Economía

José Ignacio Zudaire (Cámara de Bilbao) "Hay un pesimismo económico que responde más a percepciones que a datos"

  • "Con la falta de conectividad hay que ser muy reivindicativos como somos para otras cosas"
  • "Estamos bien, pero eso no nos asegura que vamos a seguir así en el futuro"
  • "Hay que utilizar el Concierto Económico y buscar figuras fiscales que incentiven la inversión"
José Ignacio Zudaire, presidente de la Cámara de Bilbao. JON BERNARDEZ
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Euskadi es un territorio competitivo, con alta productividad e innovación respecto de Europa, afirma José Ignacio Zudaire, presidente de la Cámara de Bilbao. Para seguir siendo atractivo hay que captar talento, generar proyectos compartidos, mejorar la conectividad y utilizar el Concierto Económico para incentivar la inversión.

La llegada de José Ignacio Zudaire a la presidencia de la Cámara de Bilbao -hace un año- ha supuesto un antes y un después para esta centenaria institución empresarial. Nuevos tiempos precisan nuevas estrategias y, por ello, se acaba de presentar un plan en el que la Cámara impulsará iniciativas diversas para potenciar la competititivad del territorio y hacerlo más atractivo para la inversión y los proyectos de futuro. "Tenemos alta productividad, competitividad e innovación; estamos bien, pero eso no nos asegura el futuro", asegura el presidente de la Cámara de Bilbao.

Las principales urgencias son la atracción de talento y recuperar la capacidad de generar proyectos compartidos, sin olvidar la mejora de la conectividad, "que nos lastra mucho como territorio competitivo", señala Zudaire.


¿Qué balance realiza de su primer año al frente de la Cámara de Bilbao?
Un balance positivo, porque me encontré una Cámara funcionando a pleno rendimiento, un reconocimiento al equipo y al anterior presidente, a pesar del fuerte impacto que produjo la pandemia a su actividad. En estos meses el objetivo ha sido realizar un proceso de reflexión y hemos presentado un plan estratégico con un importante respaldo social, el mejor indicador es que después de 137 años de historia la Cámara goza de reconocimiento social. La presentación se realizó en la torre de emprendimiento e innovación BAT, para trasladar esa imagen de una institución abierta a otras realidades, símbolo del emprendizaje y de conexión con el territorio y de proyección hacia el futuro.

Desde la triple óptica como presidente de la Cámara, de un gran proyecto como el Corredor vasco del Hidrógeno y directivo de una compañía tractora. ¿Ha detectado nuevas necesidades para las empresas?
Es un privilegio porque son tres visiones complementarias, pero diferentes. El trabajar en el ámbito de una empresa te da la perspectiva de la competitividad de la propia compañía y del sector, en mi caso, el energético en Petronor. Además, trabajando en un proyecto compartido para desarrollar un ecosistema en torno a la economía del hidrógeno como el Corredor, te hace ser consciente de las necesidades de la cadena de valor de ese ámbito que implica a distintos sectores; y está la colaboración público-privada, y como presidente de la Cámara la perspectiva es la competitividad del tejido económico de Bizkaia. Una visión más global de la economía y mayor cercanía.

¿Cuál es la función que cumple la organización en la actualidad, tras más de 100 años de historia?
Nos vemos como aliados de las administraciones para implementar aquellas políticas que contribuyan a la competitividad de Bizkaia como territorio y a la competitividad de sus empresas. Somos el agente idóneo para activar la colaboración público-privada. Llevamos mucho tiempo haciéndolo, pero para construir proyectos y territorios atractivos hay que reforzar la colaboración y la cooperación.

¿Cómo es la relación con el resto de cámaras vascas, estatales y europeas? ¿Coordinan iniciativas?
Colaboramos con las Cámaras de Álava y Gipuzkoa a través de Eusko Ganberak, elemento para la interlocución con el Gobierno Vasco, y vamos a fortalecer su papel para tener mayor voz hacia el exterior. Por otra parte, la Cámara de Bilbao está en el comité ejecutivo de la Cámara de España y aprovechamos que son canalizadores de fondos y programas. Ven con buenos ojos que tomemos un papel activo para impulsar el Arco Atlántico, con la unión de 17 cámaras, 14 de España, la de Lisboa (Portugal) y dos de Francia. Queremos sumar más entidades, pero no proyectar demasiado porque al final acaba siendo algo simbólico y queremos sacar conclusiones y definir proyectos de actuación. Queremos actuar como un espacio geográfico, macro-región, para tener capacidad de interlocución con Europa en temas de conexiones ferroviarias y energéticas.

"Se ha perdido la capacidad de generar proyectos compartidos, de ahí la alta conflictividad y el absentismo"

¿Por qué ven necesario impulsar el Arco Atlántico y crear una macro-región?
Hemos lanzado iniciativas como la Conferencia de Cámaras de 'Arco atlántico', porque hemos perdido influencia y centralidad. Vemos que el mundo económico se va moviendo hacia el Pacífico y nos hemos quedado desplazados en una esquina del mapa, mientras otros espacios en España como el eje Mediterráneo está avanzando. Así que, o nos juntamos para reivindicar nuestro espacio y hacerlo atractivo o vamos a perder competitividad.

¿Cuándo se empezó a notar ese desplazamiento en el ámbito económico?
Lleva pasando hace mucho tiempo con todo el tema de comunicaciones con Europa, el gran problema es la conectividad y nos lastra mucho como territorio competitivo. Tenemos ejemplos muy claros, quizás el más sangrante es el del tren de Alta Velocidad que en el tramo español llevamos más de 30 años de retraso respecto de la primera línea a Sevilla. En la conexión con Francia se incumplen todos los plazos previstos por la propia Comisión y lo llevan a 2042. Algo parecido sucede con las nuevas conexiones del hidrógeno, la del Mediterráneo se prevé para 2030 y la del Atlántico para 2040, ya en el mapa de salida diez años más tarde. Como sociedad tenemos que decir basta ya, exigir que se cumplan las fechas y ser muy reivindicativos, así como los somos para otras cosas. Y Euskadi no es de las regiones peor posicionadas; de Cantabria a Portugal, todavía se ven más periféricos.

Y en este contexto, ¿cuál es la radiografía de la economía vizcaína y vasca?
Tiene luces y sombras; siempre solemos centrarnos en los problemas, lo cual está bien pues son las oportunidades de mejora, pero si perdemos la perspectiva general quizás caemos en un pesimismo que no es positivo y que muchas veces responde más a percepciones que a datos. Y los datos son buenos: Euskadi es una región con un PIB per cápita de 32.925 euros, por encima de la media europea (32.430 euros) y la segunda comunidad del Estado (Madrid 34.821 euros); tiene un alta productividad, de 114% sobre la media europea muy parecida a la alemana, y la inversión en I+D sobre el PIB es del 2,1%, la comunidad con mayor gasto por habitante, y es región europea de alta innovación, y en el Índice Europeo de Competitividad Regional de 229 regiones), la primera es Madrid, en el puesto 36, que en Europa las primeras son las capitales, y Euskadi está la 83. El índice de desarrollo humano también es bueno, que mide la desigualdad y tasas de pobreza. No es una mala situación de partida, pero el éxito del pasado no nos asegura el futuro.

"El tamaño de la empresa exige cooperar y nos cuesta. No se trata de fusionarse todo el mundo, antes hay etapas de colaboración"

¿Y cuáles son las sombras?
Falta capacidad para generar proyectos compartidos. Predomina la cultura del individualismo y esto tiene como resultado un alto grado de conflictividad y absentismo, que no es la mejor manera de hacer un país atractivo. Se precisan debates serenos. También hay un bajo emprendimiento; aparecemos por debajo de la media española y se ha perdido el carácter emprendedor de los vascos. Da la sensación de una sociedad acomodada. A esto se une la baja natalidad y el envejecimiento de la población. Además, está el tamaño pequeño de las empresas que exige una capacidad de cooperar. Llevamos años de cooperación y tenemos la experiencia de los clústeres, pero todavía nos cuesta. Y a todo lo anterior se une el riesgo del desplazamiento de los centros de decisión, como ha pasado con compañías como Siemens Gamesa y Euskaltel, entre otras. No es fácil mantener los centros de decisión y el arraigo si el territorio no resulta atractivo para estos nuevos actores. El mundo se ha globalizado y los grandes fondos de inversión manejan todo.

De todo lo comentado, ¿qué sería lo más urgente por abordar?
Si tuviera que señalar únicamente dos necesidades en este momento serían: primero, contar con talento; el no disponer de él empieza a ser un factor limitante para nuestro crecimiento, necesitamos desarrollar talento y atraer talento. Cada vez somos una población más envejecida y tenemos ratios de natalidad muy bajas en el entorno 6,2 nacimientos por cada mil habitantes. frente a 9 nacimientos en Europa. En un informe de PWC, se estimaba en 100.000 el déficit de profesionales en 2030. Hay muchos sectores que tienen proyectos, pero que no se van a poder desarrollar sin talento. Debemos desarrollar un ecosistema con proyectos atractivos en sectores del futuro como hidrógeno, movilidad, salud, etc. y que el país se perciba como polo de desarrollo y que el talento no se vaya fuera. En segundo lugar, está la falta de capacidad para generar proyectos compartidos.

"La falta de talento empieza a ser un factor limitante para nuestro crecimiento; necesitamos desarrollarlo y atraerlo"

¿Se ha constatado ya pérdida de competitividad en el territorio?
Todavía no se ha constatado esa pérdida de competitividad, pero si no damos un cambio estará en riesgo el futuro. Estamos bien a pesar de esas sombras, pero si no conseguimos darle la vuelta a futuro si tendríamos problemas de competitividad. Si no atraemos talento, si no cerramos este tema de crear proyectos compartidos, etc. Hemos llegado hasta aquí haciendo una transformación brutal, cuando la industria se nos cayó toda y hemos dado la vuelta del 25% de paro al 7%. Ahora bien, no podemos creer que está todo hecho. Hay que afrontar las sombras desde el debate sereno.

¿Qué instrumentos tiene Euskadi para ser atractivo para la inversión y el talento?
El principal es el Concierto Económico. Hay que utilizarlo como una herramienta de política industrial. Tenemos que atraer inversiones que tengan que ver con cadenas de valor en las que ya tengamos posición, completarlas con un ecosistema potente: energético, movilidad, máquina-herramienta, mundo del hidrógeno; atraer según vamos desarrollando proyectos y ayuda tener una herramienta fiscal adecuada.

¿Algún ejemplo al respecto?
Es interesante, por ejemplo, financiar la I+D, como hace la Diputación de Bizkaia. Para que un territorio sea atractivo tiene que tener buenos servicios públicos y para ello hay que pagar impuestos. Otra cosa es cuál es la estrategia para recaudarlos y lo ideal es buscar figuras inteligentes que incentiven al que invierte, al que hace I+D, etc.

Otra iniciativa de la Cámara de Bilbao, recogida en su nuevo plan estratégico es la creación de un 'hub' de sostenibilidad. ¿Cómo surge la propuesta y en qué consiste?
Es un elemento que empieza a destacar en las preocupaciones de las empresas. Queremos aunar voluntades y construir proyectos compartidos con las instituciones públicas y las grandes empresas para ayudar a las pymes. Este es uno de los mecanismos que vamos a utilizar en otros ámbitos como la internacionalización y el emprendimiento. Aquí queremos impulsar nuevos emprendedores y el emprendizaje dentro de las empresas. Las posibilidades de éxito son mayores, ya que cuentan con el apoyo empresarial de un conocimiento del mercado. Es parte de lo que necesita el territorio, subir las cifras de emprendimiento.

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