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De la NBA al FC Barcelona: por qué el deporte es el MVP de las inversiones

  • La industria del deporte aumentará a los 623.000 millones de dólares en 2027 
Messi en el Mundial de Qatar. Archivos.
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La entrada de inversores del Golfo Pérsico -como Qatar y Arabia Saudí- y de Estados Unidos -como los fondos Ares (Atlético de Madrid) y Fenway Sports Group (Liverpool)- en el negocio de disciplinas deportivas como el fútbol o el golf ha evidenciado el valor del deporte profesional como vehículo de inversión. Más allá de la intención de ciertos países autoritarios de lavar su propia imagen a través de estas operaciones, lo cierto es que cada vez más inversores se interesan por los deportes para hacer negocio. Así, plataformas de streaming como Amazon y Apple han obtenido los derechos de emisión de partidos de torneos como la NFL (fútbol americano), Roland Garros o la MLS estadounidense, liga en la que juega Leo Messi actualmente. Muchos son los motivos para entrar en el negocio del deporte, sin embargo, ello no está exento de riesgo.

Los derechos de emisión constituyen una de las principales fuentes de ingresos de la industria del deporte: su valor global supera los 50.000 millones de dólares. Las empresas encargadas de retransmitir los eventos deportivos han introducido nuevas técnicas en sus emisiones, como la realidad virtual y el desarrollo del análisis de datos, por lo que su valor continuará aumentando. Tradicionalmente coto de la televisión lineal con programación fija, los eventos deportivos han despertado el interés de las plataformas de streaming. En este sentido, Amazon retransmite en Prime Video el partido de los jueves de la NFL (liga de fútbol americano), denominado Thursday Night Football. También retransmite el 80% de los encuentros de la Ligue 1 francesa, así como eliminatorias de Roland Garros.

Por su parte, el servicio de streaming de Apple emitió el año pasado partidos de la MLB (liga de baseball nortamericana). Además, la empresa firmó un acuerdo valorado en 2.500 millones de dólares para retransmitir de forma exclusiva, durante la próxima década, los partidos de la Major League Soccer estadounidense, competición en la que actualmente juega Leo Messi. Asimismo, también retransmite los encuentros de la Pac-12, una división de la liga universitaria de EEUU en la que se celebran diversas competiciones, entre ellas baloncesto y fútbol americano.

El método Netflix

Asimismo, Netflix también se ha interesado por el deporte, pero con otra línea de actuación. La principal plataforma de streaming ha optado por la emisión de series documentales relacionados con disciplinas deportivas, como 'Beckham', 'Drive to Survive', 'Cuadernos de entrenador' o '6 Nations: Full Contact'. También se ha lanzado a la organización de eventos deportivos, como la Copa Netflix en noviembre de 2023 o un partido de exhibición entre Nadal y Alcaraz, el cual se celebrará este año en Las Vegas. La razón por la que Netflix no entra de forma similar en la industria del deporte como Apple y Amazon se encuentra en su falta de diversificación de negocio. Estas dos últimas firmas poseen otras divisiones capaces de apuntalar una estrategia muy costosa.

Todas estas empresas han optado por entrar en una industria cuyo valor se ha incrementado en los últimos años. Según la Universidad Torrens de Australia, la industria del deporte ha crecido un 4,3% de media desde 2014, lo cual ha aumentado su valor de los 488.500 millones de dólares en 2018 a los 500.000 millones en 2020. Paralelamente, cálculos de Business Research Company estiman que, en 2027, la industria del deporte alcanzará los 623.600 millones de dólares, creciendo a un ritmo de un 5% anual.

Aumento de goles y de triples

Pero como decía Di Stéfano, ningún jugador es tan bueno como todos juntos. Así, este crecimiento no se debe a la expansión deporte particular, sino al crecimiento de varias disciplinas, entre las que se encuentran los torneos más mediáticos a nivel global. En este sentido, el fútbol europeo y las cuatro principales ligas norteamericanas (NBA, NHL -hockey sobre hielo-, MLB y NFL) han multiplicado por cinco su valor desde 2007 hasta 2002, según un informe de Certuity.

Concretamente, la NBA es la competición que más ha crecido, multiplicando casi ocho veces su valor gracias, entre otros factores, a su presencia global, el futuro prometedor de sus jugadores jóvenes y sus activos mediáticos atractivos. Por su parte, el aumento del valor de las grandes competiciones europeas de fútbol (Premier League, UEFA, La Liga, Bundesliga y Serie A) fue mayor que el de la Major League Baseball y el de la National Football League.

Goldman Sachs se pone el babero

Este crecimiento ha llamado la atención de numerosos inversores, que han visto una buena oportunidad para diversificar sus carteras. A finales del año pasado, la familia Adelson, propietaria de Las Vegas Sands -una cadena de casinos de la ciudad en la que se rodó Ocean's Eleven-, compró el 70% de las participaciones de los Dallas Mavericks por 3.800 millones de dólares. De esta forma, el hasta ahora propietario Mark Cuban es sustituido por Miriam Adelson, cuyos movimientos han ido más allá del equipo donde juega el exmadridista Luka Doncic. Según The Dallas Morning News, Adelson adquirió propiedades cercanas al centro de la ciudad tejana por 42.900 millones de dólares.

En este contexto, Goldman Sachs optó en 2023 por desarrollar un departamento para ofrecer a sus clientes más pudientes la opción de invertir en una entidad deportiva privada. El banco estadounidense, que trabajó en la compra del Chelsea por parte de Clearlake Capital y el magnate Todd Boehly, quiere aprovechar este 'boom' deportivo para convertirse en un actor importante para aquellos inversores interesados en esta industria. De hecho, estos propietarios siguen buscando la manera de mejorar el rendimiento del equipo inglés y, por lo tanto, aumentar sus beneficios: con ese objetivo parecen estar dispuestos a adquirir buena parte del Sporting Clube de Portugal, el club que formó a Cristiano Ronaldo.

Así las cosas, invertir en una importante entidad deportiva es muy provechoso, ya que es un organismo que gestiona todo tipo de activos, como los derechos de retransmisión de los eventos deportivos, el merchandising, las actividades económicas derivadas del estadio y la propiedad de las instalaciones de la entidad. Se tratan, además, de activos muy valiosos: el FC Barcelona, que se encuentra en una situación económica delicada, obtuvo 700 millones en agosto de 2022 después de vender a Jaume Roures el 24,5% de Barça Studios, firma que controla la rama audiovisual del club.

Hay fuera de juego

Sin embargo, existen algunos inconvenientes alrededor de la industria deportiva. En primer lugar, que no todas las competiciones y entidades deportivas importantes permiten la entrada de inversores. Así, la NFL, cuyo valor es de 163.000 millones de dólares (5.110 millones de dólares de media por equipo), tiene prohibido la posibilidad de invertir en cualquier franquicia. Por su parte, la NBA limita a cinco el número de equipos que un mismo inversor puede poseer. En el lado opuesto se encuentra la MLB, que no plantea ninguna restricción al número de equipos que un inversor pueda adquirir.

Otro de los factores a tener en cuenta es que una inversión en la industria del deporte constituye una operación cuyo retorno demora años en producirse. Es un movimiento a largo plazo que tiene sus riesgos relacionados con el rendimiento deportivo de la entidad, las lesiones o la suspensión de eventos deportivos por razones de seguridad. En cualquier caso, el nivel de riesgo es, en comparación con otros mercados, inferior.

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