Head of Insights en Samy Alliance

A lo largo de estos dos últimos años hemos oído en incansables ocasiones que los consumidores han cambiado, que tienen nuevos hábitos y maneras de relacionarse con las marcas, así como que son más conscientes y que exigen una implicación social a las compañías antes de comprar sus productos o servicios. Pero ¿sabemos cómo se ha llegado a detectar esta evolución de los gustos del consumidor? La respuesta puede parecer simple: mediante las redes sociales y el comportamiento de los usuarios en estas. Si tenemos en cuenta que, según datos del Informe Global Statshot, el 57,6% de la población mundial usó estas plataformas a diario durante el 2021, podemos decir que el volumen de información que se genera sobre marcas, consumidores, sectores y mercados es enorme. Concretamente, las grandes marcas reciben más de 200 millones de menciones anuales en las redes. Y aquí es dónde se complica la cosa, las marcas tienen delante una información muy potente, que les permite saber preferencias, intereses y hábitos de sus consumidores, pero detectar aquello que es de su interés y sacar unas conclusiones claras es todo un reto. Esto ha llevado a que muchas de compañías no estén aprovechando la oportunidad que tienen delante.

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