Motor

Los coches chinos se convierten en la última amenaza para la seguridad nacional de EEUU

  • Washington investigará los coches inteligentes fabricados en el país asiático
Modelo Yangwang U9 de BYD. Bloomberg.

La guerra comercial entre EEUU y China se desarrolla en varios teatros de operaciones. Uno de los más importantes es el mercado automovilístico, cuya cadena de suministro está volviendo a la normalidad tras la pandemia. Además, esta industria está expermientando una clara transformación a medida que más fabricantes apuestan por los coches eléctricos. En este contexto, el país asiático ha acelerado el ritmo, llegando a convertirse en el mayor exportador de coches en 2023. Así las cosas, y con el reciente conflicto sindical del motor y las elecciones en mente, Joe Biden ha definido a los fabricantes de automóviles chinos como "amenaza para la seguridad nacional", y ha anunciado medidas para investigar los vehículos inteligentes fabricados por marcas del gigante asiático.

El presidente de EEUU ha indicado en una declaración publicada por la Casa Blanca que la estrategia de China para controlar el mercado automovilístico supone una amenaza para la seguridad del país norteamericano. Según Biden, "China está decidida a dominar el futuro del mercado automovilístico, mediante el uso, incluso, de prácticas injustas", lo cual podría "inundar nuestro mercado con sus vehículos, planteando riesgos para nuestra seguridad nacional". Algo que Biden no dejará que ocurra bajo su mando, según ha señalado.

El mandatario norteamericano ha apuntado directamente a los coches inteligentes fabricados por China. Biden ha comunicado a Gina Raimondo, Secretaria de Comercio estadounidense, la realización de una investigación sobre los vehículos conectados con tecnología de países que generan una especial preocupación en Washington. "China impone restricciones en coches estadounidenses y en otros coches extranjeros. ¿Por qué deberíamos dejar a los vehículos inteligentes chinos operar en nuestro país sin garantías de seguridad?", se pregunta Biden.

Lo cierto es que esta inquietud por los "smartphones con ruedas" -tal y como los describe el inquilino de la Casa Blanca- fabricados en China, se unen a una preocupación más general de EEUU respecto a posibles ciberataques por parte del gobierno de Xi Jinping. En este sentido, Washington planea invertir más de 20.000 millones de dólares para sustituir las grúas inteligentes fabricadas en China que operan en los puertos de EEUU. Según Anne Neuberger, consejera adjunta para la seguridad nacional, si estas grúas sufrieran algún ciberataque, ello impactaría negativamente en el movimiento de bienes de la economía y el ejército estadounidense.

Sin embargo, la situación actual del mercado automovilístico indica que, probablemente, las intenciones de EEUU vayan más allá de la ciberseguridad. Según la Asociación de Manufactureros de Automóviles china, las exportaciones de vehículos aumentaron en 2023 hasta las 4,91 millones de unidades, es decir, un 58% más que el año anterior. Se trata de un volumen superior a los 4,42 millones de coches vendidos en el extranjero por Japón, por lo que China consigue así la corona de las exportaciones que hasta ahora ostentaba el país nipón.

Por su parte, las estimaciones de la Asociación de Turismos de China indican que el volumen de las exportaciones aumentó hasta los 5,6 millones de unidades, ascendiendo a un valor cercano a los 102.000 millones de dólares. Sea como fuere, lo cierto es que China está regando el mercado con sus coches, controlando, paralelamente, el mercado de vehículos eléctricos. El país asiático concentra el 60% de las ventas a nivel global de este tipo de automóviles, y la firma china BYD superó a Tesla como mayor vendedor de coches eléctricos en el último trimestre de 2023.

Por si fuera poco, el dominio que China ejerce sobre el procesamiento de materiales críticos hace muy difícil desacoplarse del país asiático para producir vehículos eléctricos. Con ese objetivo se promulgó la Inflation Reduction Act en 2022, además del de atraer a los productores extranjeros mediante subvenciones y ayudas fiscales. De hecho, Nvidia, gigante de la industria de chips, se está beneficiando del vigor de los vehículos eléctricos en China. La firma comunicó el pasado mes de enero que sus sistemas de conducción automática están creciendo en el mercado chino de coches eléctricos.

En definitiva, China está sorteando la red de sanciones tejida por Estados Unidos para minar su desarrollo tecnológico y económico. Como resultado, su industria automovilística está incrementando su músculo, algo que Estados Unidos no está dispuesto a permitir en un contexto de tensión comercial entre ambas potencias.

WhatsAppTwitterTwitterLinkedinBeloudBeloud