Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Donald Trump tiene ya identificado a un posible candidato para suceder a Jerome Powell al frente de la Reserva Federal si el expresidente gana las elecciones de este mes de noviembre. Una figura icónica para la economía conservadora a la que él mismo premió cuando estaba en la Casa Blanca, en 2019: Arthur Laffer, el hombre de la 'servilleta' en la que recomendó bajar impuestos para aumentar la recaudación pública.

Entre los numerosos problemas que afectan a Reino Unido, una crisis soterrada, que lleva 14 años fraguándose pero cuyos orígenes se remontan hasta Margaret Thatcher, ha desatado la sorpresa. En lo que va de legislatura ya se han puesto en marcha los trámites para activar 8 procesos de quiebra entre los ayuntamientos británicos, en lo que es tan solo el aperitivo de una auténtica oleada de impagos. Desde la Unidad de Información de Gobiernos Locales (LGiU, por su siglas en Inglés), han lanzado un informe advirtiendo que el 51% de todas las administraciones entrarán en quiebra la próxima legislatura. Un auténtico incendio que obligará no solo a un rescate a gran escala, sino que está forzando desde ya a recortar de forma masiva los gastos para adecuarse a la legislación.

El 'decretazo' de 300 reformas con el que el presidente de Argentina, Javier Milei, puso en marcha el 'plan motosierra' nada más llegar al poder el pasado mes de diciembre, se tambalea. El Senado, de mayoría opositora, ha rechazado el texto por 42 votos a 25, lo que deja a la única ley que ha introducido Milei pendiendo de un hilo: lo que diga el Congreso.

Hace una semana, el que fuera secretario del Tesoro de EEUU (equivalente a un ministro de Hacienda) durante la presidencia de Donald Trump, Steven Mnuchin, sacudió el mercado al comprar un banco que estaba al borde de la quiebra, el NYCB. Pero este jueves, Mnuchin ha anunciado que ahora tiene en su punto de mira a una empresa más relevante aún: TikTok. Una oferta que haría si sale adelante la ley para prohibir la app en EEUU y que ahora tramita el Senado.

El futuro de TikTok en EEUU (y gran parte de Occidente) está cada vez más en el aire. La Cámara de Representantes ha aprobado, por 352 a 65 votos, un proyecto de ley que permitiría prohibir redes sociales y apps de comunicación si el Gobierno considera que están bajo control de un país adversario. El objetivo es claramente la red social de vídeos cortos, que domina el consumo de internet entre los jóvenes y que ambos partidos temen que pueda interferir en la política estadounidense siguiendo las órdenes del presidente chino, Xi Jinping. Ahora pasa al Senado, que debe decidir si le da el visto bueno definitivo.

En la política, es habitual que existan las puertas giratorias: un alto cargo que abandona el Gobierno y se va a trabajar para un 'lobby' o un gigante del sector relacionado con su antiguo puesto, aprovechando su agenda de contactos para ayudar a sus nuevos jefes a conseguir contratos o abrir líneas de comunicación con los nuevos responsables estatales. Pero lo ocurrido esta semana en EEUU probablemente se sale de los márgenes normales. ¿Qué pasa cuando el que fuera ministro de Hacienda de Donald Trump y su regulador bancario se compran un banco?

Vuelven las sirenas de alarma en la banca estadounidense que sonaron por última vez hace casi exactamente un año. NY Community Bancorp (NYCB), un banco regional de EEUU, ha visto detenida su cotización en Wall Street en medio de un desplome del 42% de sus acciones en la sesión de hoy, y de un 81% acumulado en el año. La causa era el miedo a una quiebra en cuestión de días u horas, después de que reconociera que está buscando una inyección de fondos para sobrevivir. Y el primer rescate de emergencia ha llegado poco después: la firma ha anunciado una venta de acciones por valor de 1.000 millones de dólares a la firma de inversión del ex secretario del Tesoro de Donald Trump, Steven Mnuchin.

La legislatura agoniza en Reino Unido. Desde hace meses, el Parlamento se suele reunir a mediodía para sesiones de dos o tres horas con la agenda casi vacía: se reúne alguna comisión, se hacen preguntas al ministro que toque controlar ese día, y todos se van a casa con tiempo de sobra para tomar el té de la merienda. La política del país, en fin, está paralizada a la espera de unas elecciones que se antojan inminentes, pero que el Gobierno de Rishi Sunak no se atreve a convocar por el miedo a unas encuestas terroríficas que predicen el mayor descalabro del Partido Conservador desde que existe la democracia en Reino Unido. En medio de esa incertidumbre, los presupuestos de este año, presentados este miércoles, dan una pista sobre cuándo pueden convocarse.

Todos los ingredientes estaban listos para un retroceso bursátil. La Fed ha metido la bajada de tipos inminente en la nevera y la inflación no acaba de desaparecer. La situación internacional sigue muy tensa, con una Rusia cada vez más belicosa, una China que no es capaz de solucionar sus problemas económicos, una Europa estancada, Oriente Medio en llamas y Donald Trump asomando por detrás de la esquina. Pero Wall Street no solo no ha caído, sino que está registrando máximos históricos semana tras semana, en un 'rally' que desconcierta a muchos analistas y hace a otros plantearse si estamos ante una burbuja o una revolución histórica, propiciada por la IA.

Una de las principales promesas de Joe Biden para los votantes jóvenes en la última campaña electoral fue perdonar la deuda universitaria, que puede suponer decenas de miles de dólares por estudiante, especialmente para las personas con rentas más bajas. Y el presidente de EEUU, aunque no ha logrado aprobar un solo documento que anule todos esos pagos pendientes, lleva años haciéndolo de forma silenciosa, aprovechándose de todos los resquicios legales y los poderes ejecutivos del Gobierno. En total, ya ha eliminado 138.000 millones de dólares en deudas, y todavía le quedan al menos 11 meses para seguir haciéndolo.