Economía

¿Cuándo serán las próximas elecciones en Reino Unido? Los Presupuestos de hoy dan una pista

  • Las Cuentas decepcionan y no apuntan a unos comicios en mayo...
  • ...pero causarían muchos problemas si no hay elecciones antes de noviembre
El ministro del Tesoro del Reino Unido, Jeremy Hunt, muestra la cartera con los Presupuestos. Foto: Reuters

La legislatura agoniza en Reino Unido. Desde hace meses, el Parlamento se suele reunir a mediodía para sesiones de dos o tres horas con la agenda casi vacía: se reúne alguna comisión, se hacen preguntas al ministro que toque controlar ese día, y todos se van a casa con tiempo de sobra para tomar el té de la merienda. La política del país, en fin, está paralizada a la espera de unas elecciones que se antojan inminentes, pero que el Gobierno de Rishi Sunak no se atreve a convocar por el miedo a unas encuestas terroríficas que predicen el mayor descalabro del Partido Conservador desde que existe la democracia en Reino Unido. En medio de esa incertidumbre, los presupuestos de este año, presentados este miércoles, dan una pista sobre cuándo pueden convocarse.

Cuando se celebraron las pasadas elecciones británicas, en diciembre de 2019, la ley especificaba que los siguientes comicios deberían celebrarse, como muy tarde, el 2 de mayo de 2024, coincidiendo con las elecciones municipales en Londres y parte de Inglaterra. Pero Boris Johnson cambió esa ley para darse 8 meses más de plazo, hasta enero de 2025. En la práctica, sin embargo, en el país solo se barajan tres escenarios serios: mayo, octubre o enero. Mayo si las encuestas dan un giro al alza repentino, octubre si da las elecciones por perdidas y prefiere facilitar los plazos de transición, y enero si quiere esperar hasta el último instante a la espera de algún milagro que le permita remontar.

Unos presupuestos planos

Y los presupuestos anunciados hoy apuntan a una de esas fechas en concreto. En los días previos, diputados y periodistas barajaban la posibilidad de una serie de grandes anuncios que permitieran a Sunak a convocar comicios en mayo tras desatar una serie de grandes bajadas de impuestos que vender durante la campaña.

Pero el juicio, tanto de diputados como desde dentro del propio Gobierno, es que las Cuentas anunciadas por Jeremy Hunt, el ministro del Tesoro, son un 'bluf', sin apenas grandes anuncios y solo una lista de pequeños cambios.

La principal oferta es una bajada de las cotizaciones sociales de unos 2 puntos, que afectarán principalmente a las rentas de entre 20.000 y 50.000 libras anuales, y que supondrán un ahorro de unas 800 libras anuales. Un recorte que se compensará subiendo impuestos al tabaco y a los vapeadores, recortando un 'agujero' que permitía que los no residentes no tuvieran que tributar por los ingresos que consiguieran en el Reino Unido y confiando el crecimiento futuro a un aumento de la inmigración (que ese mismo Gobierno está intentando recortar). Además, prorroga el impuesto extraordinario a las energéticas, lo que el secretario de Estado de Energía, Andrew Bowie, ha tachado de "profundamente decepcionante". En total, los impuestos seguirán en máximos desde la II Guerra Mundial, sobre el 37% del PIB, y al alza, ya que la inflación sigue empujando al alza el tipo de IRPF que deben pagar la mayoría de cotizantes.

La conclusión generalizada es que es muy poco probable que este presupuesto sea el 'chupinazo' de salida de una campaña electoral primaveral. Pero una frase del texto presupuestario apunta cuál puede ser la fecha: octubre.

Normalmente, el Gobierno realiza una revisión de gastos en noviembre, junto a un 'minipresupuesto'. Ese análisis, con los cambios que se introduzcan allí, son la base con la que el Tesoro empieza a diseñar las Cuentas del año siguiente. Una posibilidad que se barajaba es que Hunt se hubiera guardado los 'conejos en la chistera' para anunciar grandes bajadas de impuestos en octubre, quizá cumpliendo la promesa de Sunak de bajar un punto el tipo base del IRPF. Pero esa posibilidad parece haber desaparecido: los Presupuestos informan de que la siguiente revisión se hará "después de las próximas elecciones".

Este anuncio prácticamente descarta la opción de enero: un Gobierno que se asentara en febrero tendría apenas un mes para diseñar unos presupuestos desde cero, sin siquiera saber si la ejecución de los que hay en marcha se está cumpliendo. Por mucho que todo indique que ese 'marrón' le caería al Partido Laborista, la crisis de Estado que provocaría esta decisión sería tan grande que resulta increíble que el Gobierno actual se la esté planteando. Si esa opción estuviera sobre la mesa, lo lógico hubiera sido anunciar una prórroga o ignorar las elecciones y mantener la revisión en noviembre, como de costumbre.

Así las cosas, lo más lógico son unos comicios en octubre, con una campaña que empiece nada más volver de las vacaciones, antes de que empiece el mal tiempo británico y las miradas mundiales se centren en la campaña electoral estadounidense, que culminará el 5 de noviembre. Aunque nadie más que Sunak sabe cuál será la fecha, la opción de octubre ha ganado enteros.

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