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Sean Kidney (CBI): "La UE debe simplificar la regulación verde, o perderemos empresas"

  • Es el consejero delegado de la CBI, organización de referencia en bonos sostenibles
  • Cree que en 2025 EEUU emitirá su primer bono ESG, "pero no lo llamará 'verde"
  • "El estándar de bono verde europeo pide una perfección que no podemos ofrecer"
Sean Kidney, CEO de la Climate Bonds Initiative, durante su visita a Madrid. Foto: Alberto Martín.

"La idea de hacer algo verde no es políticamente seguro en EEUU", comenta Sean Kidney, CEO de la Climate Bonds Initiative (CBI). Esta organización sin ánimo de lucro monitoriza las emisiones de bonos sostenibles y crea marcos de referencia para ellas. Según los datos que recaba, España fue en 2022 el séptimo país que más bonos verdes emitió en todo el mundo. Las cifras de 2023 se publicarán pronto. 2024 ha arrancado fuerte en emisiones, con colocaciones por 130.400 millones de dólares en deuda verde en todo el planeta. Kidney -que se define como "un orgulloso ciudadano de la UE con pasaporte irlandés"- también forma parte de la Plataforma de Finanzas sostenibles de la UE, un equipo de cerca de 30 expertos que asesora a la Comisión Europea a la hora de elabrorar su regulación verde. Recientemente visitó Madrid, y tuvo tiempo de recibir a elEconomista ESG.

La UE tiene un plan para emitir bonos verdes por 250.000 millones de euros hasta 2026. Japón, que acaba de estrenarse como emisor de deuda sostenible, prevé alcanzar los 133.000 millones de dólares. ¿Para cuándo un bono verde del Tesoro de Estados Unidos?

Tengo muchos colegas en Estados Unidos que no creen que vayamos a verlo, pero yo creo que sí, porque tiene lógica. Será ya en 2025 (¡Biden tiene que ganar las elecciones primero!). Pero no creo que pueda suceder utilizando la palabra verde, sino la de transición. Porque precisamente de eso trata la IRA (Inflation Reduction Act). Los proyectos que financiará la IRA, que en muchos casos tienen que ver con energías limpias y con hidrógeno, ahora están en estadios iniciales, pero a medida que maduren serán elegibles para refinanciarse a través de bonos, y esos bonos serán de transición. Creo que el Tesoro estará interesado en hacerlo, ya que es una forma de mostrar su apoyo a la IRA. Es un mensaje político.

¿Qué volumen podría alcanzar esa colocación y por qué todavía no han emitido?

Básicamente, estamos asistiendo a enfrentamientos entre demócratas y republicanos y la idea de hacer algo verde no es políticamente seguro. Pero también hay otras complicaciones. En EEUU, las cuestiones legales [de cara a este tipo de colocaciones] son diferentes [...]. ¡Son un auténtico dolor de cabeza! Pero, una vez que lo hagan, lo harán a lo grande. Hablar de volúmenes es una especulación total por mi parte, pero EEUU no lo hará por menos de 10.000 millones, y probablemente lo haga por algo más de esa cifra.

Respecto a esa ola anti ESG a la que se ha referido en EEUU, ¿cómo puede afectar a la inversión sostenible más allá de ese país?

Quizá no haya fuego, pero hay humo. La esencia de la inversión ESG [la que tiene en cuenta criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo] es considerar otros factores, además del historial de ganancias a corto plazo. Si usted es un trader intradía, esto no es para usted. Pero si es un inversor a largo plazo -y hay 130 billones de dólares bajo gestión con ese enfoque-, sí. El problema que tenemos son los datos: cada agencia tiene su propia metodología ESG, y no hay correlación entre las puntuaciones de unos y otros proveedores. Hay una falta de madurez en los enfoques [...]. El segundo problema es que la ESG tiene que ver con la relatividad. Cuando empecé en esto, el índice Dow Jones de sostenibilidad solía incluir las mejores centrales de carbón de su categoría. No puede haber centrales de carbón que se llamen sostenibles. Ahora las están sacando, pero ese proceso ha tardado un poco. Todavía tenemos fondos ESG en todo el mundo que incluyen plantas de carbón porque son las mejores de su segmento. No podemos financiar este tipo de cosas.

¿Ha ido demasiado lejos la UE con todas sus exigencias regulatorias en finanzas sostenibles?

El plan de finanzas sostenibles europeo es uno de los triunfos de la política. Pero ¿es perfecta su implementación? No. En muchas áreas, es demasiado complicada. El desafío de la nueva Comisión Europea debe ser facilitar que todas estas exigencias sean más fáciles de cumplir, sin sacrificar la ambición. Tenemos que ponérselo fácil a las empresas. De lo contrario, lo único que haremos es reducir a los competidores europeos, lo cual no nos beneficia.

¿Qué opina del estándar europeo de bonos verdes? ¿Ayudará a impulsar las emisiones?

Es un estándar aspiracional, que marca las pautas de hacia dónde vamos, pero por ahora para la mayor parte del mercado es demasiado difícil encajar en él. En gran parte, porque la taxonomía de la UE sigue siendo un desafío. El estándar de los bonos verdes exige un nivel de perfección que todavía no podemos ofrecer. Lo primero que tenemos que hacer es mejorar la taxonomía. Creo que los bonos emitidos bajo el estándar de la UE no representarán más que el 10% del mercado europeo este año. Nos gustaría que llegase a ser el 100%, pero no será algo inmediato.

La CBI ha lanzado un marco para los bonos ligados a la sostenibilidad (SLB). ¿Va a impulsar este tipo de colocaciones, que todavía son residuales?

No creo que las colocaciones de SLB lleguen a ser enormes, porque creo que el apetito seguirá siendo predominantemente por los verdes. [...] Actualmente, aproximadamente el 60% de los SLB eligen un par de indicadores clave de desempeño (KPI) , pero no están consiguiendo un cambio real. No han proporcionado un plan de transición adecuado para la empresa que podamos evaluar y juzgar. Nuestro principio básico es que lo realmente importante es conocer el plan de la empresa para abordar el cambio climático.

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