Bolsa, mercados y cotizaciones

El BCE deja los tipos de interés en el 4,5% y anuncia unas previsiones de inflación que ya rozan el objetivo

El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a cumplir con el guion previsto y ha mantenido este jueves el precio del dinero sin cambios. El BCE ha celebrado este cónclave con la vista ya puesta en el primer recorte, que llegará, presumiblemente, en verano ante la intensa caída en el ritmo de crecimiento de la inflación (o desinflación). Christine Lagarde, presidenta de la institución, ha señalado junio como la fecha clave para tomar una decisión sobre las bajadas, porque el BCE tendrá "más información en abril, pero mucha más" enntonces, en referencia a los precios, salarios y otros indicadores económicos.

Con todo, el instituto monetario, con sede en Frankfurt, ha mantenido sin cambios los tres tipos de interés de referencia en la reunión de marzo. Este ha sido el cuarto cónclave en el que el BCE no mueve ficha desde que inició el ciclo de subidas de tipos en julio de 2022. A partir de entonces el organismo elevó el precio del dinero en 10 reuniones consecutivas, hasta octubre pasado. Ahora ya van cuatro en las que no mueve ficha. ¿Cuándo llegará el próximo movimiento? Así ha sido la rueda de prensa de Lagarde al detalle.

Con esta decisión, esperada por los mercados, el tipo sobre la tasa de depósito (donde los bancos comerciales acumulan sus reservas) se mantiene en el 4%, el tipo de refinanciación repite en el 4,5%, máximos desde 2001, y el de la facilidad marginal de depósito se mantiene en el 4,75%.

El BCE se acerca a la primera bajada de tipos tras unas previsiones sobre inflación más benignas. Los expertos del BCE proyectan ahora que la inflación se situará, en promedio, en el 2,3% en 2024, el 2% (el objetivo del BCE) en 2025 y el 1,9% en 2026.

En cuanto a las estimaciones de la inflación subyacente (excluye los precios de la energía y los alimentos, por ser más volátiles) también se han revisado a la baja y se sitúan, en promedio, en el 2,6% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 2% en 2026. Sin embargo, los mensajes del comunicado y de la propia Lagarde han sido un poco más difusos.

"Aunque la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente han continuado descendiendo, las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, debido en parte al fuerte crecimiento de los salarios", señala el documento publicado por el banco central. Esta parte del comunicado ha sido un 'jarro de agua fría' para los que esperaban una bajada de tipos inminente y ha sustituido a la frase incluida en la anterior declaración del ente posterior a la reunión de enero: "La tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado".

Los salarios son el factor que tiene un mayor potencial para cronificar un episodio inflacionario o, al menos, prolongarlo en el tiempo. Con todo, aunque la previsión base sigue siendo que el primer recorte llegará en junio, esto abre la puerta a que el BCE adopte un modo pasivo (wait and see) por más tiempo.

La economía se recupera, la inflación cae y las grietas en el sistema financiero (o al menos no tan claras como las de la banca mediana y regional de EEUU) europeo están relativamente controladas, por lo que el BCE podría permitirse el 'lujo' de mantener los tipos en el nivel actual durante un "periodo prolongado" de tiempo, como ha señalado hoy y en otras ocasiones anteriores.

Asimismo, los expertos del Eurosistema creen que la actividad económica de la eurozona se mantendrá "moderada" a corto plazo. Es por ello que han reducido dos décimas su pronóstico del producto interior bruto (PIB) de toda la eurozona para este año: si en diciembre anticiparon que se expandiría un 0,8%, ahora limitan el crecimiento al 0,6% en comparación con 2023.

Al mismo tiempo, han dejado intacta la estimación para el año que viene en 1,5%, señalando que la economía del euro acelerará en 2025. Y respecto a 2026 han incrementado la proyección una décima al 1,6%.

Desde ING señalan que "aunque el empeoramiento de las perspectivas económicas de la eurozona y la mayor desaparición de las presiones inflacionarias (de los titulares) justificarían recortes de tipos inminentes para aportar cierto alivio, la persistente inflación subyacente, en particular la inflación de los servicios, la incertidumbre sobre la evolución de los salarios y la interminable confianza en un repunte económico en la eurozona todavía impide que el BCE reduzca los tipos al menos por ahora".

No obstante, también ha habido algunas declaraciones que se pueden considerar como dovish (permitirían una pronta bajada de tipos). Lagarde ha declarado que "las empresas están publicando menos vacantes de empleo y, por tanto, la demanda de mano de obra está disminuyendo", lo que sería coherente con una inflación subyacente a la baja.

Dentro de este bloque que apunta a un recorte de tipos temprano, se puede añadir que Lagarde ha declarado que "hay señales de que el crecimiento de los salarios está empezando a moderarse (aunque sigue siendo demasiado alto)". Este dato es fundamental para los funcionarios del banco central y es el obstáculo que les separa de la primera bajada de tipos, ya que quieren conocer el resultado de las negociaciones salariales de primavera para recortarlos.

Hilado a ello y poniendo el foco en el rumbo de la inflación, Lagarde ha constatado que la subida de los precios está "cayendo hacia el objetivo" del 2%. No obstante, ha avisado de que "las presiones sobre los precios domésticos son elevadas". Existe el riesgo de que la llegada del ansiado 2% se confundan con el 'fin de la misión o una misión cumplida', aún queda trabajo por hacer para anclar las expectativas y mantener ese 2% de forma simétrica y sostenida.

El primer recorte de tipos del BCE, a la vista

Elevando el tono ante los periodistas, Lagarde ha querido dejar claro que en esta reunión los miembros del Consejo de Gobierno no han hablado de recortar tipos. "He dicho que hoy no hemos hablado de bajar los tipos. Apenas hemos empezado a discutir la reducción de nuestra postura restrictiva". "Sin prisa, sin prisa" ("no rush" en inglés), ha espetado la francesa a los profesionales de la información en la sala.

No obstante, todo apunta a que junio será la fecha elegida para el primer recorte de los tipos de interés. El BCE tendrá datos sobre los nuevos acuerdos salariales, varias lecturas más de inflación, los indicadores PMI, etc. La propia Lagarde ha dejado una firma muy reveladora: "Sabremos un poco más en abril y mucho más en junio".

Pero que ese mes sea clav, no tiene que significar per se que sea el mes elegido para rebajar los tipos. Las dudas se han intensificado en las últimas semanas. La economía de la zona euro está saliendo de su letargo, impulsada por los buenos datos del sur y el este del Viejo Continente. Una economía que 'revive' puede ser una amenaza para la presente desinflación.

Pese a todo, las expectativas del mercado apuestan por un recorte de 25 puntos básicos en los tres tipos de interés rectores del banco central para junio (el mercado no siempre acierta). El Banco Central Europeo tiene más argumentos a favor de recortar los tipos antes que casi todos sus homólogos del G-10. Sin embargo, los recientes datos macroeconómicos señalan que los argumentos a favor de un recorte en abril han disminuido, y ahora "empezamos a apostar, con cautela, por un primer movimiento en junio", aseguran desde Ebury. Para 2024, el mercado descuenta cuatro recortes de tipos. Lagarde ha celebrado que se haya producido cierta "convergencia" entre las apuestas de los operadores y el rumbo esperado por el banco central después de que el año comenzara con epectativas de más de seis recortes en el ejercicio.

"Lagarde dio hoy otro paso prudente hacia una primera bajada de tipos. Mencionó junio como posible fecha, pero se mostró cauta sobre el ritmo de la futura relajación monetaria. Seguimos esperando una primera bajada de tipos en junio, pero menos reducciones después de esa primera relajación en comparación con los mercados de futuros, especialmente para 2025, ya que el problema de la inflación está lejos de resolverse", sostiene Jörg Krämer, economista de Commerzbank. "A diferencia de Lagarde, todavía no vemos señales significativas de una desaceleración en el crecimiento salarial", añade el experto.

Desde Ebury añaden que dado que el reciente ajuste ha sido bastante agresivo, "no creemos que haya mucho margen para que las expectativas sobre los recortes de tipos se reduzcan aún más. Esto debería limitar el alcance del apoyo al euro en caso de que los comunicados del banco se perciban como de línea dura. El listón para una sorpresa moderada parece más bajo, aunque no esperamos que la reunión de marzo genere mucha volatilidad", sentencian dichos expertos.

"En conjunto, la reunión de hoy ha sido clara y bien estructurada, con un mensaje inequívoco de que, por ahora, es demasiado pronto para hablar de recortes de tipos, pero ya llegará el momento. Creemos que será en junio. Esperemos que la reunión de hoy también ponga fin a la cacofonía de comentarios de los banqueros centrales nacionales sobre el calendario de futuras bajadas de tipos, que en las últimas semanas ha parecido una especie de ruidoso coro atonal. Esto daría a los mercados y al BCE algún tiempo para preparar el final gradual de su actual postura restrictiva", remata Carsten Brzeski desde ING.

WhatsAppTwitterTwitterLinkedinBeloudBeloud