Motor

Honda y Nissan negocian una alianza para desarrollar vehículos eléctricos

  • Los títulos de ambas multinacionales se revalorizan en la bolsa de Tokio
  • Los fabricantes europeos se posicionan para reducir los costes de producción
Logos de Nissan y Honda. Foto: Ana Morales

La transformación del sector del automóvil está provocando numerosos movimientos que hasta hace no mucho parecían impensables. La industria, que durante mucho tiempo ha tenido claro los procesos de producción y escala, se ha visto obligada a transformarse en pos de las cero emisiones.

Es lo que ha pasado con Nissan y Honda. Los fabricantes japoneses están negociando una alianza estratégica para la producción de vehículos eléctricos. Las multinacionales niponas han firmado un memorando de entendimiento en virtud del cual comenzarán un estudio de viabilidad para producir componentes y software para vehículos eléctricos, según han anunciado ambas compañías en un comunicado.

Todo ello con el objetivo de reducir los costes y potenciar su competitividad. Y es que la transformación del sector del automóvil hacia las cero emisiones requiere inversiones multimillonarias de capital. Una situación que amenaza a grandes fabricantes con quedarse por el camino. Más si se tiene en cuenta el avanzado desarrollo que tienen los fabricantes chinos.

Todo ello en un momento en el que los distintos grupos automovilísticos toman posiciones en la carrera del vehículo eléctrico. Makoto Uchida, presidente y consejero delegado de Nissan, ha explicado que "es importante prepararse para el creciente ritmo de transformación en la movilidad a medio y largo plazo, y es significativo que hayamos llegado a este acuerdo basado en un entendimiento mutuo de que Honda y Nissan enfrentan desafíos comunes. Esperamos más discusiones y buscamos encontrar un win-win para un crecimiento sostenible".

El director, presidente y consejero delegado de Honda, Toshihiro Mibe, ha apuntado que "en este período de transformación única en el siglo en la industria automotriz, examinaremos el potencial de asociación entre Nissan y Honda. Nuestro criterio de estudio será si la sinergia de las tecnologías y conocimientos que nuestras compañías han cultivado nos permitirá convertirnos en líderes de la industria creando nuevo valor para la industria automotriz".

Ambas compañías automotrices han visto revalorizadas sus acciones en la bolsa de Tokio. En el caso de Nissan, sus títulos han subido un 3,19%, mientras que las acciones de Honda han crecido un 1,74%.

Movimientos en Europa

Pero esta situación no es exclusiva de Japón. En Europa, los manadamases del sector ya han mostrado los primeros signos para llevar a cabo este tipo de alianzas.

El primero en hablar de ello fue el consejero delegado del Grupo Renault, Luca de Meo. El directivo italiano lanzó un mensaje para que los fabricantes europeos trabajen juntos en el desarrollo del vehículo eléctrico. De Meo reiteró en el Salón del Automóvil de Ginebra los llamados a replicar el éxito del fabricante europeo de aviones Airbus, abre una nueva pestaña para la industria automovilística, fomentando una cooperación más estrecha entre los fabricantes de automóviles.

El también presidente de la patronal europea de fabricantes (Acea) reconoció que su grupo mantiene conversaciones con el Grupo Volkswagen y otros potenciales socios potenciales con el fin de compartir gastos y ofrecer modelos eléctricos asequibles por debajo de los 20.000 euros.

El fin no es otro que no perder cuota de mercado en el Viejo Continente en detrimento de los fabricantes chinos, los cuales tienen, además de las materias primas, la economía de escala suficiente para ofrecere modelos eléctricos asequibles. Algunos de estos fabricantes han entrado con precios de derribo, situación que ha provocado la apertura de una investigación por parte de la Comisión Europea por los subsidios del Gobierno chino a los fabricantes de vehículos eléctricos.

De hecho, Bruselas ya registra las importaciones de vehículos eléctricos nuevos procedentes de China, en consonancia con las normas antisubvenciones de la Unión Europea (UE), ante su incremento "masivo" y por si decide al término de la investigación abierta a esos productos imponer aranceles retroactivos.

Stellantis, uno de los grandes fabricantes surgido de la fusión entre los grupos PSA y FCA, descartó el pasado mes de febrero una alianza con Renault. Así lo reconoció el presidente del consorcio francoitaloamericano, John Elkann. Lo cierto es que la fusión entre el Grupo Renault y Stellantis ha sido un tema recurrente. Ya se intentó llevar a cabo una unión entre el extinto Grupo PSA (Peugeot, Citroën, DS y Opel) con Renault. No obstante, las conversaciones no llegaron a buen puerto y finalmente el consorcio francés se fusionó con FCA, propietario de las marcas Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Dodge, Fiat, Fiat Professional, Jeep, Lancia, Maserati, y Ram.

El propio grupo Stellantis viró su estrategia el pasado año. El grupo francoitaloamericano invirtió en octubre del año pasado 1.500 millones de euros en el fabricante chino de vehículos eléctricos Leapmotor. Una inversión que le permite tomar parte del 20% del capital. El acuerdo de inversión también contempla la creación de Leapmotor International, una joint venture dirigida por Stellantis al 51/49 en el que el grupo cuenta con derechos exclusivos para la exportación y venta, así como para la fabricación de productos de Leapmotor fuera de China. Se trata de la primera relación mundial en el sector de los vehículos eléctricos entre un fabricante de automóviles líder y un fabricante chino de vehículos eléctricos de nueva generación.

"Dada esta presión en hacer coches asequibles, de aquí a diez años quedarán en el mundo solo cinco grandes fabricantes, y Stellantis será uno de ellos", aseguró Carlos Tavares, consejero delegado de Stellantis, el pasado mes de febrero. El grupo ha sido uno de los primeros en ofrecer un modelo eléctrico por debajo de los 25.000 euros. Lo hará a través del nuevo Citroën C-3 eléctrico.

Estas alianzas, menos comunes en el sector de los fabricantes de turismos, ya se han producido a la hora de producir camionetas y vehículos comerciales, como es el caso de Ford y Volkswagen o el de Hyundai e Iveco.

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