El 'decretazo' de 300 reformas con el que el presidente de Argentina, Javier Milei, puso en marcha el 'plan motosierra' nada más llegar al poder el pasado mes de diciembre, se tambalea. El Senado, de mayoría opositora, ha rechazado el texto por 42 votos a 25, lo que deja a la única ley que ha introducido Milei pendiendo de un hilo: lo que diga el Congreso.
Según la ley argentina, para derogar un decreto hace falta que las dos cámaras voten en contra, pero, al contrario que en España, no hay un plazo fijo en el que sea obligatorio realizar dichas votaciones. La estrategia seguida por Milei hasta ahora había sido pedir a los presidentes del Congreso y el Senado (que tradicionalmente son del partido del Gobierno, aunque esté en minoría) bloquear indefinidamente cualquier debate sobre el tema, para evitar que los diputados y senadores llegaran a votarlo. Pero la mayoría opositora del Senado ha forzado el debate, rechazando por el mismo margen (41 a 30) el intento de un senador libertario de suspender la sesión y no volver a debatir el decreto "hasta por lo menos después de Semana Santa".
El debate comenzó con polémica, ya que fue la vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, la que lo incluyó en el orden del día en contra de la voluntad de Milei. El mandatario envió un comunicado denunciando "la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta", indicando que se refería a su vicepresidenta y señalando una ruptura dentro del Gobierno.
Este triunfo del peronismo, apoyado por senadores independientes de provincias pequeñas y dos legisladores de la Unión Cívica Radical, rivales históricos de los peronistas, supone un duro golpe a Milei, pero aún no definitivo. La oposición necesita 129 diputados para forzar un debate sobre el decreto en el Congreso, y este miércoles solo lograron 119. El objetivo del peronismo es aprovechar esta victoria para presionar a 10 diputados de la oposición para sumarse al rechazo. Si lo consigue, Milei se quedaría sin la principal arma que ha usado para cuadrar las cuentas del país y reducir la inflación.
Una recesión a niveles del corralito
El coste de esos recortes, sin embargo, se está notando en la actividad económica, que se ha desplomado en los últimos dos meses. Según las estimaciones de la consultora W, de Buenos Aires, el PIB se ha hundido un 11% en febrero, niveles similares a los vividos en los meses posteriores al estallido de la economía argentina en el corralito de 2002. "Las ventas de electrodomésticos han caído un 50%; el gasto en cines, un 40%, las ventas de motos, un 20%; y los materiales de construcción, un 30%."
La consultora Focus Market, por su parte, calcula que el desplome del gasto de familias y empresas en Buenos Aires y su periferia ha llegado al 13% interanual en febrero, una caída de 5 puntos respecto a enero; mientras que en el resto del país ronda el 14%. La clave está en que los fuertes recortes de gasto del Gobierno y la veloz subida de precios en los últimos meses se han cebado con los salarios reales, que se han hundido. Las empresas no suben sus salarios al ritmo que lo hacen los precios, y la mayoría de las familias están dejando de consumir todo lo que no es totalmente imprescindible. Una situación de crisis y descontento social mque la oposición a Milei quiere aprovechar para tumbar su proyecto político.
