Retail - Consumo

La otra vida del regaliz

  • El cultivo del regaliz se va a impulsar en la zona de la localidad zaragozana de Pina de Ebro en zonas inundables y que se suelen ver afectadas por las riadas
  • Se recuperará el lavadero de la localidad que se va a convertir en un obrador para transformar el regaliz para distintos usos como el alimentario
  • El objetivo es crear una cooperativa que será gestionada y empleará a mujeres de difícil inserción laboral
El cultivo de regaliz y su transformación permitirá dar empleo a mujeres en situación de vulnerabilidad.
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El regaliz siempre ha sido muy valorado por sus propiedades para la belleza, salud y bienestar, así como en la gastronomía. Además, durante muchos años, el llamado regaliz de palo fue la golosina natural de millones y millones de niños. Pese a esta importancia y valor añadido, su cultivo ha ido perdiendo peso en España con el paso del tiempo.

Aragón era una de las principales comunidades productoras de regaliz y también pionera en su transformación para, por ejemplo, uso agroalimentario con la presencia de fábricas dedicadas a esta actividad.

Hoy en día, su presencia en las tierras aragonesas es más minoritaria, contando con 34 hectáreas dedicadas a su producción que se concentran en la provincia de Zaragoza. De ellas, 16 son de secano con un rendimiento de 750 kilos por hectárea, mientras que las otras 18 –con 1.500 kilos por hectárea-, son de regadío, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. La producción total suele rondar las 39 toneladas.

Estas cifras se verán incrementadas próximamente de la mano de un nuevo proyecto que pretende disponer de más hectáreas para el regaliz, además de poner en valor este producto mediante la transformación para su uso en gastronomía y salud y bienestar.

De la mano de Tararaina Sociedad Cooperativa, entidad sin ánimo de lucro, se impulsa la iniciativa ECO-RIZ, que tiene por fin promover la recuperación de este cultivo tradicional, que tiende a la desaparición en la zona de la localidad zaragozana de Pina de Ebro. Precisamente, en este municipio, se cultivaba, recogía y vendía el regaliz de palo, siendo una de las principales zonas productoras.

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La zona de Pina de Ebro está tratando de recuperar el cultivo del regaliz.

La idea surgió hace aproximadamente tres años, "coincidiendo con el interés del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón) por investigar el regaliz de palo por parte de una investigadora vinculada con la zona", explica Bárbara Marqués, miembro de Tararaina, a elEconomista

Además de esta investigación también influyó el hecho de que esta localidad está situada en una zona que suele inundarse con las crecidas del Ebro. "Veíamos mucho conflicto entre la inundación de los terrenos y evitar que llegue a localidades próximas como Quinto".

La unión de estos factores ha llevado a que ahora haya interés por recuperar la producción de regaliz de palo, ya que es un cultivo inundable que, a su vez, puede servir de motor económico en esta zona de Zaragoza. "Queremos potenciar que los vecinos y el Ayuntamiento se implique en este cultivo y disponer de un obrador para transformarlo porque así aumenta su valor, multiplicándose por seis o siete".

El proyecto ya ha comenzado a dar los primeros pasos para lo que se ha contactado con agricultores del lugar para que fomenten este cultivo, además de hablar con el ayuntamiento para que se utilicen los terrenos inundables de titularidad municipal para este fin.

"El regaliz es un cultivo a cuatro años. Pretendemos utilizar los tres primeros años y hasta el cuarto para hacer mantenimiento del campo", además de abogar por la biomasa. Mientras llega la producción local, ya se ha empezado también a establecer conversaciones con productores de otras localidades como Escatrón y de la zona de la Ribera Baja del Ebro para tener regaliz. "Hemos hablado con ellos porque tienden a abandonar este cultivo".

De forma paralela, se trabajará para poner en marcha el obrador. Para disponer de esta instalación, se contará con el antiguo lavadero de Pina, que se recuperará para realizar el trabajo artesanal con el regaliz de palo. "Ahora tenemos que pedir los permisos y elaborar el anteproyecto, aunque la obra es sencilla porque no requiere de demasiados cambios". En las próximas fechas se firmará el convenio con el ayuntamiento, propietario del lavadero, para su cesión sin coste durante los primeros años.

El objetivo es que en este obrador trabajen mujeres con cargas familiares para que puedan autogestionarse su tiempo, al estar situado el lavadero al lado del colegio. En primer lugar serán contratadas, pero posteriormente, y una vez se haya alcanzado la rentabilidad, formarán su propia cooperativa para lo que se les impartirá formación en varias áreas como las habilidades laborales. De este modo, se pretende contribuir a ofrecer oportunidades de desarrollo socioeconómico.

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El regaliz de palo se transformará para usos como el alimentario.

El regaliz transformado se destinará a varios usos. Por ejemplo, se contempla fabricar regaliz en polvo para uso alimentario, aunque no se descartan otras transformaciones y comercialización para otros usos como la industria farmacéutica, en la que es muy valorado para cremas y medicamentos, o para estética por sus propiedades para la belleza. Sea cual sea el destino, se contará con la colaboración del CITA para garantizar que el producto sale del obrador al mercado en perfectas condiciones.

Dentro del proyecto, se han dado también más pasos como los acuerdos comarcales alcanzados para impartir la formación a las mujeres que, preferentemente, serán de Pina de Ebro, aunque no se descarta que puedan participar de otras localidades de la comarca como Quinto o Gelsa. La selección está prevista que se haga a través de los servicios sociales comarcales porque "serán mujeres de difícil inserción, pero con capacidad para trabajar".

Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación EDP. "Es esencial porque nos ha permitido, con su aportación, comenzar el proyecto para hacer la obra en el lavadero, llevar a cabo reuniones para la recuperación de la memoria local –es otro de los objetivos del proyecto-, y mantener a las mujeres empleadas hasta alcanzar la rentabilidad". También está apoyado por la Fundación Aragón Emprende dentro de la línea de proyectos productivos en el medio rural.

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