Una de las marcas más icónicas del movimiento de cerveceros artesanos que revolucionaron el sector en la pasada década pone punto y final a su actividad en su decimotercer año de andadura tras no poder superar la falta de acuerdo con el ayuntamiento de Las Rozas para la obtención de permisos de su fábrica del Polígono Európolis.
La principal instalación de la marca fundada en 2011 permanecía cerrada desde el pasado 13 de diciembre por orden del consistorio madrileño por no cumplir con las actividades para las que estaba autorizada, la elaboración y embotellado de cerveza.
Y es que, desde que se trasladó a Európolis desde su ubicación original, la empresa instaló en su nueva nave un 'taproom' para degustación de sus cervezas, así como una pequeña cocina y mesas donde se daban servicios de restauración. Tras el precinto de las instalaciones, la compañía informaba a sus clientes a través de su web: "Desde hace varios años, mantenemos una relación positiva y proactiva con el Ayuntamiento de Las Rozas en relación con un problema de permisos de actividad. En este momento, las autoridades nos han notificado que debemos cerrar nuestras instalaciones en el Polígono Europolis. Esperamos que se trate de una decisión temporal y que podamos encontrar una solución razonable a las dudas del Ayuntamiento".
Lo que parecía un problema temporal hizo que La Virgen optara entonces por mantener su venta online y la actividad de sus cervecerías de Majadahonda, Alcorcón y las cuatro de Madrid. Sin embargo, la falta de acuerdo ha llevado a la marca a anunciar el cese definitivo de su actividad y el despido de sus 78 trabajadores e iniciar un proceso de "diálogo y negociación" con los sindicatos, además del cierre de sus locales.
"Nos hemos enfrentado a una situación compleja en materia de obtención de permisos para la ubicación insignia de la empresa en Las Rozas. Este hecho, en combinación con la difícil situación financiera existente, ha llevado a Cervezas La Virgen a tomar esta difícil decisión", asegura la última cervecera artesanal en sufrir los los efectos del descenso del consumo registrado a raíz de la pandemia y de la ofensiva de las marcas industriales que reaccionaron con continuos lanzamientos de referencias especiales.
De esta forma, la empresa ha asegurado que llevará a cabo este proceso desde el "máximo respeto" hacia sus trabajadores, con el objetivo de llegar a un acuerdo que minimice, en la medida de lo posible, el impacto social que supone esta decisión.
De esta manera, la andadura de Cervezas La Virgen pone punto final a una exitosa trayectoria de 13 años desde que tres jóvenes emprendedores, César Pascual, Eduardo García y Jaime Riesgo la pusieran en marcha y unos meses después de que sus fundadores se desvincularan ya totalmente de su proyecto tras haberla vendido en 2017 al gigante cervecero belga AB Inbev, propietario de Budweiser, Corona o Stella Artois, entre otras.
