Energía

La solución para la sequía existió en España hace 40 años y hoy la adopta Marruecos 

Foto: Dreamstime.

La grave escasez de lluvias ha hecho que algunas ciudades de España apliquen planes de emergencia con restricciones en el suministro de agua potable para hacer frente a la actual sequía. Un escenario, que ha planteado la alternativa de usar las desaladoras para suministrar agua dulce. Sin embargo, esta opción no termina de convencer por su alto coste y daño medioambiental. Con todo, reaparece una vieja técnica adoptada en los últimos años por Marruecos que tiene que ver con la siembra de nubes para conseguir lluvia artificial. Una tecnología que alguna vez se experimentó en nuestro país sin mayores resultados.

Las miradas de las administraciones están dirigidas a todo tipo de tecnologías que puedan resolver la actual crisis del agua como la que está viviendo Cataluña. Cada día se presentan inventos y tecnologías que pueden resolver el conflicto, algunos de alcance doméstico, otros más de más alcance, como los de las desaladoras de agua de mar, pero también aparece en la ecuación una cuestionada y vieja técnica sobre la siembra de nubes que la estarían aplicando en Marruecos y que hace más de 40 años se experimentó en España.

Marruecos informó recientemente, que la media nacional de las precipitaciones durante los últimos tres meses ha sido de 21 mm, un 67% menos que la media anual. Un escenario que manifiesta la necesidad de aplicar técnicas para la sequía. Así es como aparece la siembra de nubes que el país vecino aplicó a través del programa 'Al-Ghaith' entre los años 2021 y 2023, con una inversión de 14,7 millones de euros. Desde su incursión, este avance ha entrado en el debate de los expertos al ser considerado "poco eficaz y sostenible".

El día que el mundo quiso hacer llover en España

Si bien en los últimos años, Marruecos le ha dado vida a esta técnica de sembrar nubes, entre 1979 y 1981 se llevó a cabo en Valladolid el Proyecto para la Intensificación de la Precipitación (PIP) de la mano de decenas de países coordinados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Para la ejecución del proyecto, o experimento, los investigadores llegaron equipados con globos, sondas y aviones. E intentaron sembrar nubes desde la base aérea de Villanubla.

Según recoge Heraldo, los experimentos se realizaron en una extensión de 50.000 km2 de la cuenca del Duero. El plan consistió, según explica el medio, en intentar buscar dos nubes similares, sometidas a los mismos procesos, de forma que se pudiese intervenir en una y dejar a la otra evolucionar naturalmente, para tener una referencia.

El principal problema fue que las nubes que se formaban en la zona no eran "susceptibles" de ser sembradas y no se obtenían resultados. "El esfuerzo humano y económico fue brutal para el poco fruto que dio. Así que, tras varias campañas, la OMM decidió que no seguía", detalla el medio.

En la actualidad, Marruecos tiene esta técnica dentro de sus opciones para enfrentar la sequía. Sin embargo, está siendo cuestionada por especialistas, quienes abogan por soluciones más modernas y sostenibles, y es que al programa 'Al-Ghaith', de siembra de nubes le falta un mayor "sustento científico" según señalan los expertos.

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