Economía

El IPC de la eurozona desacelera en enero solo una décima hasta el 2,8%, pero la inflación subyacente es la más baja en casi dos años

  • El IPC subyacente desacelera también una décima y se queda en el 3,3%
  • Al BCE no le gustará un IPC de servicios estancado en el 4% desde noviembre
  • Los datos no acaban de apoyar un primer recorte de tipos antes de junio
Foto: Alamy

La inflación siguió desacelerando en enero en la eurozona, aunque de forma claramente moderada. El Índice de Precios al Consumo (IPC) pasó de un 2,9% en diciembre a un 2,8% en enero, en línea con lo estimado. El IPC subyacente también decelera una décima hasta el 3,3%, aunque se esperaba que lo hiciese hasta el 3,2%. Con todo, la lectura del indicador subyacente (en este caso excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) es la más baja desde marzo de 2022. En tasa intermensual, el indicador general cae un 0,4%, mientras que el indicador subyacente refleja una notable bajada del 0,9%. Aunque la desinflación sigue el curso esperado por los funcionarios del Banco Central Europeo (BCE) y consolida el paso a recortes de los tipos de interés a lo largo del año, hay detalles como la persistencia de la inflación en los servicios que redoblarán la cautela de las autoridades. Los analistas no acaban de ver que estos datos ayuden a convencer al banco central de que recorte tipos antes de junio, la fecha telegrafiada por la presidenta Christine Lagarde, y otros miembros del Consejo de Gobierno.

En el desglose de los datos publicados este jueves por Eurostat se aprecia cómo, a nivel mensual, la caída más destacada se da en los bienes duraderos no energéticos (-2,4%). También hubo retroceso (-0,1%) en los servicios. Por contra, hubo subidas en la energía (0,9%) y los alimentos frescos (-1,3%). En la comparativa interanual, influida por los efectos base (si la base de comparación hace 12 meses era alta o baja), la energía cae un 6,3% mientras los alimentos repuntan un 7% tras el 6,8% de diciembre. Los bienes duraderos ya se sitúan en un 2% interanual y los servicios se mantienen en el 4% de noviembre y diciembre.

"Los datos de inflación de enero en la eurozona fueron algo mejores de lo que esperábamos tras la publicación ayer de los datos de Alemania y Francia (en España hubo un repunte). Aunque las tasas de inflación general y subyacente de la zona euro bajaron, es probable que a los responsables políticos les preocupe que la desinflación en el sector servicios se haya estancado", valora en un comentario rápido tras la lectura de Eurostat Jack Allen-Reynolds, analista de Capital Economics.

"Lo que más preocupa a los responsables políticos es que la inflación de los servicios haya dejado de bajar y se mantenga en el 4% desde noviembre. Es cierto que se esperaba que el aumento del IVA en los restaurantes alemanes hiciera subir los precios de los servicios en Alemania, pero ese efecto parece haber sido bastante reducido. En Francia, el IPC nacional de los servicios aumentó en enero. Además, algunas encuestas recientes indican un ligero aumento de la presión sobre los precios de los servicios", añade el experto.

Sin embargo, matiza Allen-Reynolds, con el debilitamiento del mercado laboral y la caída de los precios del gas en los últimos meses, parece improbable un repunte de la inflación de los servicios. "Seguimos pensando que lo más probable es que el BCE empiece a bajar los tipos de interés en abril y sitúe el tipo de depósito en torno al 2,75% (ahora está en el 4%) a finales de año", concluye.

Este primer recorte en abril no acaba de convencer al resto de analistas. Los alemanes de Commerzbank creen que es "prematuro cantar victoria sobre la inflación" y siguen apostando por recortes siempre a partir de junio. El economista Christoph Weil reconoce que el BCE debería estar especialmente satisfecho con la continua caída de la tasa de inflación subyacente: "La reducción de los cuellos de botella en el suministro y la caída de los costes energéticos están teniendo un impacto positivo en este sentido". Sin embargo, también señala hacia los servicios.

"La tasa de inflación de los servicios se mantuvo en el 4% por tercer mes consecutivo. La caída de los precios de los combustibles y los alimentos también está frenando los aumentos de precios en este sector. Pero esto se vio compensado por el fuerte aumento de los costes laborales, que tuvo un importante impacto en los precios de los servicios", explica. En esta afirmación cobra relevancia el mensaje repetido hasta la saciedad desde del BCE de que hay que esperar a los datos de negociaciones salariales de primavera antes de recortar los tipos.

Difícil la bajada de tipos antes de verano

"Los efectos secundarios del abaratamiento de la energía y la escasa subida de los precios de los alimentos también frenarán durante algún tiempo el aumento de los precios de los bienes y servicios no energéticos. La tasa de inflación subyacente debería caer al 2,5% a mediados de año. Más adelante, sin embargo, es probable que las empresas repercutan en mayor medida a sus clientes el reciente y significativo aumento de los costes laborales, y la tasa de inflación subyacente debería situarse ligeramente por debajo del 3%", agrega Weil. El experto ve exageradas las expectativas del mercado de 150 puntos básicos de recortes de tipos a finales de 2024 y apuesta por solo 75.

Un aviso similar lanza Peter Vanden Houte: "El BCE está especialmente atento a la evolución de la inflación subyacente. A este respecto, el aumento de los precios del transporte como consecuencia de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio sigue constituyendo un riesgo para la inflación. Además, la subida de los convenios salariales podría seguir filtrándose en una subida de los precios de venta. No olvidemos que tanto en la encuesta PMI como en la encuesta de sentimiento económico de la Comisión Europea, las expectativas de precios de venta llevan ya varios meses subiendo (para los servicios incluso cinco meses consecutivos), invirtiendo una tendencia a la baja iniciada a mediados de 2022. En otras palabras, aún no puede darse por sentada la continuación de la tendencia a la baja de la inflación subyacente".

"Aunque el dato de hoy sigue mostrando una relajación de las presiones sobre los precios, es demasiado pronto para dar el visto bueno a la inflación. El BCE espera que el aumento de los salarios sea parcialmente absorbido por la reducción de los márgenes de beneficio. Pero si el crecimiento vuelve a repuntar en el segundo trimestre, las empresas podrían tener capacidad de fijación de precios para soportar la compresión de los márgenes, por lo que la inflación no bajará mucho más. Por eso seguimos creyendo que el BCE será muy cauto y no contemplará ninguna bajada de tipos antes de junio", coincide con Weil.

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