Madrid
La gestión pasiva está ganando terreno a pasos agigantados entre los inversores españoles a la hora de decantarse por la oferta de las firmas internacionales que distribuyen sus fondos en España. Según los últimos datos de Inverco, del primer semestre, el volumen de activos que representan los ETF y los fondos indexados ya alcanza el 31,4% del patrimonio total de las gestoras extranjeras, estimado en 256.000 millones de euros.
Este porcentaje ha crecido más de diez puntos porcentuales desde finales de 2020, el año de la pandemia, ejercicio que marcó el inicio de esta mayor preferencia por los vehículos pasivos, cuando en los años anteriores su representación había ido oscilando por debajo de este nivel. Y significa un despegue absoluto desde casi el 15% que ostentaba esta clase de productos en 2014, primer año del que Inverco ofrece información desagregada por tipo de activo de las gestoras internacionales. Es decir, que en poco más de una década los fondos pasivos han acaparado casi un tercio del patrimonio.
El apetito por la gestión pasiva se produce en un momento de cierto repliegue de los inversores españoles de los fondos de gestoras internacionales, que se ha traducido en una merma del volumen patrimonial que manejan estas firmas en España. El año pasado cerraron por primera vez con reembolsos netos, por valor de 13.000 millones de euros y aunque durante el primer trimestre de este año lograron captar 1.000 millones, entre abril y junio han sufrido salidas netas de dinero de 2.000 millones. Solamente la revalorización de los mercados ha permitido que el volumen total de activos haya subido a los 256.000 millones, desde los 245.000 con que cerraron el año pasado.
Esta disminución del patrimonio de las gestoras internacionales en España es correlativa al auge de la gestión discrecional de carteras en los últimos años por parte de los bancos, un segmento que ya controla en torno a los 110.000 millones, y que se nutre sobre todo de sus propios fondos. Y entre la oferta de las gestoras internacionales, la opción está siendo la gestión pasiva. Hay que tener en cuenta que el principal cliente de las gestoras extranjeras es el inversor institucional, entre los que se encuentra la banca, ya que no cuenta con la ventaja del diferimiento fiscal en los traspasos.
Este dominio de los ETF y los indexados tiene un nombre propio, el de la gestora BlackRock, que controla 41.243 millones en España, de los que el 68% proceden de sus fondos cotizados e indexados, y el 55% son de su negocio institucional. Y de hecho es la única de las gestoras con presencia en España que ha conseguido suscripciones netas relevantes en el segundo trimestre, por valor de 829 millones de euros.
