Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor conservador se enfrenta a las mayores pérdidas en 30 años

  • La dificultad añadida es que tanto la bolsa como la renta fija retroceden a la vez

Digerir que uno lleva pérdidas de doble dígito en el año nunca es fácil, pero lo es menos aún si el perfil de quien invierte es conservador. A cierre de septiembre, los fondos mixtos más cautos se dejan un 10% en el año, según datos de Morningstar. Se trata de la caída más abultada de, al menos, los últimos 30 años.

Como ya ocurrió en la década de los 70 y 80 de forma más estructural o en el último trimestre de 2018 de forma más puntual, la dificultad añadida que presenta el mercado este año es que tanto la bolsa como la renta fija retroceden a la vez, después de que los elevados niveles de inflación hayan obligado a los bancos centrales a ejecutar una de las subidas de tipos de interés más rápida de las últimas décadas, que ha provocado un ajuste en el precio de todos los activos.

El precio de una cesta de bonos globales retrocede casi un 20% desde enero. Se trata de la mayor bajada desde, al menos, 1990, que es el último dato que ofrece Bloomberg. Las pérdidas de este año llegan, también, después de años y años en los que la renta fija solo ha dado alegrías a las carteras. Desde el 2000, el precio de estos bonos solo ha caído en siete ejercicios, con la diferencia, también, de que en otras crisis de mercado, como la de la burbuja puntocom o la que se produjo tras la quiebra de Lehman Brothers, en 2008, la renta fija sí actuó como refugio.

Ese reajuste en el precio de los bonos, ante unos tipos más altos, ha estrechado la diferencia entre lo que pierde un inversor conservador y uno agresivo, que invierte casi todo en bolsa, a solo 7 puntos, cuando la brecha en otros momentos de tensión de mercado ha tendido a ser más alta.

Aunque el daño a las carteras ya está hecho, la parte positiva es que el escenario para la renta fija ha empezado a mejorar gracias a las mayores rentabilidades de muchos bonos, lejos del terreno negativo, que empiezan a dotar de atractivo a ciertos segmentos de la deuda. "La cuestión, claro está, estriba ahora en hasta dónde van a subir realmente los tipos de interés que descuentan las curvas. Y la respuesta es evidente: hasta donde marque la inflación. Por tanto, la misión básica, a día de hoy, es contener la subida de precios. Y a ello se están aplicando los bancos centrales", explica Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad de la Abogacía. Hasta que la inflación muestre signos de contención, "prudencia, paciencia... y aprovechar las oportunidades del mercado… que hoy son de renta fija", señala.

"Las rentabilidades que se han llegado a alcanzar son ya atractivas, lo que ha motivado entradas de dinero en el mercado, aunque sea de manera puntual. Esto, junto al hecho de que cualquier escalada de tensión en el ámbito geopolítico (amenazas de uso armamento nuclear o situaciones de tensión entre Corea del Norte y Japón) puede generar que el dinero vuelva de nuevo al mercado de deuda como activo refugio y derivaría en una disminución de las rentabilidades", explican en Auriga Bonos.

Algo de dinero sí que ha vuelto a la deuda en los últimos días ante la expectativa de que la Reserva Federal suavice sus próximas subidas en los tipos de interés. En lo que va de mes, el precio de los índices más representativos de deuda de Bloomberg y Barclays experimenta subidas. Las más notables se han producido en la deuda high yield, o con alta probabilidad de impago, que avanza cerca de un 2%.

Nadie se libra de las caídas

Si un inversor de perfil conservador pierde un 10% este año, uno agresivo las amplía hasta el 17,81%, que son las más abultadas desde 2008, como también sucede en el resto de perfiles (flexibles y moderados). Aunque las valoraciones de las bolsas, sobre todo de la europea más que de la americana, ofrecen cierto descuento, la postura que se impone entre los gestores frente este activo es la de cautela a la espera de que haya más visibilidad sobre las incertidumbres que pesan sobre el mercado. Se necesita tener la certeza de que la inflación ha tocado techo, de que los bancos centrales han terminado con sus ajustes en los tipos y cuál va a ser el impacto de todo ello en la economía, si una desaceleración o una recesión más profunda.

En función de esto último, el tiempo que tardará un perfil de inversor u otro en recuperar las pérdidas que lleva este año será mayor o menor. "En un escenario normal, a priori se recuperará antes de ellas el inversor más arriesgado. Pero en un escenario de desaceleración fuerte, los bonos se comportarían mejor que la bolsa. Por lo tanto, la respuesta no es tan obvia", explicaba Jaime Martínez, responsable global de asignación de activos de la gestora de BBVA, en una entrevista reciente a elEconomista.es.

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