La prórroga de los presupuestos decretada ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras conocer el anuncio de adelanto electoral en Cataluña, allana el camino del cumplimiento de los objetivos fiscales comprometidos con Bruselas. La maniobra de Moncloa implica un ajuste involuntario de unos 7.000 millones de euros, ya que el techo de gasto vigente en las cuentas de 2023 -de 198.221 millones- se verá disminuido por la tasa de inflación media alcanzada el pasado año, en el 3,5%. De esta manera, el Ejecutivo cumple de forma automática con el recorte que buena parte de analistas y organismos recomendaban para llegar a un déficit público del 3% en 2024, tal y como exige la Comisión Europea.