Industria

ArcelorMittal frena en Europa: se enfrenta a Italia y tiene a España en vilo

  • La compañía se niega a invertir más en la planta de Tarento, que comparte con el Ejecutivo transalpino 
  • Mientras, todavía no ha confirmado la transformación de su operativa en Gijón, con una subvención aprobada de 450 millones  
  • En cambio, sí invierte en regiones como Asia y América
Un empleado de Arcelormittal. EE
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La debilidad de la industria del acero en Europa hace mella en los planes estratégicos de Arcelormittal. Más allá de la subida de los costes y la consecuente rebaja de la producción en las plantas del continente, la situación ya afecta a las líneas de futuro de la cotizada. Mientras anuncia inversiones en India y América, se niega a poner más dinero para reflotar la acería de Tarento (Italia), la mayor del mundo, y mantiene en estudio desde hace más de un año la descarbonización de la instalación de Gijón pese a tener 450 millones de ayudas europeas aprobadas.

La acerera mantiene desde hace semanas un enfrentamiento con el Ejecutivo transalpino por la inyección de fondos en la acería de Ilva. Según informó la administración, la empresa ha declinado aportar más capital a la filial que adquirió en 2018 tras ganar la adjudicación pública un año antes. Hoy, la sociedad está participada por la siderúrgica con sede en Luxemburgo, que ostenta la mayoría, y por el holding público Invitalia.

Y ambas partes arrastran un conflicto que estalló definitivamente la semana pasada. Italia hizo público que Arcelormittal no está dispuesta a poner más dinero e incluso estaría poniendo pegas a que la aportación la realizase solamente la administración. El Gobierno está dispuesto a suscribir una ampliación de capital de 320 millones de euros que, eso sí, pase a darle el 66% del capital y deje a la firma con el 34% restante.

A partir de aquí, las versiones difieren. "Arcelormittal está dispuesta a aceptar quedarse en minoría, pero no a contribuir financieramente", dijo el jueves el ministro de Industria, Adolfo Urso. Sin embargo, la prensa italiana añade que la compañía no estaría dispuesta a ceder la mayoría en lo referente al gobierno corporativo y querría que los derechos de voto se mantuvieran al 50%. Contactada por elEconomista.es, la acerera declinó hacer comentarios.

Lo cierto es que las tensiones fueron permanentes prácticamente desde el momento de la adjudicación, pues solo un año después ya advirtió de las dificultades para cumplir con sus planes de negocio previstos por nuevas exigencias medioambientales en el país. De hecho, desde el pasado mes de mayo la organización arrastra un conflicto judicial con el Ayuntamiento de Tarento por los niveles de benceno existentes en los alrededores de Ilva, admite en sus cuentas del primer semestre de 2023.

De Italia a España

Pero los titubeos de Arcelormittal no son exclusivos de Italia. Aunque con el Gobierno español no se ha llegado al enfrentamiento -ambas partes transmiten que trabajan en sintonía-, lo cierto es que hace más de un año que las conversaciones para la descarbonización de la planta de Gijón no arrojan resultados significativos. La empresa tiene aprobada una ayuda de 450 millones de euros, que implicaría una inversión de más de 1.000 millones de euros en el centro.

Los pasos a seguir se han dado y, por ejemplo, la pasada semana superó el trámite ambiental necesario. No obstante, fuentes de la organización en España señalan que las negociaciones se mantienen. Principalmente para conseguir unos precios de la energía que hagan el proyecto rentable y como encajar toda la operación en el marco legal. Por ejemplo, habría que ver como adaptar los plazos a la lentitud de la discusión, pues los fondos europeos solo permiten que los proyectos se ejecuten hasta el 31 de diciembre de 2025, un plazo ya probablemente inviable para la nueva planta de Gijón.

La compañía sí aprobó en julio el nuevo horno eléctrico para la ciudad asturiana, pero todavía no se ha pronunciado sobre la mayor la inversión pendiente. La empresa sigue sin tomar una decisión para la implementación de la planta de DRI (reducción directa de mineral de hierro) y el nerviosismo es palpable tanto entre los trabajadores como entre las administraciones locales. Más después de que Arcelormittal se plantee detener uno de los dos hornos altos en Asturias si la situación de mercado no mejora en los próximos meses. Sus previsiones presupuestarias se hicieron contando con un solo horno operativo a partir del 1 de abril, aunque oficialmente la empresa dijo que se trata solamente de "estar preparados para parar".

ArcelorMittal suscribió en julio de 2021 un Memorando de Entendimiento (MoU) con el Gobierno español para invertir 1.000 millones de euros en tecnologías de descarbonización en su fábrica de Gijón.

En concreto, el plan del gigante acerero discurre por construir una planta directa de mineral de hierro (DRI) con hidrógeno verde, que contará con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales, complementada con un horno eléctrico híbrido de 1,1 millones de toneladas de capacidad.

La planta de DRI de Gijón también abastecerá a la de la empresa en Sestao (País Vasco), que se convertirá así en la primera del mundo en cero emisiones en el conjunto de su proceso productivo.

Arcelormittal sí crece fuera de Europa

Las dudas sobre el mercado europeo no son un fenómeno mundial para Arcelormittal. La pasada semana, el consejero delegado de la siderúrgica, Lakshmi Mittal, anunció que la firma construirá la mayor acería del mundo en India, con capacidad para producir 24 millones de toneladas al año. En el país también explicó este mismo mes de enero que cuenta con un proyecto para erigir la infraestructura necesaria con la que crear una instalación de pruebas para un Hyperloop.

Lejos de Asia, la organización también invierte en América. Es en Canadá, concretamente en Ontario, donde ya ha iniciado los trabajos para su primera planta de DRI -que estudia replicar en Gijón-. En Estados Unidos optó por la vía de adquisiciones: en 2022 compró el 80% de la planta de voestalpine en Texas por 900 millones de euros y hace meses estudió hacerse con USSteel, algo que finalmente no abordó. En Brasil también compró en 2022 Companhia Siderúrgica do Pecém por 2.000 millones de euros.

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