Bilbao
El mercado hipotecario español se contraerá un 11,4% al final del presente ejercicio, según un estudio elaborado por Ceprede para Kutxabank. En Euskadi el descenso será del 9,7%. Estos datos se deben a la inflación y a la subida de tipos de interés. Se prevé que la situación de bajada se atenúe en 2024 y que se inicie la recuperación en 2025.
El estudio sobre la evolución del mercado hipotecario ha sido elaborado por el Centro de Predicción Económica Ceprede, para Kutxabank, que ha basado su informe en el análisis de modelos a corto plazo combinados con datos mensuales y trimestrales, y modelos de largo plazo, aplicados tanto al agregado nacional, como al detalle por comunidades.
Así, durante el ejercicio presente 2023, se suscribirán en Euskadi un total de 20.641 hipotecas, con un valor medio de 161.484 euros y un importe total de 3.333 millones. Por su parte, en el conjunto del Estado las nuevas rúbricas hipotecarias superarán en 2023 las 410.000, con un importe total de 58.700 millones de euros y un valor medio de 143.000 euros. La constitución de hipotecas en Euskadi caerá un 9,7% en 2023 frente al 11% del mercado español.
Solo dos provincias mantendrán tasas de crecimiento positivas en 2023, Orense (2,4%) y Almería (1,8%), mientras que, para el próximo año 2024, ya serán tres las provincias que mostrarán avances interanuales, Lugo (12,5%), Ávila (2,1%) y Álava (0,9%).
El crédito se está viendo especialmente afectado por el incremento de los costes de financiación, que se podrían estabilizar a partir del próximo ejercicio.
Previsiones
Las proyecciones para el 2024 señalan una moderación en la caída del número de nuevas hipotecas suscritas con respecto al año anterior, ya que descenderían un 3,5% en Euskadi, y un 5,2% en el conjunto del Estado. A esta mejor evolución del mercado hipotecario contribuirá la estabilización prevista de los tipos de interés y de la inflación a partir de 2024.
Según Ceprede, en el medio plazo el informe sobre la evolución del mercado hipotecario adelanta un cierto aumento en la demanda residencial por necesidades demográficas, acompañado
por una ligera contención de la ratio de financiación respecto al consumo total.
En consecuencia, el número de nuevas hipotecas constituidas repuntará ligeramente a
partir de 2025, en un entorno de aumento de los valores medios que podría provocar un
incremento medio de los importes totales.
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