Opinión

La carga 'off-grid': clave para impulsar la movilidad sostenible y las 'Smart Cities' 

Se calcula que las grandes ciudades consumen ya más del 75% de la producción de energía mundial y generan el 60% de las emisiones de gases efecto invernadero. Unas cifras que ponen sobre la mesa la urgencia de acelerar la transición hacia las Smart Cities, ciudades inteligentes en las que la tecnología se pone al servicio del medioambiente y de los grandes retos actuales: optimización del consumo energético, reducción de las emisiones de CO2, aumento del bienestar de los ciudadanos y una gestión más eficaz y sostenible.

En este sentido, uno de los pilares fundamentales para conseguir este objetivo es la correcta gestión del transporte en las ciudades, ya que la transición hacia un modelo de movilidad sostenible está más presente que nunca en las agendas mundiales. En este ámbito, España cuenta con la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, un marco de referencia nacional que ejerce de hoja de ruta a la hora de orientar las políticas sectoriales que faciliten una movilidad sostenible y baja en carbono.

Precisamente, uno de los aspectos clave, según esta estrategia, es el impulso y el apoyo de todos aquellos proyectos que estén destinados a fomentar la transición hacia el vehículo eléctrico, para lo que resulta fundamental acelerar el despliegue de la infraestructura de carga. Sin embargo, pese a la importancia estratégica que tiene, la realidad es que nuestro país está, a día de hoy, muy lejos de los objetivos planteados en materia de infraestructura de carga.

Según datos de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), a día de hoy, España registra apenas 25.180 puntos de recarga de acceso público, muy lejos del objetivo de 45.000 puntos de recarga que se había establecido para este 2023. Además, tal y como recogen las cifras de la Asociación, tan solo el 26% de la infraestructura de carga de acceso público tiene una potencia superior a 22 kW, lo cual implica tiempos de carga muy elevados, por encima incluso de las tres horas.

Esta problemática es todavía más evidente en las grandes ciudades, ya que la saturación de la red eléctrica urbana dificulta la instalación de nuevos puntos de carga rápidos o ultrarrápidos. Así, los desafíos que estamos experimentando a la hora de desplegar la infraestructura de carga desatan uno de los mayores miedos que tiene la población a la hora de adquirir un vehículo eléctrico: la dificultad de cargar el automóvil.

Y en este complejo escenario entran en juego las llamadas soluciones de carga off-grid. Estas soluciones no afectan a red eléctrica urbana, son inteligentes y pueden trabajar de forma autónoma o conectada a una red de baja potencia, por lo que no tienen impacto sobre la misma y no están sujetas a sus limitaciones. De esta manera, se trata de una tecnología que garantiza una mayor autonomía y que permite crear una infraestructura de carga fácilmente escalable, por lo que es un complemento perfecto para los puntos fijos de carga habituales en las ciudades.

El potencial de las soluciones de carga off-grid se vio refrendado hace unas semanas, cuando este tipo de tecnología fue incluida dentro del nuevo Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las Infraestructuras de Combustibles Alternativos (AFIR). A través de su inclusión, el Reglamento vino a reconocer los beneficios que ofrece la infraestructura de carga off-grid como una tecnología pionera que ofrece un servicio de carga bajo demanda, mucho más flexible y rápida y que se adapta perfectamente a las necesidades de los usuarios.

Y es que, además de la autonomía de este tipo de soluciones, otro factor fundamental es su flexibilidad. De esta manera, a través de la tecnología de carga off-grid, es posible desarrollar soluciones de carga móviles de conveniencia u otras más orientadas a situaciones de emergencia, ayudando a aquellos usuarios cuyos vehículos se hayan quedado sin batería. Además, también es posible avanzar en soluciones estacionarias con almacenamiento que pueden reubicarse fácilmente, que puedan conectarse a la red eléctrica pero que también puedan operar de manera independiente, ofreciendo un nivel de flexibilidad muy superior.

Nos encontramos en un momento decisivo para la consecución de los objetivos europeos de movilidad sostenible y, para ello, los sistemas de carga off-grid que pueden reubicarse fácilmente, van a jugar un rol decisivo, siendo un pilar fundamental para el despliegue definitivo de la infraestructura de carga y, por lo tanto, para la transición hacia el vehículo eléctrico, especialmente en núcleos urbanos.

Sin embargo, para que este tipo de soluciones puedan llegar con agilidad y cumplir con su importante rol, es necesario impulsar la colaboración público-privada y fomentar las alianzas entre empresas. Sin lugar a dudas, el Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las Infraestructuras de Combustibles Alternativos es un gran paso adelante, que incluye por primera vez a la tecnología off-grid dentro del universo de soluciones de carga. Esta noticia marca el camino a seguir, un camino que debemos seguir avanzando para contar con una infraestructura de carga lo suficientemente amplia como para allanar el camino hacia esa revolución que supone el vehículo eléctrico, la movilidad sostenible y las Smart Cities.

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