Infraestructuras y Servicios

Valencia busca operador para la joya náutica heredada de la Copa América

  • Incluye 800 amarres para barcos y varios locales hosteleros de La Marina
  • La Autoridad Portuaria valora en 36,5 millones de euros esos espacios
Dársena interior y canal de La Marina de Valencia.
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Ha pasado más de una década desde que la Copa de América de vela celebró su última edición en Valencia en 2010 y aún se sigue buscando la fórmula para hacer rentable la mayor parte del espacio que se creó para albergar la prueba deportiva. Después de continuos tiras y afloja y casi una década de gestión pública, finalmente se ha optado porque sea un operador privado quien asuma las actividades náuticas y de parte de los restaurantes de La Marina de Valencia a través de una concesión por 35 años.

El nuevo gestor será el responsable de mantener y conservar buena parte del espacio de la fachada marítima de Valencia, una auténtica joya náutica, que incluye 235.097 y otros 193.475 metros cuadrados de agua tanto de la antigua dársena interior del puerto como de su canal de acceso, además de los muelles y pantalanes para 800 amarres destinados a barcos recreativos y sus servicios.

Un proceso que se produce después de que la Autoridad Portuaria de Valencia vuelva a asumir el control de ese espacio, que para la celebración de la competición deportiva y sus inversiones se había cedido a un consorcio formado por el Estado, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia. Un organismo público que se encuentra en liquidación tras años de desencuentros y de que el Estado haya asumido la mayoría de la deuda de cerca 400 millones de euros con la que se financiaron la obras. Ante su final, ha sido el puerto de Valencia quien ha tramitado la concesión de este espacio náutico con el que Valencia lleva décadas soñando en convertirse en un referente en las embarcaciones recreativas.

El futuro operador no sólo será responsable de la gestión del puerto deportivo y sus servicios auxiliares, que también incluyen el pantalán para megayates y un varadero. Entre los activos que asumirá también se encuentran varios establecimientos de hostelería y restauración, además de buena parte de los espacios públicos de La Marina, como el paseo marítimo elevado sobre el dique que da a la playa de Las Arenas y los muelles. Una zona que no podrá cerrar o vallar, ya que se prohíbe expresamente en los pliegos.

¿Cuánto vale?

En total, la Autoridad Portuaria de Valencia valora en 36,5 millones de euros el valor patrimonial de los activos que quedarán en manos del concesionario, según una tasación que realizó Taxo, filial de Tinsa. Ese trabajo cifró en 117 millones de euros el valor de toda La Marina, donde también se incluyen los edificios de las antiguas bases de los equipos e inmuebles como la antigua estación náutica, el icónico Veles i Vents o un aparcamiento que queda al margen.

Precisamente una de las cuestiones fundamentales para elegir al futuro gestor será la inversión que esté dispuesto a hacer en la renovación tanto en las propias instalaciones náuticas como en las zonas públicas. Los pliegos no fijan unos mínimos y dejan en manos de las propuestas esos importes, al igual que parte de las tasas de actividad y cánones que tendrán que pagar al puerto por la actividad.

Cláusula Copa América

En los pliegos también se recoge una disposición adicional por la que la empresa concesionaria tendrá que prestar las instalaciones en caso de que Valencia volviese a albergar la Copa América de vela, cuya edición actual se celebrará en Barcelona. Un texto que obliga a empresa a colaborar activamente en la realización de esa competición y "ceder a la Autoridad Portuaria de Valencia, la superficie de tierra y agua necesaria para la celebración de dicho evento especial".

La inclusión de ese apartado fue una petición expresa de la alcaldesa de Valencia, la popular María José Catalá, que en su etapa en la oposición llegó a culpar al anterior alcalde, Joan Ribó, de facilitar que Valencia no compitiera por el trofeo que albergará la ciudad condal.

Posibles interesados

La licitación pone el foco fundamentalmente en empresas del sector y para garantizar la solvencia exige superar 3 millones de euros de negocio en el mejor de los tres últimos disponibles, y un patrimonio neto de, al menos, 10 millones de euros.

Durante estos años, el operador del otro gran actor de este sector en Valencia, el Real Club Náutico de Valencia, que cuenta con otros 1.400 amarres al otro lado del puerto, se había llegado a ofrecer como candidato a gestionar la actividad deportiva y recreativa. Sin embargo fuentes consultadas descartan que la entidad se plantee optar al concurso y que sus prioridades actuales se centran en atraer nuevas competiciones deportivas y la renovación en el futuro de su propia concesión.

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