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La deuda japonesa abandona las rentabilidades negativas antes del giro del Banco de Japón

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La política monetaria ultraexpansiva de Japón estaba destinada a desaparecer. El Banco de Japón decidió este martes eliminar los tipos de interés en negativo que se han situado en el -0,1% desde 2016. Mientras los expertos debaten la probabilidad de que las autoridades niponas continúen con el endurecimiento de su política, el mercado de deuda se adelanta y saca del territorio negativo a la práctica totalidad de los vencimientos. De hecho, ya solo los títulos a un mes se mantienen por debajo del 0% cuando hace un mes era toda la deuda nipona hasta los bonos a dos años.

La reunión de este martes del Banco de Japón cumplió con las expectativas de la primera subida de tipos de interés en el país desde hace 17 años. El giro del Banco de Japón (BoJ) se dibuja así con el anuncio del gobernador, Kazuo Ueda, de un incremento de 10 puntos básicos en la referencia del precio del dinero en el país. Es decir, mientras la expectativa en los recortes del Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos se trasladó de marzo a junio de este año, en Japón se ha adelantado la fecha de la primera subida si se compara con las previsiones de los expertos a comienzos del 2024.

Esto mismo tiene su reflejo en la rentabilidad de la deuda nipona. La aversión al riesgo de los inversores (una política monetaria más restrictiva plantea más retos al crecimiento económico a la par que frena la inflación, teóricamente) llevó a la deuda soberana con vencimiento a un año desde el -0,05% a comienzos del mes pasado hasta rozar el 0,1% actual. Todos los tramos por debajo de este vencimiento registran saltos de 15 puntos básicos en el mismo periodo. Y eso teniendo en cuenta que la deuda japonesa estuvo intervenida por parte del BoJ para controlar que la rentabilidad de su deuda no se dispare.

De este modo, en la actualidad solo los títulos a más corto plazo en el mercado secundario, la deuda nipona a un mes, marca una rentabilidad negativa y en torno al -0,16%: una muestra más de que los inversores están anticipando el fin inmediato de la última política monetaria expansiva que existe entre las principales economías del planeta. Además, se elimina el estricto control de la curva (a base de compras de deuda por parte del propio Banco de Japón) que limitaba, por ejemplo, que el bono soberano a diez años supere el 1%.

Con todo, existen voces en el mercado que consideran que el BoJ no subirá los tipos este año como se espera, sino que modificará su control de la curva o anunciará nuevos planes de compra de deuda marcado e inferior al actual. Esto, en la práctica, es otra forma de endurecer las condiciones monetarias del país. "El cese formal del control de la curva parece alcanzable este marzo o abril, teniendo en cuenta la ampliación de la banda de control de rendimientos del año pasado", valoró el responsable de investigaciones macro en Vescore (Vontobel), Sven Schubert.

El Banco de Japón ha mantenido hasta la fecha los tipos en negativo con la esperanza de que el crecimiento de la economía nacional elevase la inflación (Japón siempre se ha caracterizado por encarnar una economía deflacionaria). Pero con los tipos en el 0,1% el incremento máximo interanual que ha visto el país fue un 4,3% en febrero de 2023. Como ejemplo, la Reserva Federal de Estados Unidos ajustó rápidamente su referencia al alza para detener la inflación que llegó a superar el 9% en 2022. Y es que se ha visto que los precios en Japón han crecido por el efecto que llega fuera de sus fronteras y no por un ciclo expansivo de precios nacionales o salarios. "A medida que disminuye la renta real de los hogares, la inflación en Japón tenderá a extinguirse", explicó el economista de Generali Investments, Christoph Siepmann.

Las futuras decisiones del Banco de Japón se mira desde fuera de las islas niponas por las implicaciones que tendría un rápido ajuste de la política monetaria. El inversor local buscó en el extranjero mejores oportunidades de retorno que la deuda nipona con rentabilidades del 0% o incluso por debajo. Ahora, una rápida mejora de la rentabilidad de la deuda nipona puede provocar el retorno del capital nacional invertido en el extranjero, afectado a los activos abandonados por los nipones.

No obstante, el consenso de mercado no considera que el BoJ cerrará el año con su referencia en el 0,2% (serían 30 puntos básicos de subidas) por lo que los cambios de política no serían tan abruptos como en el caso europeo o en Estados Unidos. Ocurre lo mismo con el cambio de la divisa local frente al dólar: cada dólar se cambia casi por 150 yenes. "Aunque el tipo de interés nominal podría aumentar con el tiempo, si el diferencial del tipo respecto al de estados Unidos se mantiene sin cambios, no pensamos que el par dólar/yen pueda registrar cambios significativos", explicaron desde Capital Group.

Mientras tanto, la renta variable japonesa espera la decisión del BoJ con el Nikkei 225 cerca de los 40.000 puntos. Esto supone ver al índice nipón en zona de máximos históricos tras subir un 19% en lo que va de año y ante la debilidad de la moneda local al cambio con el resto de grandes divisas del mercado.

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