Bolsa, mercados y cotizaciones

Al BCE se le acaban las excusas para frenar el ciclo de bajada de tipos

  • A Lagarde ya sólo le preocupa la inflación doméstica y esta también da buenas señales
  • El indicador suele funcionar con retraso y parece que tocó techo el pasado verano
  • El componente doméstico de inflación en la zona euro también tocó techo hace un año
Sede del BCE en Frankfurt. Foto: Dreamstime
Madrid icon-related

El Banco Central Europeo lleva meses encontrando argumentos para poder justificar que han conseguido cumplir con su objetivo. La inflación no es una variable que reaccione inmediatamente a los cambios de la política monetaria o fiscal, sino que tarda cierto tiempo en reaccionar a estas medidas. En este sentido, la subida de tipos más rápida de la historia parece que ha tenido éxito: el IPC se ha moderado mucho, pasando de superar el 12% a finales de 2022, hasta el entorno del 2,6% actual, y las proyecciones del propio BCE apuntan a que, el año que viene, ya se alcanzará el objetivo del 2%.

Siendo así, ¿por qué no reconoce el BCE que su objetivo está cumplido y que todo está preparado para bajar tipos en los próximos meses? El propio Consejo de Gobierno del organismo ya se planteó en la reunión de octubre de 2023 la posibilidad de haberse pasado de frenada con la subida de tipos, y de que la inflación terminase cayendo por debajo del 2% que tiene como meta. La respuesta a esa pregunta, según Lagarde, es que todavía hay una medida de la inflación (la cesta de precios se puede analizar de formas muy diferentes, con distintas métricas que incluyen o excluyen algunos componentes) cuya caída no termina de convencerles: la inflación doméstica.

Esta postura de Lagarde encaja más con el miedo a perder credibilidad si meten la pata y bajan tipos antes de tiempo, que con los indicadores que está mostrando la economía, que, según el equipo de analistas de Bloomberg Economics, ya confirman que es seguro para el BCE llevar a cabo una bajada de tipos próximamente. "Es comprensible por qué Christine Lagarde y sus compañeros están intentando ganar tiempo: El coste de que la inflación resurja sería muy elevado. Sin embargo, la probabilidad de que esto ocurra es cada vez menor, y esto significa que el BCE va a tener que reconocer pronto que es seguro empezar a bajar tipos, algo que esperamos en junio", explican Jaime Rush y Maeva Cousin, economistas del equipo de análisis de Bloomberg.

La inflación doméstica también ha tocado techo

Si se analiza el dato de inflación doméstica que tanto preocupa a Lagarde se aprecia que las señales también son muy positivas en este frente, de cara a ver una caída hasta el objetivo del 2%, y que la decisión de seguir comunicando que el BCE necesita más pruebas para bajar tipos es muy prudente. Desde Bloomberg Economics admiten que se trata de un indicador "imperfecto" y, sobre todo, que "funciona con retraso". Teniendo esto en cuenta, si el IPC de la zona euro tocó techo a finales de 2022, y desde entonces no ha parado de caer, el pico en la inflación doméstica (una cesta que excluye los bienes que tienen un alto contenido relacionado con las importaciones) se vio el verano pasado, cuando rozó el 6%. Desde entonces no ha parado de descender, hasta el 3,9%, y los economistas de la agencia argumentan que el proceso de caída va a continuar.

"La medida más fiable de inflación doméstica, el deflactor de valor añadido bruto, está reflejando que las presiones en los costes están cayendo", indican. "Esta medida captura cómo se mueven los precios de los bienes producidos en la zona euro, al margen de los costes de la energía y de otro tipo de factores importados", indican. El principal elemento que está contribuyendo la caída de este indicador es que "los márgenes de beneficio han dejado de crecer tan rápido como lo venían haciendo", indican desde Bloomberg Economics.

Además, argumentan dos motivos por los que las empresas han podido dar un cambio en este sentido. "Una posible explicación de este cambio de comportamiento es que, a medida que la inflación general retrocedía, las empresas han tenido menos argumentos para esconder subidas de precios por encima de lo que han aumentado sus costes. Otro argumento es que, en un contexto de crecimiento económico más débil, ya no están tan cómodos subiendo precios, ya que temen perder cuota de mercado", señalan los analistas.

El impacto de las subidas salariales

Desde hace mucho tiempo, el BCE ha avisado del peligro que supone entrar en una espiral de inflación-salarios, que se retroalimentase y crease un problema inflacionista aún mayor del que se ha vivido en Europa en los últimos años. Por eso el organismo vigila tan de cerca la evolución salarial, pero, en este frente está empezando a ver señales que abren la puerta a una próxima bajada de tipos. En la reunión de esta semana, Lagarde reconoció cómo "el crecimiento de los salarios está empezando a moderarse", y señaló cómo "los beneficios empresariales están absorbiendo parte del aumento salarial".

Este mensaje también encaja con el análisis de los expertos de Bloomberg. "Es cierto que los salarios negociados han subido de una manera incómodamente alta, pero los datos más recientes de Indeed, un portal dedicado al empleo, indican que el crecimiento se ha frenado casi un punto porcentual, hasta el 4%, en los últimos seis meses. En nuestra opinión, está claro que el crecimiento de los salarios ya ha tocado techo", reconocen.

Los expertos esgrimen otras razones que los llevan a pensar que la presión salarial va a seguir reduciéndose en el futuro. "Cada vez está más claro que la demanda de nuevos trabajadores se está enfriando. La ratio de puestos vacantes cae desde mediados de 2022, y ahora está reduciéndose a un ritmo relativamente rápido", indican.

Sin presiones salariales, parece muy complicado que la inflación doméstica mantenga el ritmo de crecimiento actual. Y si no lo hace, al BCE se le habrán acabado los argumentos para retrasar la bajada de tipos. Los economistas de la agencia se atreven a sentenciar si el BCE ha conseguido ya su objetivo. "Bajo nuestro punto de vista, sí. Pero no bajo el del BCE", explican. "El coste de adelantarse con el recorte es muy alto, a pesar de ser algo muy poco probable. El BCE está moviéndose con cautela, pero creemos que la mayor parte de miembros del Consejo de Gobierno estará lista en junio. Para entonces habrá más evidencias que prueben la desinflación", sentencian los expertos.

WhatsAppTwitterTwitterLinkedinBeloudBeloud