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"A Planas le falta liderazgo para defender ante otros ministerios las demandas del campo"

  • "Los agricultores han salido a la calle por el hartazgo de unas normativas medioambientales que les está asfixiando"
  • "No se puede ideologizar el tema del agua. Tenemos que utilizar todas las fuentes hídricas disponibles"
  • "Nos ha sorprendido muchísimo el apoyo a la Ley de Restauración de la Naturaleza"
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Ha sido una de las voces más beligerantes contra la nueva PAC y las normativas medioambientales de la UE, que están en la raíz de las protestas agrarias. Consejera de Agricultura de Andalucía desde 2019, critica la "falta de liderazgo" del ministro Luis Planas para "influir" en las políticas del Gobierno que afectan al sector.

Estamos asistiendo a una movilización agraria sin precedentes. ¿Entiende las quejas de los agricultores y ganaderos?

A la Junta de Andalucía no le han sorprendido las movilizaciones porque los agricultores llevaban ya mucho tiempo avisando de que se estaba poniendo en entredicho la competitividad y la rentabilidad del sector. El campo ha salido a la calle por el hartazgo de unas normativas medioambientales que les están asfixiando mientras se reducen los recursos en una PAC absolutamente lesiva para sus intereses y aumentan los costes de producción. Nosotros hemos tratado de ayudarles en todos los aspectos, primero en el reivindicativo y hemos llevado tanto a Bruselas como a Madrid cada una de sus demandas. Flexibilizamos también la propia normativa de la PAC e incluso desde el Ministerio se nos llamó la atención porque decían que nos estábamos pasando. Ahora se ha comprobado que era lo que hacía falta. Les hemos apoyado también con las ayudas que teníamos a nuestra disposición e incluso hemos llevado adelante un cuarto decreto de sequía con medidas para aumentar el potencial productivo y el acceso al agua regenerada en un momento de sequía. Pero la mayoría de las reivindicaciones dependen de la UE y por tanto el Gobierno de España es el que tiene que protagonizar esa defensa. En este sentido, con lo que hay encima de la mesa, nos ha sorprendido muchísimo el apoyo a la Ley de Restauración de la Naturaleza, que viene a restar capacidad a los agricultores.

¿Y está dando el Ministerio la respuesta adecuada?

El Ministerio ha cometido varios errores. En primer lugar, la PAC no era la que querían los productores porque echa a un lado a los agricultores profesionales y, además, en comunidades agrarias como es Andalucía ha restado 600 millones de euros en ayudas. Propusimos al Gobierno la flexibilización de los ecoesquemas por la sequía y lo rechazó. Con ocasión de la Presidencia española del Consejo de la UE pedimos al ministro que plantease, igual que hizo Francia, las cláusulas espejo en los acuerdos comerciales con terceros países y no aprovechó la ocasión. Y ahora propone una serie de medidas con muy buena voluntad a las que falta concreción. Como decía, la mayoría de ellas dependen de Bruselas y necesitamos que allí se comprometan, fundamentalmente, con la flexibilización. Pero a nivel nacional también está la cuestión fundamental de la fiscalidad, con la rebaja de los módulos y también del IVA de la carne como del pescado, que se dejó a medias, y eso tiene que ser liderado ante el Ministerio de Hacienda o ante el de Empleo para que se permita tener normativas laborales que favorezcan al sector.

En el sector agrario se tiene la percepción de que la ministra Teresa Ribera es la que manda en materia agraria. ¿Cree que es así?

El Ministerio de Agricultura no tiene el suficiente liderazgo para plantear cuestiones sobre normativas o leyes del Ministerio de Transición Ecológica. Cuando el MITECO hace una normativa, el ministro debe establecer también su criterio con coherencia y con fuerza. Si no lo que ocurre es lo que ha pasado, que en los Next Generation Agricultura solo tiene 1.000 millones cuando el Miteco ha tenido 12.000, y apenas le dedicamos al regadío, en el que la modernización con la eficiencia energética es un paso de gigante, 560 millones para toda España. Dentro de los Next Generation hay un segundo problema y es que los regantes tienen que pagar el IVA del 20% de los recursos que tienen que aportar y entonces ya no es tan atractivo. Hay que compensar eso. Somos un país agrario, en el que la agricultura aporta un 6% del PIB, y en el caso de Andalucía, el 12%, y el Ministerio tenía que ser líder en el Gobierno, pero no lo es porque no influye en temas como la reforma laboral o en la fiscalidad del sector.

Hablaba antes de las cláusulas espejo y ahora tenemos el problema de las fresas infectadas de Marruecos. ¿Qué está fallando?

Está fallando el sistema porque los acuerdos con los Terceros Países se tienen que adaptar al Cambio Climático. Por ejemplo, las producciones como la de los cítricos ya se están asimilando a zonas como Sudáfrica, estamos coincidiendo en calendario. Y luego, dentro de los acuerdos hay que introducir las cláusulas espejo que permitan una reciprocidad de las condiciones que se le exigen a nuestros productores. Pero no solo por respeto a los agricultores europeos, sino por respeto también al consumidor, que tiene que saber qué es lo que se está importando. Es entendible que haya acuerdos comerciales porque nosotros somos exportadores netos, pero no pueden ser lesivos para nuestros agricultores y que se les pongan cosas tan difíciles que en alimentación tengamos que depender de terceros países en exclusiva. Eso es a lo que se tiende y es un error. Nuestra soberanía alimentaria tiene que venir de nuestros agricultores. Es un problema gravísimo. Y luego desde 2019 estamos advirtiendo al ministro de la necesidad de que se refuercen los controles en frontera. Ahora se está haciendo un muestreo, pero debe haber un control más amplio y exhaustivo. Además, se tienen que cumplir los contingentes y si no el Gobierno denunciarlo. En el caso del tomate, el contingente es de 250.000 toneladas y el año pasado se han importado hasta 450.000 toneladas. Yo pregunto al Ministerio si han pagado el arancel y no me contestan. Eso significa que no hay interés por el control. Yo lo que puedo decir a todo el mundo es que en Huelva hay unas fresas de calidad que están certificadas y que son líderes en sostenibilidad social, laboral y medioambiental y con una huella hídrica 20 veces menor. Eso el consumidor europeo lo tiene que poner en valor.

¿Está Europa dando marcha atrás en su política agraria? Se lo digo porque se han retirado las restricciones en fitosanitarios, pero al mismo tiempo se ha aprobado la Ley de Restauración de la Naturaleza...

Tengo esperanza porque he oído a Úrsula Von der Leyen y me parece un cambio de postura importante sobre aspectos como las flexibilizaciones, los acuerdos comerciales… Al menos es un cambio esperanzador. Estamos ante unas elecciones europeas y es el momento en el que cada uno influya en la medida de sus posibilidades para que estas cuestiones cuenten en los programas electorales de los partidos y el día de mañana se pongan en marcha. O, se me ocurre, para que tengamos una vicepresidencia relacionada con la agroalimentación o la agricultura y que la UE vea de nuevo que la alimentación es básica para sus ciudadanos. Antes quien mandaba era Timmermmans y el concepto verde era bastante extremista. Me parece muy bien que se incida en el aspecto ecológico, pero nunca a costa de un sector económico tan importante como es el agrario porque entre otras cosas si en las zonas rurales desaparece el agro no va a existir nada que proteger y es un error mayúsculo de la UE. En este caso, el Ministerio debería haber reivindicado cosas importantes ante la UE y no lo ha hecho.

En el sector también ven como una losa la directiva de emisiones industriales o las nuevas normas de bienestar animal. ¿Es necesario repensar estas normativas?

Creo que no se dan cuentas de que no es lo mismo un país del norte o del sur de Europa. Cuando hablan que a más de 30 grados no se pueden transportar animales se ponen las cosas muy difíciles para las personas que viven en el sur. Estas normativas tendrán un interés loable, pero hay que adaptarlas a cada territorio. En el sur que sufrimos temperaturas de 40 grados y lo habitual son los 30 grados hay cuestiones que son muy difíciles de cumplir. O cuando hablamos de cubiertas vegetales en el olivar que son imposibles literalmente. Ya se va a diseñar la nueva PAC con lo que tenemos que estar muy encima y sobre todo lo que tenemos que pedir es mayor presupuesto porque la PAC ha venido recortada en un 10%.

Tenemos el problema de los precios en producciones de pimientos, limón, calabacín. ¿Qué pasa con la Ley de la Cadena?

El tema de los precios es difícil porque estamos en una economía de libre mercado y no es fácil poner puertas al campo. Teníamos una Ley de Cadena que regulaba algo, pero no se metía en demasiadas honduras. Y se iba bandeando. La Ley tiene cosas positivas, pero las alegaciones que hemos enviado desde los territorios no se han aceptado y eso es un error. Es algo muy complejo porque las organizaciones agrarias tenían un criterio y las cooperativas otro y hay cosas que son impracticables. El ministro ha ofrecido elevar el nivel de una agencia que ya hay, pero dudamos de que ésa sea la solución porque el problema es más de la Ley que de la AICA.

La sequía es probablemente el mayor reto de la agricultura. ¿Qué actuaciones están haciendo en materia del agua?

Andalucía tiene que cambiar. Hubo una sequía en 1995 y cuando pasó ya nadie se acordó. No se hicieron inversiones hidráulicas, no se ha trabajado con los agricultores para la eficiencia hídrica y eso ha provocado que llevemos un atraso grandísimo. Nosotros estamos planteando 1.097 obras con 1.500 millones de euros, tres decretos de sequía, y el cuarto ya andando con 300 millones de euros. Andalucía es una tierra seca, pero tiene capacidad de tener agua si tenemos los instrumentos y los acuerdos con el Estado, que tiene el 67% de la Cuenca de aquí. En mi opinión no hay más fórmula que equilibrar el agua de la agricultura a través de la economía circular que supone utilizar el agua regenerada. El gran reto de Andalucía, y ya hemos conseguido 70 hectómetros cúbicos y queremos llegar hasta 140, es que se le inyecte agua regenerada a nuestros agricultores. Si eso no es así, tendremos muchas dificultades. Luego, como decía antes, el Next Generation tiene que ser una oportunidad para la eficiencia hídrica en las comunidades de regantes. Y en la Ley de Cadena aparece la doble tarifa eléctrica para los regantes, que permite un ahorro de costes, pero si no lo ponemos en marcha estamos cercenando una oportunidad.

¿Y que piden al Gobierno?

Tiene que invertir en el Guadalquivir y dar la oportunidad a que los agricultores tengan acceso a las balsas que sean necesarias. Luego, no se puede ideologizar el agua. En muchas zonas se puede ver el agua de otra manera o elucubrar sobre presas y demás, pero los que estamos en el sur tenemos que utilizar todas las fuentes hídricas. También las presas. Estamos haciendo un proyecto para una en Grazalema para que el Gobierno pueda ponerla en marcha. Es fundamental para los intereses de Campo de Gibraltar y de la Costa del Sol y toda Málaga. Todas las fuentes hídricas son necesarias: trasvases, aguas regeneradas, presas, desaladoras… todas donde los técnicos nos digan que hay que hacer, pero sin descartar ninguna. Para nuestras futuras generaciones o metemos todas las fuentes hídricas o vamos a tener muchas dificultades porque la sequía en Andalucía es estructural y el Cambio Climático lo está agudizando.

En 2022 Andalucía estuvo a punto de superar a Cataluña como principal Comunidad agroalimentaria ¿Cómo ha ido 2023?

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, está dando un aire diferente a la Comunidad. A la sociedad andaluza solo ha hecho falta ponerle resortes para ser una economía líder y plantar cara a comunidades como Madrid y Cataluña. Tradicionalmente en los años fuertes nuestras exportaciones agroalimentarias alcanzan los14.000 millones de euros y en 2023 solo ha bajado a 13.776 millones de euros a pesar de los problemas de la sequía. Se ha mantenido fuerte a pesar de las dificultades y eso demuestra que es un sector vivo.

¿Como está evolucionando la incorporación de jóvenes al campo?

El campo está todavía muy envejecido y la perdida de la competitividad y rentabilidad es lo que más lastra a la incorporación. Si un joven no ve posibilidades de rentabilidad no se va a meter en este sector. Hay muchos jóvenes, muchas mujeres que quieren entrar en la agricultura y ganadería y tenemos que hacerlo rentable y competitivo, con nuestras ayudas, con la fiscalidad, con una reforma laboral que beneficie al campo. Si no no vamos a ser capaces. En esta comunidad lo hemos puesto como prioridad. El presidente de la Junta posibilitó que pudiésemos destinar 300 millones para jóvenes en cinco años y hemos podido incorporar 4.5000 hombre y mujeres. Como hemos metido una línea específica para mujeres, en las últimas convocatorias el 60% han sido mujeres. Son 1.360 mujeres y esto no podemos desdeñarlo porque las mujeres rurales tiran mucho. Ahora vamos a sacar una línea e más de 100 millones de euros.

Tradicionalmente se asocia al campo con atraso. ¿Cómo está Andalucía en innovación?

Andalucía es líder en innovación agraria y de hecho tenemos un nanosatélite en el espacio, Platero. Tecnológicamente somos punteros pero queremos ir más allá. Y ahí queremos incidir en la tecnología aplicada al regadío, que tiene que ser 100% con eficiencia energética para que nadie nos ponga nunca más ninguna pega con el agua.

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