Economía

Los indefinidos que firman más de un contrato al mes aumentan un 25% en 2023 y alcanzan los 415.000

Foto: Dreamstime

El año 2023 ha supuesto la prueba del algodón de la reforma laboral tras el espectacular repunte del empleo fijo durante el ejercicio anterior. Las cifras apuntan a una consolidación de las del año anterior, aunque con unos resultados algo menos positivos. En todo el año se registraron 6,2 millones de contratos indefinidos, una cifra que supone un descenso del 5,8%. A pesar de ello, las personas que tuvieron que firmar más de uno al mes aumentaron un 25% y alcanzaron las 414.632.

La cifra no es comparable con la que se registraba antes de la reforma laboral, ya que los contratos fijos se han multiplicado. En 2021 apenas llegaron a 2,1 millones. Eso sí, los que se firmaban eran mucho más estables: las personas que firmaban más de uno al mes apenas llegaban al 1% del total. En 2023 esa cifra se ha elevado al 6,7%, aunque en algunos meses, como en enero y diciembre se ha llegado al 8%.

Desde inicios de 2022 más de 745 mil personas han firmado más de un contrato indefinido, aunque la cifra más eleva se anotó en mayo de este año, cuando se alcanzaron las 44899 personas. En cualquier caso, la tasa anual del 6,7% supera las previsiones de los analistas como Valentin Bote, director de Randstad Research, que hace un año la situaba en el 6%.

Esta evolución contrasta con la de los temporales: se firman muchos menos, pero el porcentaje de personas que firman más de uno al mes también se ha reducido, pasando del 48% en 2021 al 30% en 2023. Algo que se explica por la desaparición de los eventuales por obra y servicio, contratos temporales peros de duración indeterminada (es decir, que no se fijaba a la hora de firmarlos), lo cual encierra una elevada carga de volatilidad.

Lo que ocurre con los temporales es más difícil de entender. En teoría, la tasa de trabajadores fijos que firman más de un contrato al mes debería haberse mantenido más o menos estable, no multiplicarse por siete. Que esto se mantenga en el segundo año en vigor de la reforma también anula el argumento de que el incremento se debe a la adaptación de empresas y trabajadores al cambio legal.

Tampoco se puede achacar a los fijos discontinuos. Aunque este tipo de contratos indefinidos encadenan periodos de inactividad que pueden repetirse a lo largo de un mes, al volver a incorporarse no se firma un nuevo contrato, con lo cual no aparecen en esta estadística.

Posibles culpables de la rotación laboral

Una explicación puede estar en que son pluriactivos. Efectivamente, los ocupados con más de un empleo han crecido un 8% tras la reforma laboral, según los datos de la EPA. Pero las afiliaciones a la Seguridad Social que corresponden a un empleo secundario apenas suponen un 4% del total (es decir, hay 800.000 altas más que personas físicas afiliadas), el mismo porcentaje que antes del cambio legal, según afirma el departamento que dirige Elma Saiz.

Pero otro motivo estaría en el auge de despidos y bajas por no superar el periodo de prueba que se ha producido entre los indefinidos tras la reforma laboral. Aunque tras un auge de la contratación indefinida es normal como el que se experimentó en 2022 se consideraba lógico que hubiera más empleos que no cuajaban, que esta situación se mantenga en 2023 confirma que se trata de una tendencia consolidada que no va a corregirse.

Lo que implica que muchas empresas utilizan fórmulas para prescindir de los trabajadores fijos tras periodos de corta duración, a veces incluso sin abonar una indemnización, como en el caso del periodo de prueba. Es decir, muchos indefinidos se convierten en temporales de facto que sustituyen a los extintos contratos por obra y servicio.

Pero a esta situación contribuye también un auge de la "movilidad laboral voluntaria", es decir, de trabajadores que renuncian a un trabajo para empezar en otro. Un supuesto que cobra cada vez más relevancia: las dimisiones de indefinidos han aumentado un 194% respecto a los niveles alcanzados en 2021.

Estos datos confirman el resto de las estadísticas que apuntan a un cierto empeoramiento de la calidad del empleo indefinido ordinario. A pesar de la caída de la tasa de temporalidad, es decir, el porcentaje de los contratos eventuales, que descendió del 90% al 60% de todos los que se firman, España sigue siendo el país con la mayor ratio de entrada y salidas del empleo de la Unión Europea.

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