Bruselas
Mientras la Unión Europea se replantea su estrategia en materia de defensa, tanto a nivel productivo e industrial como de financiación, los socios de la OTAN aumentan la partida que destinan a este segmento. Los países de la Alianza Atlántica han aumentado un 11% la dotación que destinan a gasto militar durante el 2023, aunque España continúa en los últimos puestos de financiación a este sector.
Según refleja un informe anual de la Alianza Atlántica hecho público este jueves, los aliados destinaron cerca de un billón de dólares (unos 900.000 millones de euros), siendo el país que más ha aportado a esta partida Estados Unidos, que copa el 53% del gasto militar total del pasado año y supone el 3,24% de su PIB.
España, por su parte, continúa siendo de los países más rezagados en financiación militar, con un 1,24% del PIB destinado a defensa. Por la cola solo se ve superado por Bélgica, que ha movilizado un 1,21% de su PIB gasto militar y Luxemburgo, con un 1,1%.
En este cómputo cabe recordar que la invasión militar rusa de Ucrania avivó un compromiso longevo en la Alianza Atlántica, que los países destinen el 2% del PIB a defensa. Según la actualización de este jueves, 11 países superan ya este umbral. Por orden de mayor a menor están Polonia, Estados Unidos, Grecia, Estonia, Lituania, Finlandia, Letonia, Reino Unido, Hungría, Eslovaquia y Dinamarca.
El compromiso se remonta a 2014 aunque fue renovado en la Cumbre de Vilnus del pasado año. Los aliados deben cumplir el objetivo del 2% del PIB en gasto en defensa. Es así que la OTAN ha previsto que, en 2024, se eleve a dos tercios el número de aliados que cumplen con la prerrogativa del 2% del PIB.
En lo que se refiere a la financiación de defensa que se utiliza para grandes capacidades, España cumple con el objetivo de la OTAN de destinar al menos el 20% de la financiación a esta partida que busca modernizar los ejércitos nacionales. No obstante, se trata de un objetivo que cumplen la práctica totalidad de los aliados, un total de 28 de los 31 países implicados.
Si hay un ala del bloque que haya acusado más la subida del gasto en defensa han sido Polonia y los países Bálticos. Con la amenaza rusa en sus fronteras, desde febrero de 2021, estos países son los que más necesario vieron incrementar sus partidas a gasto militar. No para destinar a Ucrania, el que se articuló como principal objetivo de los restantes Estados miembros, sino para erigir un poder armamentístico en sus lindes y defenderse de la amenaza exterior.
Mientras, la UE busca fórmulas para atajar el que será el gran tema del próximo ciclo legislativo, tras las elecciones europeas: la defensa. Consideró Bruselas necesario la creación de una estrategia para dar forma al porvenir de la UE. Aunque sus 1.500 millones de euros de dotación supieron a poco a las voces que reclamaban más de 100.000 millones de dotación económica. Sobre la mesa está también la financiación del Banco Europeo de Inversiones que con Nadia Calviño como nueva presidenta deberá dar una nueva fórmula a su política de préstamos para acoger también al sector de defensa (algo que hasta ahora impedían sus estatutos).
