El descenso mundial de las ventas de ArcelorMittal fue ligeramente más acusado en España. El gigante del acero se dejó el 16% de sus ingresos en el país en un año marcado por la atonía general europea, muy influida por las importaciones de acero de países como China y Turquía y la incertidumbre macroeconómica que persiste con la guerra de Ucrania y el estallido del conflicto entre Israel y Palestina. Además, un incendio en los hornos altos de Gijón provocó que descendiera también la producción en el país.