Los grelos son uno de los ingredientes más originales y exclusivos de la cocina gallega. Son importantes debido a su arraigada herencia cultural, su versatilidad, su característico sabor y también por su valor nutricional. Es, sin duda, uno de los ingredientes más emblemáticos de la rica gastronomía de Galicia.
Para quien no los conozca, son brotes de la planta del nabo, específicamente, las hojas tiernas y los brotes florales que se recolectan antes de que la planta florezca por completo. Su sabor es ligeramente amargo, y la textura recuerda a la de las espinacas, pero con un toque más firme. Algunos de los platos más habituales con grelos son el caldo gallego, la empanada o el lacón con grelos.
El problema es que los grelos están en crisis. La campaña de este año tampoco será buena, y ya acumula tres temporadas consecutivas de baja producción. Las causas detrás de esta caída son dos, y su solución es muy complicada, al menos a corto plazo: el cambio climático y la reducción del número de productores.
La situación la ilustra Luz Divina Castelo, gerente de Champivil, compañía gallega dedicada al envasado de grelos. En declaraciones a EFE, reconoce que esta campaña será mala, porque la producción no se acerca, ni de lejos, a la cantidad con la que trabaja su compañía habitualmente a estas alturas del año.
Si en una campaña normal tendría que estar procesando entre 2.000 y 3.000 kilos de grelos al día, ahora mismo apenas transporfa entre 500 y 600 kilos. En el total de la campaña, si tendría que procesar unos 100.000 kilos de grelos, este año se quedará en unos 30.000, con suerte.
Los motivos detrás de esta caída, según la empresaria, están claros. Por un lado, pone el foco en el cambio climático, que afecta a todo producto natural. En esta línea, señala que otros productos como las setas o las castañas también encadenan varios años de malas campañas, con una importante reducción de la producción.
Las cosechas merman. Tras una sequía sin precedentes, llega una lluvia que lo encharca todo, y después unas temperaturas elevadas y totalmente extemporáneas, en un momento en el que las heladas tenían que estar saneando la tierra, explica la experta.
Menos agricultores y más mayores
La otra causa que explica la caída de la producción es la presencia de un menor número de productores. Se ha reducido en un 70%, especialmente en los últimos cinco años. Y, por si fuera poco, la edad media de los agricultores que cultivan grelos supera los 70 años.
No hay solución sencilla a la vista, al menos a corto plazo. De momento, los más innovadores tratarán de probar a cultivar los grelos en otras épocas del año, buscando cambiar los ciclos de producción.
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