Retail - Consumo

Mercadona echa a Leche Pascual de sus supermercados y recrudece la ofensiva de la marca blanca

La guerra entre las cadenas de supermercados y la industria alimentaria se recrudece. En pleno crecimiento de la marca blanca, a punto de alcanzar ya el 50% de cuota de mercado, y tras las salidas de los productos de Pepsico de Carrefour y de Bimbo de Dia, ahora es Mercadona la que toma la iniciativa. La cadena valenciana ha comunicado al Grupo Pascual la retirada de su leche de los lineales, conservando solo por ahora la enseña de zumos Bifrutas y la de agua mineral Bezoya.

Fuentes del mercado consultadas por este periódico aseguran que Mercadona seguirá vendiendo no obstante la leche de Pascual en Burgos y Segovia por su especial repercusión en la zona, aunque en la empresa láctea temen que sus productos puedan acabar siendo también retirados en los supermercados de estas dos provincias. Desde Mercadona insisten, no obstante, en que "lo único que se ha retirado son las leches básicas, porque siguen siendo proveedores de bebidas vegetales y otros productos".La cadena valenciana recuerda asimismo que "lo que hemos hecho es dejar los productos donde el jefe los reclama", en referencia a los clientes.

De hecho, las alertas han saltado en el sector ante el temor de que se pueda repetir lo ocurrido en 2008, cuando la empresa que preside Juan Roig retiró del mercado múltiples referencias para bajar los precios. Ante el encarecimiento entonces de la alimentación, en una proporción mucho menor, en cualquier caso, que la de ahora, Mercadona puso en revisión todo su lineal, las 9.000 referencias que había entonces. Y optó por la retirada de un total de 800, la mitad de marcas propias y la otra mitad de fabricantes. Mercadona explicó meses después, en febrero de 2009, que había logrado reducir el precio de la cesta de la compra de sus clientes hasta una media del 10% en los últimos cuatro meses tras la puesta en marcha de este "plan de optimización de costes".

Precedentes

Pero la cadena valenciana no es la única que está moviendo ficha. El pasado mes de enero, Carrefour anunció la retirada de todos los productos de PepsiCo (Pepsi, Matutano, Lay's, Cheetos y Alvalle entre otros) de sus lineales en Francia, España, Italia y Bélgica. Es una medida, el gigante de la distribución llegó incluso a publicitar en los lineales de los supermercados franceses, acusando a Pepsi de una "subida inaceptable de los precios". A finales de enero también Dia optó por la retirada de sus tiendas de todos los productos del grupo mexicano Bimbo. Sacó así no solo el conocido más de molde de la marca, sino también otras enseñas como Donuts o Donettes.

Ante el continuo encarecimiento de los precios, la marca blanca ha alcanzado niveles nunca vistos en España. Según los datos de Kantar, su peso en el gasto total en el gran consumo ha pasado del 38,5% en 2021 al 43,7% en 2023, un porcentaje que otra consultora, NIQ, la antigua Nielsen, eleva incluso hasta el 48%. Al apretarse el cinturón, los españoles han dado la espalda a las marcas del fabricante, sustituyéndolas por las del distribuidor, más baratas y con un surtido que las cadenas no han dejado de aumentar. Según datos de Kantar, todos los operadores ampliaron su surtido propio en 2023 y, aunque Eroski, Alcampo y Consum fueron los que más sumaron, el mayor peso de estos productos sobre su facturación lo presentaron Lidl (82,1%), Mercadona (74,8%) y Aldi (69,3%).

Despidos

Este crecimiento de la marca blanca está produciendo una oleada de despidos en la industria, con el recorte ya de más de 1.300 empleos en los últimos dos años. última en anunciar un ajuste fue ayer Coca-Cola Europacific Partners, la embotelladora del gigante de los refrescos, que presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para hasta 85 trabajadores de los centros de atención al cliente, la mayoría en Esplugues de Llobregat (Barcelona), pero también en Madrid. La empresa, que justifica la decisión por causas organizativas, centralizará estos servicios en Bulgaria, donde los costes laborales son mucho más bajos. Es un ajuste pequeño teniendo en cuenta que Coca-Cola emplea en total a 3.900 trabajadores en España, pero se suma a una oleada de despidos en el sector desde finales de 2022 provocada por la caída de la demanda.

La primera en mover ficha fue Pepsico, el gigante de los refrescos y aperitivos propietario de marcas como Pepsi, Lay's, Ruffles o Cheetos. En diciembre de 2022 la empresa llegó a un acuerdo con los sindicatos que ha supuesto la salida de 545 trabajadores entre las fábricas y las oficinas centrales. Es el mayor ajuste llevado a cabo desde entonces, justo un año antes de que Carrefour decidiera la expulsión de todas las marcas de la multinacional norteamericana en Francia, España, Italia y Bélgica tras denunciar que había llevado a cabo una "subida inaceptable de los precios".

Pero el goteo no ha terminado. El pasado mes de enero, el juzgado mercantil número dos de Girona ordenó el cierre definitivo de Artigas Alimentària, una histórica empresa cárnica de esta provincia catalana que entró en concurso de acreedores el año pasado. Unos días antes anunciaron también sendos ajustes Danone y Bimbo. La primera va a cerrar la planta en Parets del Vallès (Barcelona) y aunque su objetivo es promover la reindustrialización a través de un comprador para la fábrica, el cierre supondrá la salida de 157 empleados. Bimbo comunicó a los trabajadores el cierre de su factoría de El Verger, en Alicante, prácticamente al mismo tiempo que se quedaba fuera de los lineales de la cadena de supermercados Dia, con la que no ha conseguido alcanzar un acuerdo.

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