Madrid
Gotham City ha desaparecido sin dejar rastro. Tras su brutal ataque bursátil contra Grifols, donde provocó una pérdida de hasta el 40% de la capitalización de la farmacéutica, Batman ha debido encontrar una cueva remota que nadie tiene localizada. La empresa de hemoderivados interpuso una demanda, tal y como adelantó este medio, pero ahora el proceso se ha encallado porque no existe ninguna dirección a la que enviar la citación judicial.
Y es que para que comience la batalla en los tribunales, los contrincantes deben estar avisados. Desde el pasado 26 de enero, el Tribunal del Distrito de Nueva York no logra notificar al fondo bajista y a su fundador, Daniel Yu, la denuncia de Grifols, tal y como ha adelantado Cinco Días. El plazo máximo para que se produzca dicha notificación es de 90 días y tras transcurrir un tercio de ese tiempo, a día de hoy, no hay ningún avance.
La farmacéutica interpuso una demanda en la que también apuntó contra General Industrial Partners, el vehículo en corto en el accionariado de Grifols, y el dueño de esto último, Cyrus de Weck, a quien la justicia estadounidense tampoco localiza. En la demanda, a la que tuvo acceso este medio, la firma de hemoderivados aseguraba que "los acusados son depredadores y vendedores en corto dirigidos por el convicto Daniel Yu, que ilícitamente han obtenido beneficios de sus esquemas manipulados y distorsionados". La firma de hemoderivados solicitó medidas cautelares que evitasen la publicación de otro informe, circunstancia que ocurrió hace una semana, así como que los acusados rectifiquen sus afirmaciones.
Las dudas de Gotham sembró sobre Grifols apuntaban al talón de Aquiles de la farmacéutica. La consultora aseguraba que el ebitda de la firma estaba sobredimensionado y que se ocultaba deuda. Poner en tela de juicio ambos indicadores afecta al plan de negocio de reducción de pasivo en el que está inmerso la firma. El argumento para hacer tales afirmaciones era la consolidación de dos empresas, Haema y Biotest, tanto en las cuentas de Grifols como del vehículo inversor de la familia fundadora, Scranton, que además es el segundo máximo accionista de la firma de hemoderivados.
Además, Gotham afeaba diversos vínculos entre empresa y fondo, algo que comenzó a agrietar el Consejo de Administración de la empresa del Ibex. De hecho, hoy, después de un mes y medio desde la publicación del primer informe, los Grifols han desaparecido de los puestos ejecutivos y el control ha pasado a estar en manos de externos.
