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Proteger el talento femenino en la era de la Inteligencia Artificial

Cuando hablamos de nuevas tecnologías, la euforia colectiva es palpable. Toda evolución tiene un impacto y las empresas, con el objetivo de mejorar su eficiencia, adoptan estas innovaciones. Este ha sido el caso de la ya tan conocida Inteligencia Artificial (IA) y sus implicaciones en las dinámicas laborales. Sin embargo, este entusiasmo tecnológico debe ir de la mano de una reflexión sobre la conexión inevitable que la IA tiene con el empleo, especialmente el femenino.

Según un informe del Fondo Monetario Internacional, un 40 % de los empleos globales están expuestos al impacto de la IA, cifra que llega al 60 % en países desarrollados, por la prevalencia de empleos orientados a tareas no manuales. Dentro de este riesgo de reemplazo, las mujeres son las que más pueden verse afectadas. De acuerdo con un estudio de McKinsey Global Institute, las mujeres tienen 1,5 veces más probabilidades de cambiar de ocupación que los hombres. Esto es debido a que la mayoría de los puestos de soporte y atención al cliente -puestos que pueden verse más afectados - están ocupados por mujeres. El informe prevé una reducción en unos 3,7 millones y 2 millones de estos empleos, respectivamente, de aquí a 2030. Por ello, las empresas debemos continuar trabajando en mejorar la empleabilidad pensando en el futuro y en cómo la IA va a impactar a estas posiciones.

Además, resulta fundamental que las empresas, al abrazar la Inteligencia Artificial, no sólo consideren su eficiencia operativa y agilidad de respuesta, sino también debemos plantearnos que se entrena con datos que son producto del ser humano, por lo que puede contener los mismos sesgos de las personas.

Un reciente estudio de la Universidad de Deusto ha demostrado que la IA hace recomendaciones sesgadas y que estas pueden influir en las decisiones de las personas, creando un peligroso círculo vicioso. Esto puede tener un impacto negativo, especialmente para las mujeres, en el caso de que estos sesgos sean de género, lo que tenemos que vigilar que no suceda.

Por eso, es fundamental entender el impacto que puede tener el "sesgo inconsciente" (o, incluso, ciertos intereses) y evitar creer en la IA como verdad universal. Para resolverlo, es crucial contar con fuentes diversas de información y educar en la importancia de dudar y cuestionar. Toda información tiene matices y contexto, por lo que tenemos la responsabilidad individual de indagar para escuchar otras voces.

Las nuevas tecnologías permiten a las empresas competir en un mercado cambiante, pero en un día como hoy, el Día Internacional de la Mujer, con su lema 'Invertir en las mujeres, acelerar el progreso', debemos aprovechar la oportunidad para recordar la necesidad de invertir en el talento femenino, por justicia y por sus demostrados beneficios.

Según la ONU, las empresas se benefician enormemente de aumentar el talento femenino en puestos directivos, ya que se ha demostrado que aumenta la eficacia organizacional.[i] Sin embargo, aunque en España más de la mitad del mercado de trabajo está compuesto por mujeres, el país está rezagado en comparación con el promedio europeo, sin que haya habido crecimiento en esos roles en los últimos años[ii].

La Organización Internacional del Trabajo cuantificó los beneficios de apostar por la diversidad de género: las empresas con mujeres en los órganos de dirección aumentaron sus beneficios entre el 5% y el 20% [iii]. Y señalaba que las empresas con políticas de igualdad de oportunidades tienen mayor probabilidad de incrementar sus beneficios y su productividad (más del 60 %) y de mejorar su reputación, atraer y retener el talento con mayor facilidad, así como lograr cotas de mayor creatividad e innovación (casi el 60 %).

En definitiva, las empresas necesitamos que el talento femenino ocupe el espacio necesario, y para protegerlo debemos entender a qué riesgos le expone una revolución tecnológica como la que supone la llegada de la IA.

Apostar por la tecnología es crucial, pero no puede ser a expensas de la igualdad de oportunidades y el desarrollo del talento femenino. Es esencial para construir un futuro laboral equitativo y sostenible en la era de la Inteligencia Artificial. Si queremos eliminar la brecha actual, debemos solucionar este gap antes de que la IA sea una realidad en nuestro día a día, y tengamos que enfrentarnos no solo a los sesgos humanos, sino también a los tecnológicos.

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