Economía

Las ETTs sacan tajada de la reforma laboral y firman el 94% de los fijos discontinuos

Las empresas de trabajo temporal han encontrado la vía para moderar el golpe de la reforma laboral en una de las modalidades contractuales impulsadas por la propia norma: los fijos discontinuos. Pese a la ofensiva de la Inspección de Trabajo, su utilización no ha dejado de crecer, hasta el punto de que el 94% de los contratos de este tipo firmados en diciembre de 2023 lo realizó una ETT.

Este sorprendente porcentaje, que supera en 20 puntos la ratio alcanzada en noviembre (que quedó en el 74%) parece explicarse por la campaña navideña, que tradicionalmente dispara la actividad de las ETT. Pero esta es una explicación parcial porque el aumento de la contratación para estas fechas empieza antes de diciembre. La cifra de contratos fijos discontinuos que estas compañías formalizaron en el último mes del año, 140.999, queda por debajo de los 144.551 registrados en octubre y los 146.798 de noviembre.

Mucho más relevante para entender lo ocurrido es el desplome en la firma de contratos fijos discontinuos firmados por el resto de empresas. El total fue de 149.845, un 15,8% menos que a cierre de 2022, pero mientras los suscritos por ETT se dispararon un 50,3% interanual (hasta los mencionados 140.999), los del resto de empresas se desplomaron un 89%, pasando de 84.051 a 8.846. Es decir, no se trata solo las empresas de trabajo temporal firmen más contratos de este tipo: es que las demás han dejado de hacerlo.

Fue la propia norma la que levantó el 'veto' histórico a las ETTs para firmar este tipo de contratos. La idea era compensar la desaparición de los temporales por obra y servicio. Pero mientras estos suponían el 32% de los contratos por obra y servicio a cierre de 2023, los fijos discontinuos alcanzan el 45%.

Hasta el cambio legal, los indefinidos fijos discontinuos, se vinculaban a actividades estacionales pero recurrentes, que permitían que los contratos se pusieran en 'suspenso' hasta que las empresas volvieran a llamar a los trabajadores. Pero con el cambio legal esta fórmula se flexibiliza, lo cual no solo se abre la puerta a las ETTs, sino que les permite emplearles en puestos mucho más volátiles.

Su actividad remonta en 2023

Ello no significa que la actividad de estas empresas haya salido indemne. El total de contratos de puesta a disposición ha caído un 19,5% respecto a diciembre de 2021. Esto no se explica solo por la mencionada supresión de los de obra y servicio, sino también por la caída en un 41,7% de los eventuales por circunstancias de la producción, que antes de la reforma suponían el 66% del total de los gestionados por ETT y hoy solo el 48%.

Este retroceso entra dentro de los previsible tras la reforma. Aunque conviene matizar su alcance: el gruso de la disminución se concentra en 2022, el primer año de la reforma, cuando se desplomaron un 24,7%. En 2023 se han recuperado un 7%, una evolución que responde enteramente al auge de los contratos fijos discontinuos.

Los datos de la Estadística de Empresas de Trabajo Temporal que elabora el Ministerio de Trabajo solo llegan a diciembre de 2023. Está por ver si esta tendencia se ha mantenido en el arranque de 2024. En los dos primeros meses del año, la firma de contratos fijos discontinuos ha registrado un leve repunte, aunque por ahora no podemos estimar qué porcentaje corresponde a contratos de puesta a disposición de una ETT.

Un fraude difícil de demostrar

En cualquier caso, las cifras del pasado ejercicio no dejan de ser sorprendentes en un ejercicio marcado por las denuncias de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que alentó las sospechas sobre los contratos fijos discontinuos de empresas de trabajo temporal. Tras aquel aparente cambio de postura respecto a un hecho que su propia reforma laboral permitía, están las críticas de los sindicatos y de muchos expertos que consideraban que la precariedad achacable a los fijos discontinuos deriva ante todo de su 'explotación' por parte de las empresas de trabajo temporal.

La líder de Sumar promovió hace casi un año el envío de 4.600 cartas, que afectan a unas 45.000 "relaciones laborales", para detectar si se registran "abusos" en la contratación temporal de empresas que recurren a ellos para cubrir "necesidades permanentes o estructurales". No hay datos oficiales de cuántas de estos contratos se han convertido en indefinidos ordinarios contratados por las empresas donde prestan servicios y no en las ETTs.

El problema para que estas situaciones concretas se consideren fraude es que la reforma laboral introduce una amplia flexibilidad en el uso de fijos discontinuos, sin regulación específica para el caso de las empresas de trabajo temporal.

El número dos de Díaz y secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, cifra en 140.000 personas el total de trabajadores temporales o fijos discontinuos que se han convertido en indefinido ordinario por la actuación de la Inspección, pero no detalló cuántos derivan de contratos de ETTs. Pero las actuaciones de la inspección parecen haber hecho más mella en la contratación fijos discontinua del resto de empresas, cada vez menos interesadas en esta modalidad contractual.

Esto también contribuye a entender su menor peso en el empleo, según se mide en términos de afiliación y que los puestos que se firman bajo esta modalidad tengan una rotación entre llamamientos comparable con la de los temporales: los más estables se reducen, ya sea porque su conversión en indefinidos ordinarios o porque las empresas cada vez apuestan menos por esta vía para crear empleos de calidad.

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