La opa voluntaria lanzada por la presidenta de Prosegur, Helena Revoredo, sobre un 15% del capital de la compañía de seguridad, ha sido finalmente aceptada por un 13,23% de los accionistas, según ha informado este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a cierre de la sesión.
Así, la sociedad a través de la cual articula su participación, Gubel SL, extiende su control al 73,13% de la empresa, algo menos del 74,9% que aspiraba a controlar con este movimiento. Lo hará mediante el desembolso de 132 millones de euros —131.995.687,53 euros, concretamente—, 18 millones menos de los inicialmente previstos, que tenían el aval de la banca.
La opa voluntaria y parcial, que fue aceptada por el Consejo de Administración de Prosegur, establecía una contraprestación de 1,83 euros por título, lo que valoraba la compañía en casi 1.000 millones de euros. La operación fue presentada en noviembre y autorizada por la CNMV el pasado 20 de febrero.
Con este movimiento, Revoredo logra fijar un suelo a los títulos de Prosegur, que se sitúan en el entorno de los 1,80 euros por acción, al ver incrementado su valor desde los 1,43 euros que reflejaban los títulos antes de dar a conocer su movimiento.
A cambio, la empresa de seguridad verá disminuída su liquidez, un factor que intensifica las posibilidades de que Revoredo promueva una exclusión bursátil, al rozar el control de tres cuartas partes de la sociedad. Desde la misma descartaron esta opción en el folleto de la opa, esgrimiendo que "el oferente no tiene planes de promover que las acciones dejen de estar cotizadas".
A la espera de que se decidan estos movimientos corporativos, Prosegur cerró su ejercicio 2023 con 66 millones de euros de beneficio neto, un 1,3% más que el año previo, tras reportar un nuevo récord de ventas por 4.310 millones, un 3,3% más. La situación es bien distinta en su filial Prosegur Cash, que pese a ganar 63 millones el pasado ejercicio, vio como esa cifra caía un 33%.
