Bolsa, mercados y cotizaciones

El experimento de los tipos de interés negativos está a punto de terminar: Japón se prepara para subirlos

  • El BoJ afrontará la primera subida de tipos desde 2007
  • Y también puede terminar con el "control de la curva"
  • Los detractores denuncian que hundió el yen y no subió la inflación
Fachada del Banco de Japón. Foto: Dreamstime
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Los tipos de interés negativos son un experimento que inventó el Banco de Japón en 2016 para impulsar a la inflación, y su estrategia fue seguida por otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Suiza. En los últimos 8 años esta política monetaria tan poco ortodoxa ha estado siempre presente en alguna economía del planeta, pero todo parece indicar que su fin está ya a la vuelta de la esquina. El martes 19 de marzo se reúne el Banco de Japón (BoJ) y se espera que suba los tipos de interés por primera vez desde 2007, terminando así con una época histórica para la economía mundial, ya que es el último banco central que todavía utiliza los tipos negativos. Y no sólo eso: la estrategia de 'control de la curva' que también inventó el Banco de Japón hace 8 años se va a dejar de utilizar, otro cambio importante que afectará a los bonos japoneses, al yen, y puede terminar contagiándose al mercado de deuda mundial.

Japón es la economía que siempre se utiliza como ejemplo para ilustrar el peligro de la deflación. Con una población envejecida que reduce sus hábitos de consumo, y unos avances tecnológicos que han contribuido a generar desinflación, el banco central del país ha tenido que inventar nuevas fórmulas para evitar entrar en una espiral de caídas de precios, especialmente después de la Gran Crisis Financiera. Entre ellas, en 2016 se implementaron por primera vez los tipos negativos, una estrategia que está a punto de extinguirse, si no en marzo, en abril, o en junio: los mercados han llegado a descontar una probabilidad del 67% de que el banco central aumente los tipos el próximo martes, desde el -0,1% hasta el 0%, y si no ocurre en ese mes, la probabilidad de que aumente los tipos en abril asciente hasta el 80%. Ya sea la semana que viene, en abril, o en junio (si no hubiera subidas en los dos primeros meses mencionados, el mercado espera con un 98% de probabilidad que se aumenten tipos en junio), será el primer movimiento al alza para el precio del dinero en el país desde el año 2007.

Además de las expectativas de los mercados, la agencia de noticias japonesa Jiji Press también ha publicado que el organismo que preside Kazuo Ueda va a revisar los tipos de interés en el encuentro de la próxima semana. Cada vez hay más voces críticas con la estrategia de los tipos negativos que inició Japón en 2016, y el último de ellos ha sido Kazuo Momma, antiguo director ejecutivo de política monetaria en el Banco de Japón, quien ha reconocido que "los tipos negativos no hicieron nada de nada para impulsar la inflación. La inflación de Japón venía por presiones del exterior", cree Momma.

Los tipos de interés no serán el único punto clave que se revisará en la reunión: la otra pata de su política monetaria acomodaticia, conocida como 'control de la curva', se va a eliminar la semana que viene, según la agencia.

La estrategia de 'control de la curva'

En 2016, con Haruhiko Kuroda al frente del banco central, el organismo presentó un nuevo acercamiento con el que tratarían de inyectar todavía más fuerza a la inflación, para intentar, de una vez por todas, eliminar el peligro de la desinflación en la economía japonesa: el llamado 'control de la curva', un plan que la Reserva Federal estadounidense ya había utilizado durante la Segunda Guerra Mundial. Con esta estrategia, el banco central de Japón se comprometía a intentar que el bono japonés nunca pasase por encima de un nivel de rentabilidad específico, para evitar que unas condiciones financieras duras presionasen a la baja a la inflación. Durante años fue el 0,25%, un nivel que se incrementó en diciembre de 2022 hasta el 0,5%, y se dejó en el 1% el pasado verano, cuando el Banco de Japón ya peleaba, como el resto del mundo, para una inflación que se había desbocado tras la pandemia de Covid-19.

Lo que está ahora sobre la mesa, según Jiji News, es eliminar por completo esta estrategia, por lo que el Banco de Japón no marcará más un nivel objetivo para la rentabilidad del bono. En lugar de eso, irá comunicando periódicamente qué cantidades de bonos va a comprar cada mes, según la agencia. Es habitual que los bancos centrales no cambien su política de forma brusca, sino que, como sería el caso en Japón si se cumple lo previsto, irá mutando poco a poco, con compras de bonos cada vez menos agresivas si la inflación continúa siendo alta. Según la agencia, los planes del Banco de Japón son mantener durante algún tiempo el nivel de compras actual, cercano a los 40.000 millones de dólares cada mes.

El último dato de inflación que se ha publicado en Japón, el del mes de enero, ha podido terminar de convencer al Banco de Japón de la necesidad de endurecer todavía más su política monetaria. En un mes en el que se esperaba un crecimiento del 1,9% interanual, este finalmente fue del 2,2%, superando las expectativas y aumentando el temor de que la inflación pueda volver a dar sorpresas al alza, algo que forzará al banco central a subir tipos para controlarla. Este es un ejemplo de que, incluso Japón, el rey de la desinflación, corre ahora el riesgo de que los precios se desboquen.

Posibles consecuencias de los cambios

Si se analiza el comportamiento que ha tenido el bono japonés en los últimos años, queda claro el impacto que estaba teniendo el "control de la curva" en el título. En 2023 presionó durante meses la cota del 0,5%, manteniéndose estable en ese nivel, y cuando llegó el anuncio de que se aumentaría la flexibilidad hasta dejar que alcanzase el 1%, la rentabilidad se disparó y llegó a tocar el 0,95% el pasado mes de noviembre. Desde entonces se ha movido en todo momento por encima del 0,5%, hasta el 0,75% en el que se mueve en la actualidad.

Aunque el BoJ querrá mantener su tendencia de cambiar sus políticas poco a poco, sin dar sustos a los mercados, el final del control de la curva puede generar un nuevo repunte de las rentabilidades a vencimiento en el bono. Eso sí, si el Banco de Japón mantiene un ritmo fuerte de compras de deuda cada mes, algo que todavía se espera que se mantenga, parece difícil que el bono pueda sufrir un movimiento violento de rentabilidad.

Sin embargo, hay otra derivada de su decisión que puede terminar afectando a otros mercados de deuda, especialmente al estadounidense. Japón es un gran comprador de deuda americana a través, entre otros, de sus fondos de pensiones. Tanto, que es el principal tenedor extranjero de deuda estadounidense en todo el mundo, con más de 8 billones de deuda del gigante norteamericano en su poder, según ha publicado Reuters.

Uno de los motivos que ha llevado a los inversores japoneses a comprar bonos de Estados Unidos ha sido la búsqueda de rentabilidades fuera de un país que, al llevar el tipo de interés hasta el terreno negativo, ofrecía muy pocos incentivos a los inversores. Si los grandes compradores japoneses empiezan a reducir su demanda de bonos americanos, ya que empiezan a encontrar una alternativa en un bono japonés ya libre del 'control de la curva', esto podría generar repuntes en las rentabilidades de los bonos estadounidenses.

El otro efecto evidente que parece que tendrá el cambio de postura del Banco de Japón, de producirse, es una revalorización del yen. De hecho, la divisa japonesa experimentó la semana pasada su mayor subida semanal en el año, con un repunte del 2,1% frente al dólar estadounidense. Un yen más fuerte en los mercados de divisas internacionales ayudaría al país a mantener presiones bajistas en la inflación (una moneda más fuerte genera efecto desinflacionista, y viceversa).

Una moneda débil, sin embargo, ha ayudado al Nikkei, el principal índice bursátil del país, a alcanzar nuevos máximos históricos este año por encima de los 40.000 puntos. El índice sube casi un 17% desde el primer día del año, y desde 2016, cuando se implementaron los tipos negativos y el 'control de la curva' ha duplicado su cotización. "Como suele ocurrir, los buenos resultados del mercado de renta variable japonés han ido acompañados de un debilitamiento del yen", explicaba la semana pasada Caspar Rock, director de inversiones en Schroders. Ahora, si la política monetaria en Japón toma el camino opuesto, es posible que el impacto también sea el contrario, con presiones alcistas para el yen y negativas para la bolsa del país.

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