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Sara García (astronauta): "Volaría al espacio mañana mismo si España financiara una misión oncológica"

Sara García. JON BERNÁRDEZ
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Sara García es investigadora oncológica y la primera astronauta española en reserva. Para tener una misión necesita que haya fondos y confía en que pronto llegarán.

Sara García es investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y la primera astronauta española, actualmente en la reserva de la Agencia Espacial Europea (ESA). Salir de esa reserva es más una cuestión económica que temporal, explica. "Con fondos públicos o privados que financien una misión, iría al espacio mañana". De hecho, compañeros de su promoción de Suecia y Polonia tienen misiones ya diseñadas, "porque sus países así lo han querido", asegura. Éste fue el caso de Pedro Duque, que voló al espacio gracias a que el Gobierno de España le financió una misión.

La investigadora oncológica recibió en 2023 el premio Ada Byron de la Universidad de Deusto, que visibiliza el trabajo femenino en el campo científico y tecnológico. Por esta razón, Sara García ha inaugurado en Bilbao la nueva edición de este galardón y ha charlado con elEconomista.es sobre ciencia y el posicionamiento actual de España.

En este sentido, aunque la inversión en I+D ha aumentado en el último año, Sara lamenta la falta de avances. "Aunque la sociedad está a favor de la ciencia y la investigación no se apuesta por ello porque no tiene un retorno económico directo, es una apuesta de futuro", afirma.

La científica asegura que los países más ricos hoy son los que más invirtieron en I+D+I y siguen haciéndolo. "España no ha tomado aún esa decisión y va dando lo justo. Vamos en la buena dirección, pero estamos muy lejos de llegar a la media europea".

Vivir por y para la ciencia

Sara vive por y para la ciencia. Así, cuenta que su vocación surgió a edad muy temprana: "Desde pequeña quería dedicarme a una profesión que implicase aprender sobre materias científicas, avanzar en conocimiento y que sirviera para resolver problemas del día a día. La biotecnología lo aúna todo".

Después, para optar a ser astronauta siguió investigando. "Analicé en qué consistía la profesión y ví que respondía a esa pulsión de avanzar en conocimiento, utilizar la tecnología y mejorar la sociedad. Ademas, a nivel profesional había adquirido competencias que respondían al perfil de astronauta y me lancé a por ello", relata.

Preguntada sobre las probabilidades de viajar al espacio, en su situación de reserva, Sara García tiene claro que es una cuestión económica, no de tiempo. "Depende de que surjan oportunidades de vuelo y Europa está muy limitada porque depende de Space X. Por eso se ha creado una reserva, ya que el sector está despuntando y esto va a surgir porque interesa a nivel económico. Pero hoy Europa no puede garantizar a todos sus astronautas un ticket en un cohete".

Europa no puede garantizar hoy vuelos a todos sus astronautas, por eso ha creado una reserva

La primera mujer astronauta española relata que en la Estación Espacial Internacional ya hay un astronauta de reserva de su promoción y el año que viene irá otro, "porque sus países, Suecia y Polonia, han financiado sus misiones. Si hay fondos que financien una misión destinada a la investigación oncológica, iría mañana mismo. Probabilidad hay si España se mueve en ese sentido, como ya hizo con Pedro Duque", recuerda.

Sobre el proceso de selección para ser astronauta, Sara García comenta que impera la igualdad de género y que todas las agencias siguen similares directrices. "Es un proceso ciego, porque cuando se envían las candidaturas y se hace la primera criba por Curriculum Vitae y experiencia profesional, entras en un proceso de pruebas para el que te asignan un código alfanumérico, al que se asocian los resultados. A los reclutadores les llega un informe. Lógicamente, los médicos, enfermeros, psicológicos, etc., conocen el género del candidato, pero al final te han evaluado 70 profesionales tras casi 100 pruebas y lo que llega a la fase final es un expediente", cuenta.

Grandes avances

Las investigaciones en microgravedad tienen muchas ventajas precisamente por eliminar la gravedad, ya que ciertas propiedades desaparecen. "En la Tierra cuando mezclas dos sustancias están sometidas a procesos de sedimentación, las cosas precipitan, se afectan por cambios de temperatura o densidad, condiciones que no se dan en microgravedad. El ejemplo más claro es con los nuevos materiales; se han podido construir retinas artificiales, porque no se ven alteradas, se consiguen formulaciones cristalinas, además, en una misión de unos 15 días, puedes desarrollar cientos de proyectos".

Otros ejemplos de avances tienen que ver con haber logrado dispositivos de escaneos de masa ósea con menos carga de radiación; nuevas formulaciones de fármacos que se puedan administrar en una única dosis en lugar de ciclos de quimioterapia, etc. "Todo gracias a esos profesionales de la NASA que lograron llevar al hombre a la Luna. Además, sabemos más sobre el envejecimiento y este conocimiento se aplica frente a la osteoporosis, entre muchos otros", indica la astronauta.

Para incentivar las vocaciones científicas y tecnológicas, Sara García propone un sencillo cambio en el sistema educativo. "Poner a los estudiantes pequeños retos donde aplicar el conocimiento básico de física, de matemáticas, de biología, etc., en un pequeño problema de su día a día; así, se integra el conocimiento y se ve la utilidad del mismo y lo que aporta".

No es cuestión solo de optimismo, dice. Sara García se visualiza en el espacio. "Creo que surgirá una misión porque es importante por el lado experimental y por el hito que supondrá para España que haya una mujer investigando sobre el cáncer en el espacio, lo que animará a otras personas a cambiar el paradigma".

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