Energía

Menos regulación y más ayudas: España se juega ser un 'hub' en hidrógeno

Juan Bachiller, director general de ABB Motion España. eE
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España tiene todo a su favor para convertirse en un 'hub' del hidrógeno, tal y como se ha constatado en el Congreso Europeo del Hidrógeno 2024, celebrado la semana pasada en Bilbao. Hay un avance importante en la generación de energías renovables, en la demanda, con un gran desarrollo de la tecnología y talento, y se ha producido una aceleración en el número de proyectos en el ámbito del hidrógeno.

Pero el interés e inversión de la empresa se encuentra con dos grandes retos: la necesidad de agilizar la regulación y los permisos, y disponer de más ayudas para impulsar el paso del pilotaje a la industrialización de esos proyectos.

"Estamos en ese momento de necesidad de un impulso, creo que hay más ganas de avanzar que la posibilidad de hacerlo", explica a elEconomista.es el director general de ABB Motion, Juan Bachiller.

Gracias a la descarbonización

El hidrógeno supone un vector enérgetico de oportunidad para el futuro económico del país, debido al compromiso con la descarbonización del sector industrial, entre otros. "Gracias a la transición energética, con los requisitos que nos hemos autoimpuesto de la Unión Europea de reducir las emisiones de CO2, las empresas tratan de sustituir procesos que lo generan por otros que utilizan hidrógeno. Tenemos toda la situación y argumentos para poder ser ese 'hub'", asegura Bachiller.

Los fabricantes de electrolizadores están en el norte de Europa: Noruega, Suecia y Alemania. Y los países más avanzados, desde el punto de vista de las necesidades que hay en el mercado, son Francia, Alemania y España. "Por tanto, es un momento muy bueno para poder desarrollar esas nuevas tecnologías, ya que dentro de Europa España es el país que por su ubicación geográfica y la presencia de renovables, tiene más sentido hacer ese hub y ese desarrollo industrial.

Según el directivo de ABB, que ha participado en el congreso, la parte de la tecnología tiene que avanzar en cuanto a la aplicación para el hidrógeno. "Todo lo que está detrás de la electrólisis es un proceso conocido, hay que ayudar a industrializar para tener mayor escala, porque la tecnología está ahí". Sobre los plazos para pasar de ese proyecto piloto al industrial, Bachiller comenta que "el salto de entre 2 y 10 MW, hasta los 75-100 y 200 MW llevará cuatro-cinco años y ahí habrá que incentivar".

"El salto de los pilotos de 2-10 MW, hasta los 75-100 y 200 MW llevará cuatro-cinco años y ahí habrá que incentivar", opina Bachiller

En esta línea, otro de los retos es "ser capaces de generar empresas tecnológicas globales, con presencia y fabricación en España que contribuyan a la creación del ecosistema". De esta manera, España avanzará hacia una autonomía energética.

El desarrollo de un sector fabricante también será positivo para impulsar la industria, un área de la economía que crea empleo de calidad. "España es pionera en renovables, instalaciones desaladoras o alta velocidad. El hidrógeno puede ser otro mercado creciente y tenemos la oportunidad para ubicarnos y posicionarnos al respecto".

Del lado de los competidores, también España está en clara ventaja. "China no tendrá en el corto plazo esa demanda del mercado local y Estados Unidos no está tan avanzado en descarbonización, ya que apuesta por la captura de CO2 más que por dejar de producirlo", concluye Juan Bachiller.

Oportunidades de negocio

ABB tiene dos plantas en Euskadi: Galindo (Bizkaia) y Oiartzun (Gipuzkoa), dos instalaciones con oportunidades para crecer dentro del ecosistema vasco del hidrógeno en servicios, mantenimiento, etc.

Otra vía será las alianzas con fabricantes de equipos. "Además del electrolizador, hay que gestionar ese hidrógeno producido, refrigerar, comprimir, y podemos colaborar con empresas vascas que generen esos comprensores, bombas, ventiladores, etc. y nos acompañen en nuestra oferta de servicios internacional", comenta Juan Bachiller.

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