Quizá haya sido la industria más expuesta a las restricciones sanitarias para combatir la expansión del coronavirus. Tras el éxito de la vacunación y la desaparición de las variantes, el transporte ha vivido este 2022 el regreso casi pleno a la vieja normalidad, pero se ha topado con nuevas incógnitas en el horizonte por el alza de los costes ante el encarecimiento de los carburantes, un fenómeno que ha afectado tanto a los clientes como a las compañías.