Retail - Consumo

Nomo, la marca 'japo' española que quiere crecer en los centros de El Corte Inglés

Restaurante Nomo en Bárbara de Braganza en Madrid.

En diciembre de 2007, Borja Molina-Martell, un joven licenciado en Dirección y Administración de Empresas de apenas 25 años decidió abrir junto a su hermano y su cuñado un pequeño negocio en Barcelona para cubrir un nicho de mercado por explotar inspirado en un pequeño negocio londinense, germen de lo que hoy es la cadena Wasabi sushi & bento.

"En aquel momento en Barcelona había restaurantes japoneses, pero no muchos y a un precio caro. En nuestros viajes comprobamos que no era una moda, sino algo que había venido para quedarse y apostamos por una fórmula que sirviera materia prima de alta calidad, pero a precios asequibles", explica Molina-Martell.

Así nació el primer restaurante del actual Grupo Nomo en el barrio de Gracia, aplicando reducción de costes de forma creativa. "No reservábamos, no había café, el cliente se tomaba nota a sí mismo, la carta de vinos era cortísima. Pero el producto era muy bueno y fichamos a Naoyuki Haginoyaque, un cocinero de Tokio con experiencia en restaurantes de alta gama y en izakayas para que hiciera la carta y finalmente se quedó como socio y chef ejecutivo", aclara el consejero delegado del grupo.

Con la llegada de la crisis en 2008, los responsables del proyecto comprobaron que los clientes seguían acudiendo al local e incluso hacían cola para recoger sus pedidos y consumirlos en casa, por lo que decidieron también ser pioneros en adaptar su modelo de negocio al delivery y el takeaway haciendo evolucionar la marca inicial de Nomo Market a Nomomoto para los envíos a domicilio y Nomo para esos restaurantes donde la barra y el trabajo del sushiman siempre estaban presentes y la cuya oferta fue evolucionando hacia un ticket medio algo más elevado desde el respeto a la tradición culinaria japonesa del chef Nao, pero con guiños que integraban el excelente producto español a las técnicas niponas.

Con esta fórmula, y sin hacer mucho ruido, el grupo de Borja Molina-Martell ha conseguido posicionarse en un casual dining asequible y abrir un total de 10 locales de sus diferentes modelos de negocio repartidos entre Cataluña y Madrid, donde abrió embajada en el barrio de Chueca en 2020 a la espera de estrenar el año que viene un segundo restaurante, en el entorno del Bernabéu o el barrio de Salamanca, bajo un concepto innovador que se pondrá en marcha en Barcelona en el primer semestre de 2024. Tal y como reconoce el fundador, "invertiremos alrededor de 1,6 millones de euros en un nuevo buque insignia del grupo de 500 metros cuadrados y dos plantas que abriremos este año en el Eixample de Barcelona y en el que además de la cocina, habrá hueco para la coctelería de inspiración japonesa y otro tipo de experiencias".

Esta fuerte inversión será posible gracias a un modelo de negocio diversificado entre el delivery de Nomomoto, los restaurantes, su cocina central y el concepto ininterrumpido e inmediato con takeaway de Nomo Market que ya han integrado como una barra en la oferta gastronómica del Gourmet Experience de El Corte Inglés de Goya en Madrid y un córner dentro del supermercado de la cadena en su centro de la Diagonal en Barcelona. Esta colaboración que se inició en 2019 y quedó interrumpida por la pandemia será uno de los vehículos sobre los que Molina-Martell espera llevar la expansión de su marca a otras ciudades españolas a partir de 2026. De momento, tras cerrar 2023 con una facturación de 16 millones de euros, el grupo catalán prevé abrir otro córner de Nomo Market en 2024 y crecer en el entorno del 20% a lo largo del año hasta alcanzar una facturación de alrededor de 19 millones.

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