El Ejecutivo gravará el tabaco electrónico y prohíbe que las cajetillas lleven marca

El Gobierno abre la guerra contra los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado y creará un nuevo impuesto para gravarlos y obligar así a los comerciantes a incrementar su precio con el objetivo de disuadir de su consumo. El Impuesto sobre las Labores del Tabaco solo aplica al tabaco industrial, de liar y a los puros, dejando fuera los cigarros electrónicos, como los vaper. Además, también subirá los impuestos al tabaco tradicional y obligará al empaquetado genérico (ya se utiliza en otros países de Europa) que elimina la marca del fabricante de la cajetilla.

Con la prohibición de la publicidad del tabaco en la mayoría de los países de la UE, la industria tabacalera ha concentrado su estrategia de promoción en los envases haciéndolos más atractivos y coloridos para captar al consumidor. Una medida que pone en pie de guerra a la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España que denuncia que el empaquetado genérico impulsará el contrabando y las falsificaciones, ya que incrementará la tendencia del consumidor por el tabaco más barato una vez desaparecida la diferenciación de la marca.

El Ministerio de Sanidad propone estas reformas dentro del borrador del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaco para 2024-2027 que presenta hoy a la Comisión de Salud Pública del Consejo Internacional del Sistema Nacional de Salud con el objetivo de ampliar los espacios sin humo. Esta hoja de ruta tiene cinco metas que pasan por evitar que se empiece a fumar, promover que se abandone el hábito, ampliar los espacios en los que no se pueda fumar, incrementar la investigación del antitabaquismo y establecer alianzas con el sector público y privado para avanzar en los objetivos.

"Nosotros somos partidarios de reforzar las medidas de prevención de consumo de tabaco e ir avanzando en el reconocimiento de buenas practicas en cuanto a espacios libres de humo", ha indicado Elena Andradas, directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, antes de entrar a la reunión.

Control en Internet

En el marco de esta estrategia para prevenir el inicio del consumo del tabaco y su abandono también anuncia que habrá un mayor control de la publicidad encubierta y de la promoción de tabaco tanto en redes sociales como en plataformas audiovisuales. De hecho, pretende crear un formulario de denuncia sobre estos canales para que se pueda denunciar la publicidad encubierta o promoción de estos productos en redes.

Espacios sin humo

El texto destaca la necesidad de incrementar los espacios sin humo "para conseguir que una persona no fumadora pueda desempeñar su día a día sin verse expuesta". Aunque no indica de qué nuevos espacios se trata, los expertos apuntan a que se prohibirá fumar en las terrazas. El plan también busca evitar que se fume delante de los menores o de personas enfermas en los espacios privados como el hogar o el coche. Además, va más allá, e inicia una batalla contra el humo de tercera mano, es decir, el residuo que se queda en ropa, muebles, alfombras y objetos y que perdura más en el tiempo.

Prohibir sabores y aromas

Con el objetivo de hacer el tabaco menos atractivo, el plan también propone prohibir los sabores y aromas que enmascaran su sabor real. Además, también quiere regular y equiparar la promoción y publicidad de las nuevas formas de tabaco con las tradicionales, ante la creencia de que los cigarros electrónicos o el tabaco calentado son más sanos que los tradicionales. Se revisará la cuantía de las sanciones por infracciones en la comercialización y la promoción del tabaco y se obligará a que en los contenidos audiovisuales en los que aparezca tabaco se pongan mensajes de advertencia. Asimismo se regulará el consumo de pipas de agua, shishas o cachimbas en entornos de ocio.

Fármacos financiados

El plan pretende calificar el tabaquismo como enfermedad crónica y, por ello sitúa a los centros de atención primaria como la vía prioritaria para identificar a los fumadores y facilitarles los fármacos financiados por la Seguridad Social para que lo dejen. También llama a incrementar el número de estas personas a las que dispensar los fármacos entre los más vulnerables, que suelen ser los que más fuman, y también en mujeres, con peores tasas de abandono del tabaquismo.

Se pretende incrementar esta labor para facilitar el abandono del tabaco tanto en hospitales y en farmacias. Por tanto, se propone modificar los criterios de inclusión de las personas fumadoras en el programa de cesación del tabaquismo con fármacos financiados e incorporar a la cartera básica de prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud aquellos fármacos que, atendiendo a la evidencia científica, son adecuados para el tratamiento de la adicción. También se quiere incluir formación sobre el tabaquismo en Ciencias de la Salud, Psicología y Farmacia.

Prohibido tirar colillas al suelo

Sanidad también impulsará que los ayuntamientos creen normas locales para prohibir tirar colillas en vías públicas y espacios naturales. Actualmente, las colillas suponen entre el 30% y el 40% de los objetos que se recogen en la limpieza urbana y costera. Además, que haya colillas en el suelo aumenta su visibilidad y con ello, su aceptación social, y perjudica al medio ambiente.

Más inspecciones

Finalmente, la Administración incrementará la inspección y las actividades de seguimiento para el cumplimiento de la legislación y especialmente, en lugares donde es necesario reforzar los espacios sin humo como los centros sanitarios, los colegios o los institutos.

Objetivos

El plan de Sanidad tiene como objetivo rebajar el consumo de tabaco y el más inmediato es a 2025. El Ministerio pretende reducir al 18,3% de la población el consumo diario de tabaco para el año que viene, frente al 19,8% que había en 2020.

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