Director de elEconomista

Después de la tormenta, llega la calma. El Gobierno quiere esforzarse por mejorar su relación con las grandes empresas y distanciarse así de las decisiones unilaterales sobre el SMI o sobre la reducción de la jornada laboral tomada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se entrevistó esta semana con los primeros espadas de la banca para ofrecerles colaboración con finas maneras. El sector está agradecido con el gesto de Cuerpo, con el que mantiene una relación muy fluida desde que estaba al frente de la secretaría general del Tesoro.

Sánchez se citó con los grandes del IBEX en Davos, después de arremeter en la pasada legislatura contra ellos. "Si protestan es que vamos en la buena dirección", llegó a decir en julio en referencia a Ignacio S. Galán y Ana Botín. A la cita acudieron en pleno los sectores energético y bancario, a los que engañó con el señuelo de un impuesto temporal, que luego convirtió en perpetuo. Hasta el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, al que acusó de "no ser un empresario comprometido con su país", asistió puntual al encuentro.

Quienes se han acercado a negociar con Puigdemont dice que hay tres temas que le obsesionan: la amnistía, la financiación de Cataluña y la vuelta de las casi 5.000 empresas que se fueron con el procés. Los dos primeros estaban recogidos en el documento pactado con los socialistas a cambio de la investidura, pero el último no.

El año arranca con mal pie. Después de subidas de dos dígitos en casi todos los índices bursátiles occidentales, los mercados financieros apuntan a un merecido descanso, que suele traducirse en una corrección. En la renta fija, las ganancias próximas al 10% también fueron la tónica el año pasado, gracias a las perspectivas de que se produjera una rápida bajada de los tipos de interés.

¿Por qué va a confiar en las predicciones para 2024, si la mayoría de los economistas preveían una recesión para 2023 y ésta no ha ocurrido, ? La macroeconomía no es una ciencia exacta, está sometida a miles de factores externos, muchos de ellos impredecibles y muy volátiles, que complican las predicciones. No es como el tiempo, donde una nube de satélites permite desentrañar si estas vacaciones podrá disfrutar de unas jornadas soleadas ó no.

Sánchez quiere dejar claro quién manda en el mundo empresarial. Por si alguien albergaba aún alguna duda, el Consejo de Ministros del martes, uno de los primeros de la legislatura, aprobó la adquisición de hasta el 10% de Telefónica por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), con la excusa de que se trata de una empresa estratégica para los intereses de nuestro país.

Los bancos centrales marcan el ritmo de la vida de la gente con la subida y bajada de los tipos de interés, que inmediatamente se traslada al coste de los créditos y a la carestía de la vida. Pero ¿qué pasa cuando la previsión de los sancta sanctórum de la economía falla más que una escopeta de feria? El presidente de la poderosa Reserva Federal, Jerome Powell, hizo el ridículo cuando hasta finales de 2021 pronosticó que la inflación provocada por la pandemia era un "fenómeno transitorio".

España se pasó más de una década bajo la vigilancia especial de la UE porque tanto la deuda como el déficit superaban los estándares requeridos. En 2019 el procedimiento quedó en suspenso, no porque hubiéramos hecho los deberes, sino por culpa de la pandemia. La Unión Europea adoptó un cláusula de escape para los objetivos presupuestarios, que debería restaurarse a partir del próximo ejercicio.

Calviño se juega su futuro el próximo viernes, cuando los ministros de Economía y Finanzas de la UE se reúnen para intentar consensuar las reglas fiscales y alcanzar un acuerdo sobre el futuro presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Quizá está ante su última oportunidad de dirigir la institución, porque la próxima reunión se celebrará en febrero ó marzo, ya fuera de la presidencia europea de la UE, por lo que sus posibilidades serían menores.

El Gobierno Frankenstein echó a andar esta semana, con pocas sorpresas sobre lo anticipado. El propio presidente reconoció que se trata de un ejecutivo de "alto perfil político" para lidiar una legislatura que calificó de "difícil". En los Ministerios clave para cumplir las promesas hechas a los independentistas, ha colocado a personas de confianza con perfil político. Félix Bolaños, uno de los negociadores de la amnistía, desafía la separación de poderes con las carteras de Presidencia y Justicia a la vez; La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que tiene el reto de transferir hasta el cien por cien de los impuestos a Cataluña sin quebrar el Estado, asciende a vicepresidenta; mientras que el nuevo titular de Transportes, encargado de explicar a los empleados de Renfe y Adif la cesión de Rodalíes a Cataluña, es Óscar Puente, el elegido por Sánchez para defenderlo en la moción de censura.