez grandes cotizadas de la bolsa española, que además sea expulsada de índices importantes que inversores y gestores toman como referencia. Naturgy saldrá de algunos indicadores de MSCI (Morgan Stanley Capital International) a finales de febrero, como comunicó esta entidad estadounidense el martes. Pero su puesto en el Ibex 35 no peligra en estos momentos, pese a que ha llegado a cuestionarse su continuidad tras estar el 87% del capital en manos de grandes accionistas.

Ser una empresa tecnológica ya no es excusa para no repartir dividendos. Es cierto que las compañías de ese sector requieren inversiones muy importantes y durante años el crecimiento puede ser una vía mejor para aportar valor a sus accionistas. Pero llega un momento en el que la mayoría de firmas acaba compatibilizando ambas estrategias. Algo más de la mitad del Nasdaq 100, el gran índice tecnológico, ya retribuye a sus accionistas con pagos en efectivo. La última en sumarse ha sido Meta, la dueña de redes sociales como Facebook o Instragram, que daba la sorpresa en esta temporada de resultados al anunciar su primer dividendo. Entre las conocidas como las siete magníficas, solo quedarían Alphabet, Amazon y Tesla por implantarlo en sus políticas.