Banca y finanzas

La puerta giratoria definitiva: el ministro de Hacienda y el regulador financiero de Trump se compran un banco

  • Los dos cargos llevan solo tres años fuera del Gobierno de EEUU
  • Sus acciones casi han duplicado su valor en cuestión de horas
Steve Mnuchin, ex secretario del Tesoro de EEUU. Foto: Bloomberg

En la política, es habitual que existan las puertas giratorias: un alto cargo que abandona el Gobierno y se va a trabajar para un 'lobby' o un gigante del sector relacionado con su antiguo puesto, aprovechando su agenda de contactos para ayudar a sus nuevos jefes a conseguir contratos o abrir líneas de comunicación con los nuevos responsables estatales. Pero lo ocurrido esta semana en EEUU probablemente se sale de los márgenes normales. ¿Qué pasa cuando el que fuera ministro de Hacienda de Donald Trump y su regulador bancario se compran un banco?

La noticia saltó el miércoles por la tarde. El New York Community Bancorp (NYCB), un banco regional con unos 70.000 millones de dólares en activos, estaba tambaleándose al borde del precipicio. La historia era la misma que en muchos otros casos: el alza de los tipos de interés había provocado un aumento de las deudas inmobiliarias, las noticias de sus problemas habían provocado que muchos de sus depositantes retiraran sus ahorros, y el agujero en las cuentas estaba creciendo a ambos lados, a tal ritmo que parecía que su quiebra era cuestión de días.

Cuando la empresa caía un 40%, la Bolsa de Nueva York congeló las operaciones con sus acciones, a la "espera de noticias". Todo hacía sospechar que la Reserva Federal iba a intervenir el banco y certificar su fallecimiento. Pero la historia pegó un giro inesperado: la 'noticia' era que Steve Mnuchin, ex secretario del Tesoro con Donald Trump, había rescatado el banco con una inyección de 1.000 millones de dólares, provenientes del fondo de inversiones que dirige, Liberty Capital. En total, la inversión suponía hacerse con un 41% de las acciones, dejando el banco en sus manos.

Y la primera decisión de Mnuchin como inversor mayoritario fue colocar como nuevo consejero delegado a Joseph Otting, su mano derecha y ex jefe de la agencia de regulación bancaria de EEUU durante el tiempo en el que su aliado fue ministro. De controlar a los bancos a dirigir uno en apenas tres años.

"Como una secuela de Rocky"

La pareja viene ya de lejos. Antes de trabajar para el Gobierno de EEUU, Mnuchin y Otting ya hicieron la misma combinación en 2008: compraron IndyMac, un banco quebrado durante la crisis financiera, y colocaron a Otting como CEO. El banco, renombrado como OneWest, se recuperó tras recibir ayudas gubernamentales, y cuando ambos lo abandonaron en 2017 para entrar en el Gobierno de EEUU, el valor de sus acciones se había duplicado.

Esos beneficios son los que esperan repetir con esta compra. Nada más conocerse que habían comprado 500 millones de acciones a 2 dólares la unidad, el precio de las participaciones se disparó de 1,80 dólares a 3,70, precio que sigue rondando este viernes. Por supuesto, Mnuchin no puede vender las acciones inmediatamente, porque precisamente el problema era que nadie más estaba dispuesto a hacerse cargo de rescatar al NYCB.

Y los analistas han recibido esta compra con los brazos abiertos. "Es muy normal que un equipo con éxito regrese para volver a hacerlo", cree Chris Marinac, analista de Janney Montgomery Scott, que ha puesto la acción en "comprar". "Es como una secuela de Top Gun o de Rocky. A la gente le encanta".

Precisamente, el nombre de sus nuevos dueños puede ser lo que salve al banco. Su experiencia con OneWest y los contactos de ambos de su etapa en el Gobierno de EEUU pueden haber tranquilizado a muchos de las grandes empresas que estaban planeando huir de la entidad, según ha apuntado el analista Mark Fitzgibbon, de Piper Sandler. "Nos gusta lo que hemos oído", ha dicho.

La pregunta es qué pasará si Trump gana las elecciones de este mes de noviembre. Mnuchin, uno de los grandes donantes del expresidente, dejó claro ayer que está dispuesto a volver a su antiguo cargo en el Tesoro estadounidense, y probablemente vuelva a llevarse a Otting de su mano. Los inversores del banco estarán mirando de reojo a las elecciones, para ver si la puerta giratoria vuelve a rotar.

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