Retail - Consumo

Jekes: la marca española que aspira a reinar como cadena en el sector del kebab

Carlos Esteve, consejero delegado de 'Jekes, kebabs pero bien'. Foto: Ana I. Morales

Donde aún no han llegado Burger King o McDonald's, sí lo han conseguido esos pequeños locales de donner kebab, ese heterogéneo segmento de la comida rápida y barata dominado por la opacidad y una fama, merecida en muchos casos, de falta de calidad y rigor sanitario.

Este es el nicho de oportunidad en el que un grupo de jóvenes emprendedores madrileños ha decidido lanzarse para intentar crecer con una nueva marca de restauración organizada, "estudiando cómo darle una vuelta de tuerca y dignificar un concepto que está a un nivel tan bajo en la restauración española", tal y como reconoce Carlos Esteve, su consejero delegado.

Aunque la idea original de los fundadores en 2022 fue la de operar restaurantes ya existentes, más de 3.000, para transformarlos con una mejor operativa y producto y, después, darles el nombre de su marca, "son modelos de negocio con un perfil de autoempleo donde es complicado conseguir un traspaso por lo que los socios decidieron empezar creando un concepto nuevo".

Con el objetivo de empezar desde cero se sumó al proyecto este exdirectivo de Glovo el pasado mes de diciembre para darle forma a la idea con la ayuda de Jaime Rodríguez y Jorge Albert, de la agencia de marketing gastronómico Melón Yubari. Previamente, en la concepción inicial de este proyecto de kebab español se encontraba la agencia de Alejandra Ansón y Miguel Bonet, así como Ignacio Jarava, procedente del área de Desarrollo Corporativo y M&A de aeropuertos de Ferrovial con la función de "consolidar la estructura y hacerla atractiva para los inversores".

De esta unión de fuerzas nació definitivamente 'Jekes, kebabs pero bien', con un primer local en las proximidades del estadio Santiago Bernabéu, donde ya se forman colas gracias a una propuesta muy sencilla, durum o donner, de carne de ternera, de pollo o mixta donde el secreto está en los procesos y la calidad de unos ingredientes de proveedores del nivel de Discarlux, la cárnica con clientes en la guía Michelin como el asador Etxebarri. Ellos mismos elaboran las marinadas donde se introducen los filetes de ternera y los contramuslos de pollo deshuesados para formar los rollos de carne que asan a fuego lento en los típicos pinchos giratorios y que luego cortan a cuchillo, además de las salsas, las patatas fritas, el hummus o el falafel de acompañamiento.


A pesar de ello, "nosotros no hemos llegado para cambiarlo todo y mantenemos un precio de 7 euros frente a la media de 4 del sector. No queremos ser un local gourmet, sino profesionalizar un negocio que vende kebabs, al igual que Grosso Napoletano lo hizo con las pizzas", reconoce Esteve, quien avanza que en el mes de marzo abrirán su segundo local junto a la estación de Atocha y después un tercero en el barrio de Chamberí.

"Somos muy ambiciosos, pero queremos ir dando pasos firmes buscando la rentabilidad de la empresa, la autofinanciación y el crecimiento sin perder la identidad de la marca. De momento, antes de mayor seguro que contaremos con tres locales y, después, si la empresa es capaz de afrontar un cuarto o un quinto antes de terminar el año, lo haremos. En esto nos ayudará el montar en uno de los nuevos locales un pequeño obrador para llevar la producción de los restaurantes. En 2025 ya nos podemos plantear encontrar un socio que pueda aportar valor y que quiera sumar al proyecto, ya sea con financiación propia o bancaria. Tras pasar mis últimos diez años en el sector de las start ups y haber puesto mis ahorros en la marca, mi plan es que a día 1 de junio esta empresa no gaste más de lo que ingrese", aclara el responsable de la marca.

Identidad de barrio

En su estrategia de expansión, Jekes apuesta por mantener "una identidad de barrio con ubicaciones de frontera entre zonas de clase media o alta, residenciales y de trabajo tras haber descubierto en este local que somos destino, con gente que viene desde Carabanchel o Vallecas, e incluso alguno de Barcelona, a probar nuestros kebabs. Queremos fomentar el consumo recurrente, no ocasional, y conocer a los clientes por sus nombres. Los apuntamos en los pedidos y hemos terminado por identificar a muchos repetidores de alta frecuencia. También hemos descubierto a gente de generaciones como la de mi padre que nunca ha comido un kebab, que se ha incorporado a su consumo gracias a nosotros. La sensación inicial de alta fidelidad nos hace tener unas expectativas muy altas con la marca".

Tras el éxito de su primer local, la obsesión de los responsables de Jekes ahora se centra en sentar las bases de estandarización de la marca, "para que todo el mundo sepa lo que tiene que hacer, desde la hora a la que ponemos los rollos a asar, hasta las hortalizas que queremos mostrar en los expositores o la forma en la que saludamos al cliente. Nuestra apuesta es que Jekes sea una marca reconocible".

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