Opinión

Fainé salva el primer asalto, su sucesor se decidirá en dos años

La estrella de ‘la Caixa’ ilumina la cabalgata de Fainé, Sánchez y Simón. PV

Después de la tormenta, llega la calma. El Gobierno quiere esforzarse por mejorar su relación con las grandes empresas y distanciarse así de las decisiones unilaterales sobre el SMI o sobre la reducción de la jornada laboral tomada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se entrevistó esta semana con los primeros espadas de la banca para ofrecerles colaboración con finas maneras. El sector está agradecido con el gesto de Cuerpo, con el que mantiene una relación muy fluida desde que estaba al frente de la secretaría general del Tesoro.

Casi en paralelo, Pedro Sánchez celebraba un almuerzo en la sede madrileña de la Fundación La Caixa con un grupo escogido de la Asociación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), presidida por Isidro Fainé. La cordialidad fue la tónica del encuentro, hasta el punto de que a su término se envió una foto oficial a los medios de comunicación a petición de Moncloa. En esta ocasión, los directivos no se mordieron la lengua y plantearon cuestiones que inquietan a casi todos, como las trabas a la inversión, sobre todo en el área inmobiliaria, con la ley de Vivienda.

Pero como ya ocurrió la semana pasada en Davos, mientras Cuerpo y Sánchez se esforzaban en mejorar las relaciones, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, se fue al Congreso a anunciar que el impuestos extraordinario a las entidades financieras, que está en revisión, será permanente. La coordinación en el Gobierno es inexistente. Los bancos mantienen el recurso de inconstitucionalidad sobre la medida.

El esfuerzo del Gobierno no responde a una casualidad, sino a la preocupación existente por la caída de la inversión extranjera, que se aceleró en el último trimestre del año pasado, con tasas superiores a dos dígitos. Las grandes firmas de consultoría alertan de un creciente número de españoles que se interesan por trasladar su residencia fiscal fuera, preferentemente a Portugal, así como del desvío de inversiones productivas, que sufren un auténtico desplome, hacia países vecinos como Portugal o Marruecos, con menos trabas administrativas.

La fuga de talento al extranjero está creciendo. "El directivo español es valorado mucho fuera por su creatividad, sus conocimientos y sus dotes para las relaciones sociales", señala el máximo ejecutivo de una de las firmas de cazatalentos. "Nos está salvando la Ley Beckham, introducida por Cristóbal Montoro, que compensa estas salidas con la llegada de directivos extranjeros por las rebajas tributarias durante los cuatro primeros años de residencia en nuestro país".

Con este precedente, Moncloa está muy interesada en distinguir su política económica de la de Yolanda Díaz, que es incontrolable por Sánchez y "va a su aire", según medios monclovitas. La foto con Fainé se produjo la víspera de que éste renovara por otros cuatro años en la presidencia de Criteria Caixa y de que colocara al frente del holding industrial a un hombre de su total confianza, Ángel Simón, hasta ahora presidente ejecutivo de Aguas de Barcelona (Agbar).

Una jugada maestra del veterano presidente de La Caixa, que despejaba así los rumores persistentes sobre las presiones para colocar al frente de Criteria a un hombre próximo al Partido Socialista de Catalunya (PSC) y también las dudas sobre su propia continuidad, ya que en el mismo acto fue reelegido por otros cuatro años.

Antes del consejo se hizo correr el bulo de que el CEO nuevo de Criteria sería David Vegara

En la víspera del consejo y en las horas previas a su comienzo, las 12 del mediodía, empresarios afines al grupo catalán recibieron en sus móviles un mensaje con el nombre de David Vegara, exsecretario de Estado de Economía con Zapatero y actual secretario general del Banco Sabadell.

Vegara es el sempiterno candidato próximo al PSC, que ya se había barajado como sustituto de Calviño al frente del Ministerio de Economía y en la actualidad como posible sucesor del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Ahora se dice que fue un bulo que se hizo correr para proteger al elegido, Ángel Simón. ¿De dónde provino el bulo? Nadie tiene la respuesta. Por eso, otros insisten en la existencia de "presiones lógicas por parte de los socialistas para influir en el nombramiento".

Esto es como las meigas, haberlas, haylas, pero nadie nunca las vio, asegura con sorna un empresario. Simón encaja como un guante en el complejo equilibrio de Fainé para contentar a todos, debido a su excelente relación con el equipo del primer secretario del PSC, Salvador Illa, y con los ediles del Ayuntamiento de Barcelona, al frente del que está el socialista Jaume Collboni.

Durante más de una década al frente de Agbar, está acostumbrado a lidiar con ayuntamientos de todos los colores. La etapa más complicada fue la de la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

El presidente de La Caixa cumplió escrupulosamente el protocolo. El primero en ser informado de los cambios fue Sánchez. Durante la reunión que mantuvieron en Moncloa hace unas semanas, Fainé le anunció las modificaciones en la Fundación y su intención de continuar al frente por otros cuatros años. Fruto de ese encuentro fue el almuerzo con los directivos de CEDE como prueba el buen entendimiento entre ambos y la independencia de la decisión.

La relación con el Gobierno tendrá un papel esencial en este mandato, ya que éste es dueño del 16% de CaixaBank y pronto se convertirá en el primer accionista de Telefónica, donde entre el holding catalán y CaixaBank suman más del 6%.

Fainé guardó un gran mutismo durante el proceso. Si alguien le preguntaba por los cambios, torcía el gesto y se daba la vuelta. Casi nadie tuvo conocimiento de la elección antes del consejo. Hasta el punto de que el nuevo número dos de Criteria, que aglutina las participaciones en CaixaBank, Naturgy o Telefónica, tuvo que precipitar su vuelta de Chile, donde estaba por viaje de trabajo, para tomar posesión del cargo.

El nombramiento estuvo a punto de acordarse hace dos años, cuando Marcelino Armenter renovó como número dos de Criteria por sorpresa. El nombre de Simón estaba ya en boca de todos en esa fecha, pero Fainé lo pospuso quizá porque estaba pendiente su plan para recomprar Aguas de Barcelona a los franceses para sacarla a bolsa. La integración de Suez y Veolia, dueños de Agbar, frustró sus intenciones.

Los cambios en la Fundación se completarán con la renovación de la dirección general, que asumió de manera provisional hace ya más de tres años Antonio Vila. Fainé aleja así cualquier tentación política de moverle la silla.

Fainé renovará en dos años como presidente de la Fundación la Caixa y designará sucesor

El otro candidato en discordia fue el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, que junto a Simón son los dos grandes ejecutivos favoritos de Fainé. El presidente de Naturgy atraviesa por un momento crucial, tras la compra de BlackRock del 20% de la energética a través del fondo de capital riesgo GIP, por lo que se descartaba en estos momentos su traslado.

Simón acaparará mucho poder, ya que se mantendrá como presidente no ejecutivo de Agbar, en la que seguirá teniendo mando en plaza gracias a la perfecta sintonía que mantiene con su vicepresidente, Ciril Rozman, y el resto del equipo directivo, elegido por él.

Pero, sin duda, el reto en los próximos meses será lidiar con las presiones para trasladar la sede de Criteria desde Baleares a Barcelona, como ya hizo con Aguas de Barcelona, por la participación de los municipios catalanes en el capital. Recordemos que Junts propuso modificar la Ley de Fundaciones para que dependiera de la Generalitat, en vez de el Ministerio de Economía para facilitar este traslado y la introducción de miembros afines en su patronato.

Fainé ha ganado el primer asalto, en opinión de un empresario afín, pero la batalla final por el control de la Fundación la Caixa, que atesora el mayor hólding industrial del país y es una de las tres mayores del mundo junto a la de Bil Gates, está aún por darse.

Fainé, con 81 años, renovará como presidente de la Fundación en febrero de 2026. Todo el mundo espera que se produzca por unanimidad, como en Criteria. Pero las miradas están puestas en el vicepresidente, que ocupa su buen amigo y consejero Juan José López Burniol, al que acaba de colocar también de vicepresidente de Criteria. El futuro vicepresidente sería el llamado a suceder al patrón, Isidro Fainé, un hombre hecho a sí mismo, que escaló de becario a lo más alto de la cima del primer grupo financiero e industrial catalán y español.

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